R¨¦plica de V¨¢zquez Rial

En los d¨ªas 24 y 30 de junio, EL PA?S public¨® dos cartas referidas a mi persona, firmadas por los se?ores Zayas y Gobbi, este ¨²ltimo embajador de la Rep¨²blica Argentina. El primero dice que no me conoce, ignorancia que podr¨ªa resolver frecuentando librer¨ªas, y me acusa de calumniador. El segundo duda de m¨ª serenidad ps¨ªquica.A ambos les disgusta que el peri¨®dico d¨¦ a conocer mis opiniones, y lo manifiestan sin rubor: de estar en sus manos, no lo permitir¨ªan.

Otro escal¨®n m¨¢s de una larga y penosa historia, comenzada en 1974, cuando alguien en el poder decidi¨® que mi insistencia en hablar y escribir pod¨ªa perjudicar mi salud. Fui advertido a tiempo: dos meses m¨¢s tarde, ya en Espa?a, se inici¨® una b¨²squeda que no ces¨® hasta 1983 y cuyo ¨¦xito hubiese llevado mi nombre a las listas del informe S¨¢bato.

El Gobierno de Alfons¨ªn permiti¨® la difusi¨®n de mis libros y de mis ideas. No obstante, en 1987, Horacio Verbitsky pidi¨® p¨²blicamente mi exclusi¨®n de las p¨¢ginas de El Periodista de Buenos Aires, exhibiendo la misma voluntad de censura que hoy anima a los se?ores Zayas y Gobbi, y en 1988 se me hizo saber oficiosamente que antiguos dirigentes de Montoneros hab¨ªan prohibido la menci¨®n de mi nombre y de mis libros en medios de prensa en los que poseen influencia.

Lamento que el hasta ahora ¨²ltimo cap¨ªtulo de este culebr¨®n, en el que los Javert de turno pretenden extender el silencio a un pa¨ªs y a un peri¨®dico democr¨¢ticos, venga de la mano de un embajador designado por el presidente Alfons¨ªn. Lamento tambi¨¦n que ni el se?or Zayas ni el se?or Gobbi puedan probar que mis afirmaciones sean falsas: no podr¨¢n hacerlo mientras del partido y el Gobierno de Menem formen parte personajes como Juan C. Rousselot, notorio dirigente de la Triple A, o Italo Luder, responsable jur¨ªdico del inicio de la guerra sucia contra la subversi¨®n.- Horacio V¨¢zquez Rial.