Ceaucescu quiere ser ante el Pacto de Varsovia el guardi¨¢n de la ortodoxia
El presidente rumano, Nicolae Ceaucescu, tratar¨¢ de presentarse como un guardi¨¢n de la ortodoxia comunista en la cumbre del Pacto de Varsovia destinada a dar a esta entidad una mayor dimensi¨®n pol¨ªtica y una estructura acorde con la desmilitarizaci¨®n de las relaciones Este-Oeste. ?sta es la impresi¨®n en medios diplom¨¢ticos en Bucarest, antes de la llegada, anoche, del l¨ªder sovi¨¦tico Mijail Gorbachov para asistir a la reuni¨®n del Comit¨¦ Pol¨ªtico Consultivo del Pacto de Varsovia en la capital rumana hoy y ma?ana.
La cumbre comenzar¨¢ con un discurso de Ceaucescu, en calidad de anfitri¨®n, y una intensa jornada de trabajo que se prolongar¨¢ s¨®lo brevemente el domingo con una sesi¨®n de media hora y la firma de un comunicado final, para el cu¨¢l hab¨ªa problemas, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.Medios del Este europeo se?alaban que el comunicado final puede dar una respuesta a las ¨²ltimas propuestas del presidente norteamericano, George Bush, y reflexionar sobre una concepci¨®n m¨¢s amplia de la organizaci¨®n militar socialista con objeto de incluir en ella m¨¢s aspectos "cara al p¨²blico". Vladimir Yerofeiev, un dirigente del Instituto de Europa de la URSS, ha lamentado p¨²blicamente que el Pacto de Varsovia no tenga los ¨®rganos de consulta y coordinaci¨®n, el secretariado internacional, los comit¨¦s, la asamblea y las representaciones permanentes de pa¨ªses aliados que tiene la OTAN.
"Sus ¨®rganos pol¨ªticos, el Comit¨¦ Pol¨ªtico Consultivo y el Comit¨¦ de Ministros de Defensa, se re¨²nen espor¨¢dicamente. No hay pr¨¢cticamente un secretariado internacional. No hay ni un Parlamento ni misiones permanentes y ni siquiera sede como tal. S¨®lo hay estructuras militares unilaterales", afirmaba Yerofeiev.
Aislado internacionalmente en Occidente por su pol¨ªtica en el campo de los derechos humanos, Ceaucescu trataba de introducir en el programa de los aliados militares un debate informal entre secretarios generales de partidos comunistas para la defensa de posiciones ideol¨®gicas ahora en revisi¨®n en la URSS, opinaban medios diplom¨¢ticos occidentales.
En tal debate, esperaba atraer a la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania (RDA) y a Checoslovaquia, se?alaban las fuentes.
En ¨¦poca de Leonid Breznev, Ceaucescu, que lleg¨® al poder en 1965, desempe?¨® el papel de elemento d¨ªscolo en el Pacto de Varsovia con sus constantes afirmaciones de soberan¨ªa e iniciativas para el di¨¢logo entre las superpotencias. Ese capital dur¨® hasta la llegada de Gorbachov al poder, aunque ya para entonces el prestigio del r¨¦gimen rumano en los foros internacionales estaba muy mermado por el autoritarismo de su pol¨ªtica interior.
Ceaucescu insiste en la recuperaci¨®n de conceptos ortodoxos y estalinistas del marxismo. El l¨ªder subray¨® el "car¨¢cter obrero" del partido, conden¨® el pluripartidismo como un intento de liquidar los partidos comunistas y estuvo en contra de "disminuir el papel de la gran propiedad industrial y agr¨ªcola socialista" para volver a "ciertas formas de la propiedad capitalista como la peque?a propiedad", lo que, seg¨²n ¨¦l, "es retroceder decenas de a?os".
La peligrosa tolerancia
Los cambios en Hungr¨ªa, que vista desde Bucarest parece un pa¨ªs enemigo, y los sucesos en China son elementos que Ceaucescu puede tratar de utilizar para demostrar que el partido y su poder est¨¢n en peligro cuando la tolerancia es amplia. En este sentido, Ruman¨ªa no tiene problemas por el momento. Su represiva pol¨ªtica para con las voces discrepantes, que incluye a altos funcionarios comunistas ca¨ªdos en desgracia, le ha valido, el pasado mes de abril, la interrupci¨®n de las negociaciones de un convenio de comercio y cooperaci¨®n con la CEE.
Ruman¨ªa anunci¨® que ten¨ªa capacidad para construir armas at¨®micas, aunque no pensaba utilizarla. Tal afirmaci¨®n hab¨ªa sido hecha anteriormente por Ceaucescu delante de una delegaci¨®n h¨²ngara presidida por Karoly Groz. Los h¨²ngaros no sab¨ªan si interpretarla como un s¨ªntoma de desarrollo o como una velada amenaza. Mosc¨², por su parte, no se preocup¨® de comentar la revelaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.