Mi Dori, la Arantxa del viol¨ªn

El segundo concierto de la Orquesta Sinf¨®nica de Londres, dirigido por Rostropovich en la noche del Jueves, superaba en inter¨¦s, y tambi¨¦n lo super¨® en resultados, al del d¨ªa anterior. Por una parte, esa especie de Arantxa del viol¨ªn que es la japonesa Mi Dori (Osaka, 1971) protagoniz¨® el Concierto en re, opus 35, de Chaikovski; por otra, la ¨²ltima sinfon¨ªa, n¨²mero 15, de Shostakovich es mucho m¨¢s atractiva e interesante que la d¨¦cima. Disc¨ªpula de Pinchas Zukerman en Aspen, Mi Dori fue presentada al p¨²blico americano, cuando no habl¨ªa cumplido 11 a?os, por Zubin Mehta, y a partir de entonces su carrera fulgurante confirma una precocidad mozartiana.Dominio

Lo m¨¢s importante es que tal dominio violin¨ªstico de esta diecisietea?era no se refiere s¨®lo a la t¨¦cnica, sino tambi¨¦n a la musicalidad. Cuando anteanoche inici¨® el primer solo del concierto, todos saludamos en nuestro interior: buenas noches, se?ora m¨²sica. Due?a de un precioso e intenso ligado, dominadora del virtuosismo m¨¢s exigente, en posesi¨®n de una afinaci¨®n exacta hasta en los registros m¨¢s agudos, Mi Dori hizo m¨²sica grande en este espl¨¦ndido concierto que, si no tiene una entrada como el c¨¦lebre para piano, lo supera en su conjunto. Como magn¨ªfico instrumentista que es, Rostropovich asisti¨® con presteza a la solista y supo impostarla en un todo sinf¨®nico de gran hermosura. Los bravos se hicieron brav¨ªsimos, y los aplausos, salva.

Rostropovich parece identificarse con la sinfon¨ªa 15 de Shostakovich en grado superior y, pasando por encima de una gestualidad muchas veces fea (esos golpes en la espalda del pu?o izquierdo), sabe hacer m¨²sica de categor¨ªa. El concierto, que hab¨ªa comenzado con una rutilante versi¨®n de la obertura de Russland y Ludmila, de Glinka, se cerr¨® con una curiosa interpretaci¨®n de T¨¦ para dos, de Youmans, ofrecida como propina.