"La modernizacion mexicana ha de ser nacionalista y popular
"Los gobiernos del FMI, el Banco Mundial y el Club de Par¨ªs han votado de forma un¨¢mime a favor de nuestro programa econ¨®mico"
Pregunta. M¨¦xico lleva negociando varios meses con los bancos acreedores su deuda externa. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando para que no se llegue a un acuerdo definitivo?Respuesta. Hemos venido realizando una negociaci¨®n que ha tenido como dise?o principal lograr una definici¨®n pol¨ªtica a favor de la reducci¨®n de los cr¨¦ditos y no enfrentar el problema del sobreendeudamiento exclusivamente por la v¨ªa de la refinanciaci¨®n. Se logr¨® esta definici¨®n pol¨ªtica con el Plan Brady. Posteriormente llevamos a cabo un di¨¢logo con el banco de los bancos, que es el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La negociaci¨®n con el FMI tuvo ¨¦xito por dos razones: por que el FMI acept¨® que la soluci¨®n al problema de M¨¦xico no era m¨¢s recesi¨®n, sino al rev¨¦s, que ten¨ªa que tomarse como premisa la necesidad de volver a crecer y, a partir de ello, establecer los recursos que eran necesarios para sostener ese crecimiento. ?ste fue un paso fundamental y, en consecuencia, el Fondo acept¨® tanto el programa econ¨®mico de M¨¦xico como el convenio. Al mismo tiempo, el FMI acept¨® que parte de los recursos que ¨¦l pon¨ªa se canalizaran a la reducci¨®n de deuda. Con el Banco Mundial se lleg¨® a la misma conclusi¨®n. Finalmente, llegamos al di¨¢logo con los Gobiernos a trav¨¦s del Club de Par¨ªs, donde conseguimos la negociaci¨®n con m¨¢s ¨¦xito que se ha tenido hasta ahora. Tanto en el FMI como en el Banco Mundial y en el Club de Par¨ªs, las votaciones fueron un¨¢nimes a favor del programa mexicano. No hubo abstenciones ni votos en contra, lo que muestra que los representantes de los Gobiernos est¨¢n convencidos no s¨®lo de la viabilidad, sino, adem¨¢s, de la necesidad del programa mexicano.
Un nuevo esquema
Ahora estamos en la etapa final, que son los bancos privados. Sin embargo, ¨¦sta es una negociaci¨®n diferente a todas las dem¨¢s, porque hasta ahora no ha habido negociaciones con los bancos para hacer quitas de deuda, sino solamente para refinanciamiento. Cuando ha habido quitas de deuda, como sucedi¨® entre la primera y la segunda guerras mundiales, fueron de Gobierno a Gobierno, y ¨¦sta es una negociaci¨®n de Gobierno a bancos, con un nuevo esquema que no encaja con la actitud tradicional de los bancos. Ello lleva a una negociaci¨®n muy complicada, nueva, en la que todos hemos tenido que aprender, y, en consecuencia, hemos ido dando pasos que abren camino. Paralelamente, en el interior de Mexico se producen las demandas sociales de los ciudadanos, que quieren soluciones a sus problemas. As¨ª que estamos entre el tiempo que toma una negociaci¨®n nueva y las demandas sociales.
P. ?En qu¨¦ momento se est¨¢ en esa negociaci¨®n?
R. Se ha venido avanzando. Los bancos reconocen la necesidad de las quitas. Hay bancos que prefieren quita de deuda; hay bancos que prefieren reducci¨®n de la tasa de inter¨¦s; hay bancos que prefieren refinanciamiento. Depende de la circunstancia particular del banco. Hay bancos que tienen reservas suficientes para que lo m¨¢s atractivo para ellos sean las quitas. Hay otros que quieren una relaci¨®n permanente con M¨¦xico, porque ven a nuestro pa¨ªs como una econom¨ªa que va a crecer y con un enorme potencial; entonces quieren el refinanciamiento para quedarse dentro, en una relaci¨®n financiera permanente. As¨ª que resulta muy complicado lograr este acuerdo con los casi 600 bancos.
P. ?Me puede concretar un poco m¨¢s la postura t¨¦cnica de M¨¦xico; es decir, hasta qu¨¦ punto est¨¢ dispuesto a llegar en la negociaci¨®n de la deuda?
R. Hemos presentado un men¨² de opciones, pero la resultante tiene que permitir disminuir las transferencias de recursos al exterior, del 6% del PIB a alrededor del 2%. ?C¨®mo? Ya sea con quita de deuda, con tasas de inter¨¦s menores o con refinanciamiento.
P. ?En qu¨¦ porcentaje, por ejemplo, de quita de deuda?
R. Nosotros hemos se?alado un rango entre el 45% y el 55%.
P. Entonces, ?se va a presentar sin un acuerdo en el pr¨®ximo viaje a Par¨ªs, coincidente con la reuni¨®n de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundos ... ?
R. Me parece que para la reuni¨®n del 14 de julio podr¨ªa trabajarse m¨¢s intensamente con el apoyo de los Gobiernos, de las instituciones financieras internacionales y con el reconocimiento de los propios bancos, para tener no la soluci¨®n, pero s¨ª el dise?o fundamental de la soluci¨®n.
P. Hemos empezado la entrevista por el problema m¨¢s urgente, pero ello puede impedir una visi¨®n m¨¢s global de los siete meses en los que lleva ejerciendo la presidencia de M¨¦xico....
R. Cualquier balance de este per¨ªodo ha de comenzar diciendo que, en el ¨¢mbito pol¨ªtico, lo m¨¢s importante es que hay serenidad en la poblaci¨®n mexicana; es decir, no hay reclamaciones generalizadas de tipo pol¨ªtico entre la poblaci¨®n. Cuando uno recorre el pa¨ªs nota un ¨¢nimo evidente, la decisi¨®n de participar m¨¢s, de estar activos y solidarios en las soluciones que se requieren.
En el terreno de los partidos pol¨ªticos se est¨¢ llevando a cabo ahora un di¨¢logo para avanzar en la reforma electoral que propuse desde la toma de posesi¨®n, con objeto de lograr un marco legal a los procesos electorales que permita mayor transparencia en los mismos y menos confrontaciones verbales previas y posteriores a ellos. Hemos fijado una fecha, el 28 de agosto, para discutir esta reforma en el Parlamento. En esta ocasi¨®n, el partido en el Gobierno, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), no tiene la mayor¨ªa suficiente para hacer una reforma a la Constituci¨®n; s¨ª la tiene para hacer una reforma al c¨®digo, a la ley, porque ¨¦sa es mayor¨ªa simple; pero la mayor¨ªa calificada de los dos tercios no la tiene. Para hacer la reforma constitucional se requiere un m¨ªnimo de consenso entre los partidos. P. En algunas partes de Am¨¦rica Latina se empieza a hablar del modelo mexicano de transici¨®n. ?Cree que exista ese modelo mexicano?
R. Creo que cada pa¨ªs tiene su circunstancia particular, y el problema del modelo es la pretensi¨®n de algunos de andar export¨¢ndolos. Hay que entender la raz¨®n hist¨®rica de los problemas, su andamiaje institucional, su capacidad de concertaci¨®n y las relaciones internacionales que tiene. Y, a partir de ello, respetar a cada pa¨ªs en los pasos que va decid¨ªendo internamente para resolver sus dificultades.
Modelo mexicano
P. ?Acepta alg¨²n t¨ªtulo de comparaci¨®n, por ejemplo, con la perestroika?
R. ?Para qu¨¦? Nuevamente, ah¨ª est¨¢ la circunstancia hist¨®rica de la URSS, donde Gorbachov est¨¢ haciendo un proceso de reforma notable, dadas sus circunstancias pol¨ªticas internas y su interrelaci¨®n a nivel mundial. Sin embargo, lo que s¨ª es evidente es que hay un proceso de cambio en el mundo que est¨¢ teniendo reflejos en diferentes ¨¢reas; ya no coinciden los centros de din¨¢mica tecnol¨®gica y financiera con los centros de poder¨ªo militar. Hay una distensi¨®n entre polos, un acercamiento entre viejos adversarios y un proceso de demandas de mayor bienestar y democracia en el mundo.
Yo no comparto esa tesis de que antes ¨¦ramos menos y ahora seremos m¨¢s, nuevamente. En M¨¦xico se hizo un pacto social alrededor de un proyecto que le permiti¨® al PRI tener mayor¨ªa absoluta, generalizada, durante 60 a?os, con resultados notables pero tambi¨¦n con deficiencias; 60 a?os de estabilidad pol¨ªtica, de transmisi¨®n pac¨ªfica del poder; tasas de crecimiento del 6% anual en t¨¦rminos reales, que no son despreciables y dif¨ªcilmente encontrables en otras latitudes. Ahora tenemos los resultados de una crisis econ¨®mica, de una mayor pluralidad social, que tiene sus reflejos y demandas en el ¨¢mbito pol¨ªtico.
P. ?En qu¨¦ momento se rompi¨® ese pacto?
R. No, yo no he dicho que se ha roto el pacto. Nada m¨¢s he se?alado que las transformaciones econ¨®micas y las sociales tienen reflejos en el ¨¢mbito pol¨ªtico. El reto que tenemos por delante es ver c¨®mo va a hacerse la modernizaci¨®n de ese pacto con el cual hemos convivido los mexicanos.
P. ?Qu¨¦ tipos de apoyo tiene el presidente de M¨¦xico para hacerlo?
R. El m¨¢s importante es el de la propia comunidad, el de la sociedad, tanto a nivel de individuos como de sus propias organizaciones. Hay conciencia de la necesidad de esos cambios y tambi¨¦n coincidencia, en lo esencial, con el proyecto propuesto por el Gobierno.
P. ?Hay ya una forma nueva de hacer pol¨ªtica en M¨¦xico?
R. Pues s¨ª. Estamos todos practic¨¢ndola. Implica que, en el ejercicio de las facultades que la Constituci¨®n, el presidente tiene que hacer una labor mucho m¨¢s intensa de concertaci¨®n, de di¨¢logo, de atenci¨®n a las demandas sociales.
P. Esto ?c¨®mo se denomina? ?Cu¨¢l es el criterio l¨®gico que define esta nueva forma de hacer pol¨ªtica?
R. La hemos llamado modernizaci¨®n y le hemos dado dos connotaciones esenciales: nacionalista, porque va a ser una modernizaci¨®n para permanecer como mexicanos; y popular, porque no es una modernizaci¨®n para favorecer a los menos. Son tales las demandas sociales que hay en M¨¦xico, que la modernizaci¨®n tiene que resultar m¨¢s solidaria y m¨¢s equitativa que la sociedad de hoy.
P. Una sociedad... ?m¨¢s de derechas, m¨¢s de izquierdas?
R. Las tipolog¨ªas son a posterior. Yo me he definido como de centro-progresista y estoy convencido que ah¨ª est¨¢ la inmensa mayor¨ªa de mis compatriotas.
P. ?Teme alg¨²n tipo de sabotaje, dentro del r¨¦gimen mexicano, a estas ideas que usted propone?
R. Es normal que no todo el mundo est¨¦ de acuerdo con ellas. Ser¨ªan los que est¨¢n defendiendo intereses afectados por estos cambios los que no las entienden o los que no las comparten. Incluso algunos que hablan de cambios est¨¢n en contra de este tipo de modernizaci¨®n.
P. Pero cuando usted toma iniciativas, o su Administraci¨®n toma iniciativas, como algunas recientes dentro del aparato policial para su saneamiento, ?no siente que el sistema entero se conmueve? As¨ª lo sienten muchos analistas mexicanos que escriben en la Prensa.
R. El hecho de tomar acciones para hacer valer el Estado de derecho da una enorme certidumbre y seguridad a la poblaci¨®n. Ahora, si adem¨¢s de ser acciones apegadas al derecho y que buscan hacer realidad el derecho permiten sanear ¨®rganos fundamentales del Estado, tiene otra ventaja indiscutible: por un lado, le da a la poblaci¨®n la seguridad de que el r¨¦gimen de derecho es vigente y, por el otro, el Estado limpia cuerpos internos que ten¨ªan v¨ªnculos, incluso con el narcotr¨¢fico, que es un problema que nos preocupa seriamente.
P. ?Llegar¨¢ hasta el final en el saneamiento de las instituciones invadidas por la corrupci¨®n y la mordida?
R. En el marco de la ley, siempre dentro de la ley. Y la ley, as¨ª como sanciona al que comete una falta, protege al inocente. ?sas son las dos caras de la misma naranja.
P. El Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Econ¨®mico (PECE) es otro de los activos que presenta su mandato. Un pacto social es inusual en las ¨¢reas m¨¢s cercanas a M¨¦xico.
R. El pacto muestra un mecanismo de di¨¢logo entre el Gobierno y los sectores productivos que hace ver que hay instituciones en M¨¦xico que funcionan para la concertaci¨®n; y dos, que en la medida que el pacto ha planteado una estrategia macroecon¨®mica ha tenido resultados ev¨ªdentes: reducir la inflaci¨®n del 160% al 18% en tasas anuales, sin reventar la planta productiva. Incluso se empieza a observar una din¨¢mica superior hoy a la de diciembre del a?o pasado.
P. ?No se plantea la hip¨®tesis de que se rompa la negociaci¨®n de la deuda exterior y haya que recomponer todo el marco y acudir a una suspensi¨®n unilateral de pagos?
R. No. Yo tengo confianza en que la firme negociaci¨®n rinde m¨¢s frutos que la confrontaci¨®n bilateral. Nos hemos planteado 1989 como un a?o de transici¨®n econ¨®mica en el sentido de consolidar el reflujo de la inflaci¨®n, para iniciar el proceso franco de recuperaci¨®n en 1990; pero incluso el Plan Nacional de Desarrollo establece la gradualidad con la que queremos la recuperaci¨®n. As¨ª, la tasa de crecimiento para 19901991 estar¨¢ entre el 3% y 3,5%; y crecer¨¢ hasta llegar en 1994 con un 6% de incremento.
P. ?Se permitir¨¢ la compra de industrias mexicanas por parte del capital extranjero? ?Se van a reprivatizar m¨¢s empresas p¨²bl¨ªcas?
R. S¨ª; tenemos varias en proceso y vamos a continuar, excepto las estrat¨¦gicas que marca la Constituci¨®n: petr¨®leo, electricidad, uranio, ferrocarriles. Est¨¢n listadas. Un Estado moderno ha de tener capacidad para dos cosas fundamentales: garantizar la soberan¨ªa de la naci¨®n y responder a la seguridad interna de las demandas sociales de sus habitantes. Si el Estado moderno empieza a querer participar en todos los frentes, va a acabar con una presencia que le impedir¨ªa satisfacer esos dos prop¨®sitos. Para m¨ª, lo fundamental es la soberan¨ªa.
Relaciones respetuosas con EEUU
P?C¨®mo son las relaciones con Estados Unidos? ?C¨®mo valora el nombramiento del se?or Negroponte como embajador en M¨¦xico?R. Son respetuosas y positivas en este momento. Se respetan las diferencias y se enfatizan las coincidencias, y hemos encontrado caminos de di¨¢logo positivo para atender los problemas de la deuda, del comercio, del narcotr¨¢fico, de los emigrantes y del medio ambiente. En cuanto al embajador Negroponte, sabemos que tiene instrucciones precisas de su Gobierno para coadyuvar al fortalecimiento de las relaciones entre los dos pa¨ªses, con respeto absoluto a las leyes e instituciones mexicanas.
P ?Usted trat¨® de impedir su nombramiento, como he o¨ªdo comentar?
R. Nosotros -son decisiones soberanas de los pa¨ªses- no aceptar¨ªamos que nadie pretendiera influir sobre una decisi¨®n que compete exclusivamente a los mexicanos.
P Centroam¨¦rica...
R. Estamos convencidos de que la soluci¨®n a los problemas centroamericanos est¨¢ en las manos de los centroamericanos. Tenemos que respetar la decisi¨®n de Esquipulas 2. Sin embargo, tambi¨¦n estamos convencidos de que se requiere una soluci¨®n pol¨ªtica al problema. Porque cualquier otro tipo de soluci¨®n crear¨ªa un problema tal en la regi¨®n que a todos nos afectar¨ªa.
P ?Y Cuba y Panam¨¢?
R. Con Cuba tambi¨¦n tenemos relaciones cordiales y respetuosas; con Panam¨¢ hemos fijado claramente nuestra posici¨®n: defensa de la autodeterminaci¨®n y no intervenci¨®n en los asuntos internos de Panam¨¢. Pero no confundimos la defensa de los principios con la pol¨ªtica exterior mexicana.
P ?Puede hacer algo M¨¦xico para avanzaren la soluci¨®n a la conflictiva presencia del general Noriega en Panam¨¢?
R. Lo hemos hecho en nuestra participaci¨®n en los foros multilaterales, como es el de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), al hacer valer nuestra tesis de que nadie puede erigirse en tribunal de los asuntos pol¨ªticos internos de Panam¨¢; s¨®lo competen al pueblo paname?o, y para defender la vigencia de los tratados que devuelven a Panam¨¢ la soberan¨ªa sobre el canal.
P. Un ¨²ltimo tema. ?Qu¨¦ le parece el papel que ha jugado Espa?a en el tema de la deuda externa? Quiz¨¢ haya sido una funci¨®n m¨¢s voluntarista que real, es decir...
R. No. Ha sido un papel muy positivo que yo reconozco abiertamente. Uno de los motivos de la visita a Espa?a es hac¨¦rselo saber personalmente tanto al Rey como al presidente Gonz¨¢lez. De ah¨ª mi inter¨¦s en fortalecer m¨¢s la relaci¨®n con Espa?a.
P. Hay pa¨ªses latinoamericanos que han llegado a acuerdos con Espa?a para acoger en ellos a miembros de ETA. ?Si se lo pidiese el presidente Gonz¨¢lez, usted acceder¨ªa a ello?
R. Yo soy absolutamente respetuoso con las decisiones internas del Gobierno espa?ol, y cualquier tema que el presidente Gonz¨¢lez quiera que dialoguemos, estar¨¦ muy abierto a ello.
P. ?No quiere que le pase como a Carlos Andr¨¦s P¨¦rez?
R. ?Por qu¨¦ nosotros debemos opinar sobre los problemas que ustedes tienen con ETA y como los enfrentan? El Estado espa?ol tiene la obligaci¨®n de dar seguridad y paz social a sus habitantes en el marco de sus responsabilidades. ?Por qu¨¦ hemos de juzgar si la manera con la que se enfrentan a ETA es la correcta o no?
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