Carlos Pizarro: "La paz es el camino de Colombia"
EL M-19 acelera el abandono de las armas y prepara su entrada en la pol¨ªtica partidista
PILAR LOZANO Rafael Pardo, consejero presidencial para la paz, y Carlos PP zarro, jefe del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), se reunieron en Santo Domingo, poblaci¨®n de la provincia del Cauca, como zona neutral en donde vive la comandancia guerrillera, y firmaron un nuevo acuerdo. Es el cuarto en los seis meses que lleva el proceso de paz con este grupo armado. Pardo y Pizarro se comprometieron a "sincronizar la concreci¨®n del pacto pol¨ªtico base del acuerdo de paz, la aplicaci¨®n del indulto que borrar¨¢ a cada uno de los insurgentes las cuentas pendientes con la justicia y la desmovilizaci¨®n. Los aspectos t¨¦cnicos y operativos de la desmovilizaci¨®n los estudiar¨¢ una comisi¨®n que ser¨¢ nombrada la pr¨®xima semana.
El acuerdo t¨¢cito parece indicar que el Gobierno no avanza en los acuerdos pol¨ªticos si el Eme no da pasos para su desmovilizaci¨®n, y viceversa. Seg¨²n lo acordado desde un comienzo, los pactos saldr¨¢n de la llamada mesa de trabajo, en la que participan Gobierno, partidos pol¨ªticos y M- 19. Los proyectos que surjan de all¨ª ir¨¢n al Congreso, que inici¨® sesiones el pasado jueves. "La paz est¨¢ ahora en manos de? Congreso y del Gobierno", dijo Carlos Pizarro en conferencia de prensa el pasado lunes en Santo Domingo, conocida ahora como la ciudadela de la paz.
?Pero en qu¨¦ consiste este pacto pol¨ªtico por el cual piensa el M-19 dejar las armas tras 15 a?os de lucha? "El refer¨¦ndum es la clave para salir del laberinto de las armas", dice Pizarro. Y este mecanismo tiene que ser aprobado por ley en el Congreso. El grupo guerrillero pide que se convoque para que el pueblo vote las reformas que surjan del acuerdo pol¨ªtico. Se plantean reformas de tipo electoral: el voto obligatorio, las garant¨ªas para el voto secreto, la circunscripci¨®n nacional y la financiaci¨®n estatal de los partidos. Es posible tambi¨¦n que se apruebe la creaci¨®n de un tribunal especial que investigue los delitos de la guerra sucia.
El valor de las armas
Pregunta. ?Esto no se hubiera podido conseguir a trav¨¦s de un movimiento legal?Respuesta. Lo cierto es que ning¨²n movimiento lo ha conseguido. Estamos luchando por una reforma electoral que tiene el tama?o de la legislaci¨®n electoral ecuatoriana. Estamos pidiendo cambios que no son definitivos ni son la revoluci¨®n, pero s¨ª son el punto de partida para poder modificar las condiciones sociales, econ¨®micas y pol¨ªticas de Colombia. A veces los pueblos necesitan lo m¨ªnimo para poder despertar. Es poco, para m¨ª es poco. Pero es much¨ªsimo para una sociedad tan estancada y cerrada como la nuestra.
P. ?Cree entonces que vali¨® la pena el sacrificio de tantas vidas en 15 a?os de lucha armada?
R. Si no creyera que val¨ªa la pena, no podr¨ªa estar presenciando esta pol¨ªtica. No estoy tratando de instrumentar una pol¨ªtica claudicante. Una reforma electoral que garantice unas elecciones limpias me parece un gran logro, porque se le abre a los colombianos la oportunidad de usar la peque?a luz de democracia que llega a nuestro pa¨ªs. ?sas son las fisuras que es necesario aprovechar para abrirle camino a la democracia plena.
Desde el 19 de marzo, cuando el ministro de Gobierno dio con su presencia el visto bueno a la ciudadela de la paz, la vida del M-19 cambi¨®. Se empez¨® a hablar m¨¢s de pol¨ªtica que de armas. Ese mismo d¨ªa Pizarro nombr¨® a 12 portavoces del movimiento. Ellos recorren el pa¨ªs hablando de pol¨ªtica, amparados por escoltas oficiales y por un carn¨¦ firmado por el ministro de Gobierno y el consejero para la paz.
En la ciudadela la vida transcurre tranquila. All¨ª, junto a ind¨ªgenas paeses, vive Carlos Pizarro y unos 300 guerrilleros. Los habitantes del peque?o caser¨ªo est¨¢n contentos y han aprendido a convivir con los muchachos. Hasta el cura, que en un comienzo protest¨®, ya no amonesta a los guerrilleros por entrar armados en la iglesia y no se sorprende al ver a Carlos Pizarro sirviendo de padrino en los bautizos.
En estos cuatro meses han visitado la ciudadela unas 17.000 personas. Pol¨ªticos, estudiantes, empleados e industriales, y hasta pastores evang¨¦licos, que llegan a predicar que "la justicia social no se consigue con la revoluci¨®n, sino a trav¨¦s de la palabra de Dios". Salvo los comandantes, Carlos Pizarro y Ra¨²l, que caminan por la ciudadela custodiados por cuatro muchachos que portan su fusil en posici¨®n de alerta, el resto de la tropa la conforman hombres y mujeres casi adolescentes. Hay tambi¨¦n algunos ni?os de 10 y 11 a?os y cuatro beb¨¦s que nacieron en la paz de Santo Domingo.
Para Victoria y Beatriz, dos espa?olas nacidas en La Mancha y que decidieron empu?ar el fusil 11 para liberar un pa¨ªs en el cual no nos sentimos extranjeras", la nueva etapa que se avecina es m¨¢s dura que la guerra. "Pero vale la pena ensayar la paz para evitar un mayor desangre", dicen. Las dos guerrilleras espa?olas han logrado que en las noches de fiesta, junto a la cumbia y la salsa, los muchachos bailen sevillanas.
El M-19 se prepara para la vida p¨²blica. Carlos Pizarro afirma que se est¨¢ estructurando lo que podr¨ªa ser un cuerpo doctrinario del movimiento. En la pr¨¢ctica ya se inici¨® el trabajo pol¨ªtico en favor de la paz. S¨ªmbolo de esta nueva etapa del grupo guerrillero es un sombrero, el que luce Carlos Pizarro desde el pasado 10 de enero, d¨ªa en que por primera vez se dieron la mano el movimiento armado y el actual Gobierno.
P. ?Qu¨¦ tipo de movimiento pol¨ªtico va a crear el M-19?
R. Ser¨¢ un movimiento nacionalista, pluralista, democr¨¢tico.
P. ?Se puede decir que ser¨¢ un movimiento de corte socialdem¨®crata?
R. Lo que podemos decir es que estamos construyendo una sociedad democr¨¢tica donde el pluralismo exista, donde los partidos pol¨ªticos ¨²nicos no sean alternativa obligada, donde la econom¨ªa permita la integraci¨®n de la propiedad privada, con sectores de propiedad mixta y unidades con ciertas caracter¨ªsticas de socializaci¨®n de la producci¨®n. Todo esto tenemos que hacerlo a la luz de nuestras propias necesidades, de nuestra propia idiosincrasia. La ausencia de nacionalismo es una de las grandes deudas que tiene la clase dirigente con este pa¨ªs.
Expectativas electorales
P. ?Piensa que el M-19 tiene la capacidad de captar ese amplio sector de inconformes que existe en Colombia?R. El movimiento guerrillero tiene el lastre de la marginalidad y de una falta de comunicaci¨®n con el pa¨ªs. Pero nosotros esperamos ser la continuidad de los grandes movimientos inconformes de Colombia.
Seg¨²n una encuesta realizada a comienzos de a?o, el M-19 tiene sus mayores simpat¨ªas entre los hombres de 24 a 45 a?os, con un nivel medio de educaci¨®n. Seg¨²n este estudio, las ciudades donde tendr¨ªan mayor n¨²mero de adeptos, en caso de presentarse a las pr¨®ximas elecciones, ser¨ªan Cali y Barranquilla, la tercera y cuarta ciudades en importancia de Colombia.
Cualquier d¨ªa de los que faltan para que termine este a?o ser¨¢ el de la desmovilizaci¨®n y la dejaci¨®n de armas del M-19. "Las armas las dejaremos en cualquier parte. Nunca en las manos de los militares. No las entregaremos al Estado porque pensamos que nuestras armas no tienen por qu¨¦ tener ese final", afirma Pizarro.
P. Los acuerdos de paz se han firmado con un Gobierno al que le queda menos de un a?o. ?Qu¨¦ puede pasar en la pr¨®xima Administraci¨®n?
R. Tenemos que tratar de que el pa¨ªs cambie antes de agosto del a?o que viene, cuando cambie el Gobierno. Yo lo ¨²nico que s¨¦ es que me desmovilizo ahora, pero me vuelvo a movilizar en el caso que se presente una ruptura de las garant¨ªas. El M-19 cree que la paz es el camino de Colombia, y pare de contar.
El hombre de las botas de caucho
P. L. Rafael Pardo, un economista de 34 a?os designado por el Gobierno como interlocutor principal del proceso de paz, ha debido cambiar sus zapatos de cuero por las botas de caucho para ir a hablar con el comandante del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), Carlos Pizarro desde que se inici¨® el di¨¢logo, el 10 de enero pasado. "Si alguna vez alguien pens¨® que usando las armas se podr¨ªan plantear ideas pol¨ªticas, con la saturaci¨®n de violencia que vive Colombia esto ya no tiene mucha vigencia. As¨ª lo ha entendido el M-l9", afirma. En Santo Domingo, la ciudadela de la paz, luego de firmar el cuarto gran acuerdo y antes de abordar el helic¨®ptero para regresar a Bogot¨¢, el funcionario habl¨® con EL PA?S.
"Lo m¨¢s importante de este proceso es que se ha trazado una metodolog¨ªa viable y realista, que ha funcionado para la b¨²squeda de la paz", afirm¨®. "Lo primero", a?adi¨®, "es buscar elementos de credibilidad. El cese del fuego unilateral o la suspensi¨®n de hostilidades para poder comenzar di¨¢logos es un elemento de credibilidad fundamental. Nadie puede creer en un proceso de di¨¢logo que est¨¦ rodeado de atentados, de acciones armadas. El otro elemento central consiste en que se entienda que se pacta para que la guerrilla deje de ser guerrilla. No puede haber una paz verdadera en coexistencia con grupos guerrilleros. Estos dos elementos son los que dan al proceso un sentido muy claro".
En su opini¨®n, el principal resultado de este proceso hasta ahora es "quitarle legitimidad a la lucha armada como una forma de hacer pol¨ªtica y de acceder al poder. Por tanto, obliga a que muchas organizaciones guerrilleras y partidos de izquierda se planteen su posici¨®n. La poblaci¨®n civil ha visto que es posible una soluci¨®n concertada. No hemos llegado a ella, no sabemos si vamos a llegar. Pero hemos desarrollado un proceso seriamente y se han rescatado las posibilidades de di¨¢logo para superar la violencia".
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