Confusi¨®n
Demasiadas cosas y no bien unidas hay en El complot de los anillos, lo que es mal asunto en cine. Del exceso de ingredientes y de la falta de conjunci¨®n de estos ir¨ªgredientes en una pantalla suele resultar una cosa nada buena: confusi¨®n.No se adivina, a medida que la pel¨ªcula avanza y en medio de esta amalgama de elementos no bien aglutinados, cu¨¢ndo la pel¨ªcula va por el lado ir¨®nico o cu¨¢ndo se pone seria, cu¨¢ndo especula sobre una exagerada fabulaci¨®n de pol¨ªtica ficci¨®n y cu¨¢ndo juega con referencias reales m¨¢s o menos c¨®mplices.
En cada secuencia, realizada a la manera de Francesc Bellmunt con ligereza y brocha gorda, sin pararse en matices, se ve a posteriori lo que el filme pretende, es decir, la mano de sus autores, sus intenciones antes que sus logros.
El complot de los anillos
Direcci¨®n: Francesc Bellmunt. Gui¨®n: Ferr¨¢n Morreny y Francesc Bellmunt. Fotograf¨ªa: Javier Salmones. M¨²sica: Manuel Camp. Int¨¦rpretes: Stephen Bennan, Ariadna Gil, M¨®nica Huguet,. Espa?a, 1987. Estreno en Madrid: cine Fuencarral.
Y cada cosa, en un filme que juega con el exceso, parece m¨¢s bien comedida, pues all¨ª donde se pretende que la sorpresa llegue, ¨¦sta se ve venir, lo que es una manera de no llegar en cine a ninguna parte, salvo a entretener a r¨¢fagas y con algo de manga ancha.
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