Indulto injustificado

El maestro Ord¨®?ez ha conseguido consolidar la corrida goyesca de Ronda, que ha cumplido ya, con creces, su trig¨¦simo aniversario. Pretende ahora asolerar una corrida concurso. La del s¨¢bado fue la segunda edici¨®n. El empresario hizo la mejor selecci¨®n de ganader¨ªas y de toreros que pudo. Sin embargo, lo que Ord¨®?ez no elige es al presidente. El presidente no contribuy¨®, desde luego, a darle prestigio a la corrida concurso. Tom¨® la decisi¨®n, absolutamente injustificada, y a petici¨®n de una peque?a parte del p¨²blico, de indultar al cuarto toro, de nombre Piano, perteneciente a la ganader¨ªa de Mar¨ªa Luisa Dom¨ªnguez P¨¦rez de Vargas. El guardiola fue un toro que sali¨® echando las manos por delante. Acudi¨®, s¨ª es verdad, cuatro veces al caballo, tomando una vara, y en las dem¨¢s s¨®lo se?al¨® el picador. A la muleta, lleg¨® con nobleza pero con soser¨ªa. En la plaza no hubo la emoci¨®n del toro bravo, entre otras razones porque le faltaba pujanza. Con benevolencia pudo ser el toro premiado, pero no indultado. Piano tardo tres cuartos de hora en ser encerrado lo que se consigui¨® al final con la maroma, no en los cuernos, sino en el cuello, con grave riesgo de estrangulamiento. Espect¨¢culo bochornoso. El desacierto presidencial continu¨® al otorgar a Manzanares una oreja.El toro de Domecq, acochinado, aunque ten¨ªa casta apenas lo demostr¨® por inv¨¢lido. El de Buend¨ªa fue muy blando; el del conde de la Corte, el mejor presentado, se quebrant¨® al arrancar de cuajo un burladero entero y ech¨¢rselo a los lobos; el de Torrestrella fue manso sin paliativos; el de Torrealta hizo una pelea digna con el caballo y se vino abajo en la muleta, defendi¨¦ndose.

De los toreros, s¨®lo para el recuerdo unos naturales de Manzanares, en dos tandas desiguales, y hermosas ver¨®nicas de Roberto Dom¨ªnguez. De Ortega Cano, solamente la desconfianza ante el peor lote.

Tres horas de un espect¨¢culo, que no contribuye al objetivo del maestro de Ronda de asolerar una corrida concurso.