Aumenta el p¨²blico y sube la calidad
La segunda jornada del Barce-WOMAD 89 transcurri¨® por cauces similares a la primera pero con dos importantes variantes: ligero incremento del n¨²mero de espectadores, aunque sin llegar a los m¨ªnimos deseables, y, lo que es m¨¢s importante, incrernento de la calidad de los espect¨¢culos presentados. Si en la primera noche la Oyster Band destac¨® claramente, en la segunda tanto Alpana Sengupta, como Etta James o la inesperada y sorprendente actuaci¨®nde Cecil Taylor merecer¨ªan destacarse con todos los honores.La cantante bereber Houria Aichi comenz¨® la tanda de actuaciones sobre las 18.15 ante unas 300 personas, n¨²mero que aumentar¨ªa hasta alcanzar la cifra de unos 1.500 asistentes en el momento m¨¢s ¨¢Igido de la actuaci¨®n de Etta James. Aichi trajo una m¨²sica fresca, con aromas de desierto norteafricano, y una bonita y maleable voz.
En la segunda actuaci¨®n la brit¨¢nica de origen indio Najma Akhtar present¨® una interesante mezcla entre la m¨²sica india y las tendencias m¨¢s contempor¨¢neas del pop occidental, aut¨¦nticos y atrayentes sonidos de barrio indio londinense. Mucho m¨¢s ortodoxos fueron los otros dos representantes indios: Krishnamurti Shridar, int¨¦rprete de sarod, y la bailarina Alpana Sengupta que cautiv¨® a un Hivernacle pr¨¢cticamente lleno. Sengupta fue, para quien no la conociese, una de las grandes sorpresas de la velada, pura magia en su cuerpo, en sus pies y en sus manos.
Tambi¨¦n fue sorprendente por su profundidad la actuaci¨®n del int¨¦rprete de kora Amadou Bansang Jobarteh de Gambia, hermano menor del abuelo de Toumani Diabate, popular entre nosotros por sus colaboraciones con Ketama,
Enrique Morente coincidi¨® con el inesperado recital de Cecil Taylor en el Hivernacle, as¨ª que fue necesario escoger. El pianista norteamericano no estaba anunciado y Taylor toc¨® en familia pero se entreg¨® con esa fuerza que s¨®lo ¨¦l sabe exteriorizar sobre un piano.
Etta James arras¨®. La norteamericana posee todav¨ªa una voz de acero capaz de acometer cualquier ritmo con una fuerza desusada y un calor sugestivo y contagioso. Tras ella una banda compacta le permit¨ªa lanzarse al vac¨ªo sin miedo y la James dio varios saltos mortales de esos que s¨®lo les est¨¢n permitidos a los escogidos; imposible no sentir escalofr¨ªos.
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