Los ni?os sufren las consecuencias

La epidemia de la droga est¨¢ dando lugar a un nuevo desastre: una clase biol¨®gicamente inferior, una generaci¨®n de beb¨¦s da?ados fisicamente por la coca¨ªna cuya inferioridad biol¨®gica est¨¢ impresa desde su nacimiento. Se calcula que un 5% de los ni?os de Nueva York est¨¢n afectados por la coca¨ªna desde el seno materno. Un 15% es lo estimado en el distrito de Columbia. Aunque esta cat¨¢strofe es particularmente agilda dentro de la comunidad negra, obviamente no se restringe a ella. Se calcula que un 0,5% de todos los beb¨¦s nacidos en Estados Unidos ha sido afectado por la coca¨ªna. En 1985 nacieron en Cincinnati dos beb¨¦s cocain¨®manos. Este a?o se espera que sean 120. Los que mueren puede que sean los que m¨¢s suerte tengan. Para algunos de los que sobreviven, su primera experiencia en esta vida es el s¨ªndrome de abstinencia de coca¨ªna. Sufren terriblemente. Son tan sensibles cuando se les toca que no se les puede coger en brazos ni alimentarles correctamente. El consumo de coca¨ªna por una madre cuando est¨¢ embarazada puede producir un da?o asombroso al feto: nacimiento prematuro, par¨¢lisis, deformaciones en coraz¨®n y pulmones y, lo peor, un da?o cerebral irreversible. Est¨¢n naciendo ni?os cuyo futuro est¨¢ cerrado desde el primer d¨ªa. La suya ser¨¢ una vida de sufrimiento, de inferioridad permanente. Todo ello est¨¢ determinado biol¨®gicamente desde el nacimiento.

31 de julio