El recuerdo de un cedro

Pablo Puente proyecta instalar la nunciatura en una vieja casa residencial que la Santa Sede posee a 20 kil¨®metros de Beirut, en plena monta?a, a 600 metros de altitud."Apenas quedan cedros en L¨ªbano, aunque ¨¦se sea el s¨ªmbolo de su bandera de tres franjas", asegura Puente. "Cuando abandon¨¦ el pa¨ªs, en 1977, hab¨ªa un ejemplar en el peque?o jard¨ªn que rodea la casa, de metro y medio de altura, y que ya ten¨ªa 60 a?os de vida. Recuerdo sus formas casi perfectas, maravillosas, que hoy ser¨ªa yo capaz de reproducir en un dibujo 12 a?os despu¨¦s. Espero reencontrarlo ahora como un s¨ªmbolo, sin que haya sufrido el mordisco de las bombas".

Monse?or Angeloni, el actual nuncio, de nacionalidad italiana, es algo mayor que Puente, y ha sido destinado a Portugal. Un secretario de carrera y tres o cuatro s¨²bditos libaneses a quienes no conoce le esperan para comenzar la tarea.

La jefatura de la secci¨®n de Lengua Espa?ola, que Pablo Puente desempe?¨® en el Vaticano durante otro per¨ªodo de su vida, tras regresar de servir a la Santa Sede en Kenia, lo convirti¨® en traductor exclusivo de espa?ol para el papa Pablo VI. De ¨¦l dice que era "un hombre a quien admir¨¦ mucho y pude conocer muy de cerca. En posesi¨®n de una vasta y profund¨ªsima cultura, me facilit¨® un contacto muy enriquecedor con la Iglesia en todo el mundo".

Quince a?os despu¨¦s, el nuevo nuncio en L¨ªbano no tiene intenci¨®n de escribir a Roma antes de haber tenido la oportunidad de conocer a fondo la realidad actual del pa¨ªs. "Porque", afirma, "en L¨ªbano, tal vez m¨¢s que en otra parte cualquiera del mundo, no puede uno dejarse llevar por impulsos y debe mantener la cabeza muy fr¨ªa".