La derecha chilena, dividida ante la coalici¨®n opositora
La carrera de candidatos y partidos hacia las elecciones presidenciales y legislativas del 14 de diciembre ha comenzado en Chile tras cumplirse el tr¨¢mite del plebiscito para la reforma constitucional. En contra de las previsiones que se hac¨ªan tras el triunfo en el plebiscito que derrot¨® al dictador, general Augusto Pinochet, el pasado 5 de octubre, la oposici¨®n presenta un alto grado de cohesi¨®n mientras que la derecha da muestra de divisiones internas entre los pol¨ªticos tradicionales y la nueva ola surgida al amparo de la dictadura.
S¨®lo faltan cuatro meses y medio para las elecciones en Chile y s¨®lo dos candidatos tienen una opci¨®n real de alcanzar la presidencia: el democristiano Patricio Aylwin, de 70 a?os, apoyado por la oposici¨®n, y el el ministro de Hacienda de la dictadura Hern¨¢n B¨¹chi, de 40 a?os. Parad¨®jicamente, la imagen de los dos candidatos contradice la ideolog¨ªa que representan. El opositor Aylwin es; un pol¨ªtico tradicional, abogado y padre de familia numerosa. El pinochetista B¨¹chi es una ave ex¨®tica en la pol¨ªtica chilena, ingeniero de minas, un tecn¨®crata producto de la dictadura, considerado el art¨ªfice de la revoluci¨®n silenciosa de la econom¨ªa chilena en los ¨²ltimos a?os. El opositor Aylwin se muestra como un abuelo amant¨ªsimo, un viejo patriarca rodeado de una familia id¨ªlica. El derechista B¨¹chi exhala dinamismo, parece un anuncio de esos hombres en la selva con una cajetilla de tabaco, y dicen en Santiago que "no se sabe d¨®nde duerme cada noche", porque su vida familiar no responde a los c¨¢nones usuales exigidos por la derecha.
Al margen de las im¨¢genes de los candidatos, que va a resultar dificil de vender a sus respectivas clientelas pol¨ªticas, la oposici¨®n se presenta m¨¢s unida que la derecha. La necesidad de acabar definitivamente con la dictadura y lograr una transici¨®n democr¨¢tica, con el dictador vivo y al frente del Ej¨¦rcito, ha servido de engrudo para borrar diferencias entre las fuerzas opositoras.
En la derecha est¨¢ abierto un conflicto entre la tradicional y la nueva, entre la llamada derecha pol¨ªtica y la derecha econ¨®mica. Este conflicto se articula sobre todo en dos fuerzas: el partido Renovaci¨®n Nacional (RN), del veterano pol¨ªtico conservador Sergio Onofre Jarpa, y la m¨¢s pinochetista Uni¨®n Democr¨¢tica Independiente (UDI). La presunta inestabilidad emocional y los vaivenes del candidato B¨²chi, que primero retir¨® su candidatura y luego volvi¨®, sin esperar el acuerdo con Jarpa, preocupan a la derecha tradicional. Los cachorros del pinochetismo, la derecha econ¨®mica surgida en la dictadura y beneficiaria de la revoluci¨®n silenciosa, desconf¨ªan de Jarpa, que no les ofrece garant¨ªas de mantener el modelo econ¨®mico y podr¨ªa llegar a pactos inaceptables con la oposici¨®n.
Jarpa parec¨ªa predestinado a la candidatura presidencial de la derecha, al retirarse B¨¹chi, y muchos ve¨ªan en ¨¦l a una especie de Fraga Iribarne chileno para la transici¨®n. Con la vuelta de B¨¹chi, Jarpa se ver¨¢ obligado a no presentarse, pero se mantendr¨¢ sorda lucha entre la RN y la UDI por las candidaturas para el Congreso.
Los hombres de B¨¹chi creen que su candidato no tiene muchas posibilidades ante Aylwin pero conf¨ªan en que, aunque no gane, B¨¹chi arrastre m¨¢s votos que Jarpa para formar un grupo fuerte en el futuro Congreso".
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