Kapt¨®: "Todos pueden expresarse"
El jefe de Ideolog¨ªa del PCUS tiene como primer objetivo, en el marco de la 'glasnost', formar un equipo moderno y creativo
"La vida es la vida y en ella hay constantes cambios". Aleksandr Kapt¨®, jefe de la secci¨®n de Ideolog¨ªa del Comit¨¦ Central del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS), explica as¨ª, en una entrevista con EL PA?S, el proceso recorrido desde que la directiva sovi¨¦tica, con el l¨ªder, Mijail Gorbachov, y el miembro del Politbur¨® Vadim Medvedev a la cabeza, se opusiera a la publicaci¨®n de Aleksandr Solyenitsin, a la inminente edici¨®n por todo lo alto de este escritor en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Aleksandir Kapt¨®, un ucraniano de 55 a?os, es el encargado de velar por el mantenimiento de las concepciones leninistas del partido en estos dif¨ªciles tiempos de lucha ideol¨®gica entre corrientes irreconciliables. Su secci¨®n, fruto de la ¨²ltima reorganizaci¨®n del aparato del Comit¨¦ Central, es criticada por quienes exigen una doctrina clara en la Prensa, en la cultura y la educaci¨®n. Una tarea ardua, ya que desde el Politbur¨® soplan vientos opuestos, que se neutralizan entre s¨ª.Kapt¨®, un hombre de aspecto cuidado y abundante cabellera plateada, trata de mantener un equilibrio centrista desde su amplio despacho en el nuevo edificio del Comit¨¦ Central. "Mi preocupaci¨®n principal es crear un colectivo de correligionarios en¨¦rgico, creativo y con movilidad, de profesionales capaces de responder a las exigencias modernas del partido, incluido el terreno ideol¨®gico", dice el funcionario. De su estancia en Cuba, como embajador entre 1986 y 1988, Kapt¨®, diputado del Soviet Supremo y miembro del Comit¨¦ Central, recuerda con nostalgia sus encuentros con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez.
La secci¨®n de Ideolog¨ªa del Comit¨¦ Central depende de la comisi¨®n que preside Vadim Medvedev. En noviembre, ¨¦ste se manifest¨® contra la publicaci¨®n de Archipi¨¦lago Gulag por sus puntos de vista negativos sobre la revoluci¨®n y Lenin. Hoy, cuando la obra va a comenzar a aparecer en la revista Novi Mir, Kapt¨® relativiza aquellas afirmaciones. "Le preguntaron su punto de vista particular". "No quiero pecar de inexactitud. Hay que ver c¨®mo se dijo exactamente, pero no hubo afirmaciones categ¨®ricas".
"Solyenitsin tiene puntos de vista negativos sobre Lenin, pero muchos intelectuales no los comparten. Ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil juzgar cuando se publique. Yo personalmente espero que, con una amplia democracia y absoluta glasnost (transparencia informativa), todos puedan decir lo que piensan. Aqu¨ª no vamos a tener regulaciones especiales".
?Se dar¨¢ en la ley de prensa que aprobar¨¢ el Parlamento la libertad de publicaci¨®n que piden los diputados del grupo interparlamentario? "Ha habido varios borradores en los que han participado muchos periodistas. El proyecto ser¨¢ presentado por la Uni¨®n de Periodistas, pero la opini¨®n p¨²blica se impacienta. Habr¨¢ un art¨ªculo especial que regular¨¢ el proceso de apertura de peri¨®dicos, establecer¨¢ un procedimiento ¨²nico para todo el pa¨ªs".
Dice Kapt¨® que la censura sovi¨¦tica "se extiende hoy s¨®lo a los secretos estatales" y que la televisi¨®n retransmite ¨ªntegro el debate en el Soviet Supremo. Esta corresponsal asegura que esto no es cierto, que en la televisi¨®n se censuran referencias cr¨ªticas a los dirigentes y revelaciones como el enfrentamiento de Gorbachov con los mariscales del Ej¨¦rcito.
"!S¨ª¨ª¨ª! Entonces me interesar¨¦...", afirma con gesto de sorpresa.
Al partido se le acusa de no responder a las cr¨ªticas que se le hacen en la calle y en el Parlamento. Kapt¨® piensa que "muchos funcionarios del partido en estas circunstancias turbulentas y tensas no estuvieron a un nivel convincente. Se acumularon tantos problemas que no s¨¦ qui¨¦n tiene el valor de poner los puntos sobre las ¨ªes en todas las cuestiones".
Sin alternativa
?No le parece que ya es hora de autorizar las fracciones? "No, no me parece. Ahora con este pluralismo de opini¨®n todos tienen posibilidad de decir lo que quieren. Adem¨¢s no hay una alternativa a la perestroika".
El PCUS va a adelantar a 1990 su congreso, que habr¨¢ de elegir un nuevo Comit¨¦ Central y sustituir el programa y los estatutos de 1986. "A¨²n no hemos comenzado a trabajar concretamente en el estatuto y el programa, pero los cambios ser¨¢n sustanciales", dice Kapt¨®, que se prepara tambi¨¦n para un pleno sobre cuestiones intelectualesideol¨®gicas.
Algunos medios pol¨ªticos piensan que la secci¨®n de Ideolog¨ªa del PCUS podr¨ªa actuar como un gabinete de campa?a electoral al estilo occidental en las elecciones municipales y republicanas que se avecinan y ante la derrota del partido en los comicios de marzo. Kapt¨® no contempla a¨²n esa posibilidad y dice que su secci¨®n preparar¨¢ la campa?a "junto con otros instrunientos". "Los m¨¦todos no coinciden con los de los pa¨ªses occidentales. Nosotros tenemos nuestra propia experiencia".
El alto funcionario no tiene objeciones ante un congreso de los trabajadores. Esta idea fue propuesta por el jefe del partido de Leningrado, el cesado Yuxi Sokolov, en abril. Ahora ha sido incorporada al programa de actividades del partido.
"En los primeros a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n exist¨ªa la pr¨¢ctica de hacer congresos por profesiones. Si no recuerdo mal, no hubo un congreso de trabajadores, y ahora en algunas regiones, incluso en la sesi¨®n del Soviet Supremo, se proponen realizarlo". Para Kapt¨® no hay peligro de que esto suponga una confrontaci¨®n con el partido. "Si los obreros quieren debatir sus problemas, por qu¨¦ no van a tener derecho.".
Las grandes huelgas son una novedad en la perestroika. ?Cu¨¢les son las causas en una sociedad donde, en teor¨ªa, no hay opresores ni oprimidos? "Responden a la insatisfactoria soluci¨®n de muchas cuestiones sociales. Yo visitaba a menudo Donb¨¢s antes de ir a Cuba. La situaci¨®n empeor¨® mucho en la extracci¨®n del carb¨®n. Tal vez se acuerde del cuadro de un artista sovi¨¦tico que mostraba a un minero de pie con un martillo hidr¨¢ulico. Es decir, que la altura de la mina le permit¨ªa sacar el carb¨®n de pie. Poco antes de irme a Cuba estuve en Donb¨¢s, y el pasadizo ten¨ªa una altura tan baja que el minero ten¨ªa que pasarse el turno casi echado, d¨¢ndose la vuelta hacia un costado o hacia el otro".
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