Zadrobilek, sorprendente vencedor de la clasica de San Sebastian

Tras 137 kil¨®metros de escapada en solitario, Gehart Zadrobilek, del Seven Eleven, se adjudic¨® la victoria en la novena edici¨®n de la cl¨¢sica San Sebasti¨¢n-San Sebasti¨¢n que se disput¨® ayer sobre 244 kil¨®metros. El ganador, que invirti¨® un tiempo de 6.24.10 horas, aventaj¨® en 2.05 minutos a Paco Antequera, del BH, y Tony Rominger, del Chateau d'Ax, que fueron segundo y tercero, respectivamente. Charles Mottet dio tiempo a un peque?o grupo, que lleg¨® a 2.10 minutos del ganador. Greg Lemond, uno de los grandes favoritos, se retir¨® a falta de 80 kil¨®metros para el final.

, Salt¨® la gran sorpresa. Zadrobilek, que no contaba en los pron¨®sticos de los entendidos, volvi¨® a demostrar que la l¨®gica no existe en el mundo del deporte. A lo largo de la historia del ciclismo han existido numerosos valientes que desafiando a todos los elementos han abandonado la compa?¨ªa del gran grupo y han iniciado una aventura en solitario, a pesar de quedar muchos kil¨®metros por delante. Por desgracia para ellos, la mayor¨ªa de las veces el pelot¨®n les daba alcance. Pero ayer la historia tuvo un final de signo bien distinto. El fugado consigui¨® su prop¨®sito. Casi a mitad de recorrido, sobre el kil¨®metro 109, se iba a producir la escapada definitiva. El gran paquete rodaba con mucha tranquilidad con mucha parsimonia, sin que nadie intentara lanzar un ataque. El retraso por ello comenzaba a ser importante. Y cuando nadie lo esperaba se produjo el hachazo del corredor del Seven Eleven.

Zadrobilek no se dej¨® impresionar por las grandes figuras que transitaban en el pelot¨®n y se march¨®. Nadie puso empe?o en darle alcance. Todos debieron persar que su escapada no iba a tener ¨¦xito ya que le quedaban por delante 137 kil¨®metros. Pero qu¨¦ equivocados estaban.

Con un perfecto estilo, demostrando sus condiciones de excelente rodador, el fugado comez¨® a poner tierra de por medio con respecto al pelot¨®n. Ning¨²n equipo quer¨ªa asumir al responsabilidad de darle caza y eso fue su perdici¨®n. Zadrobile fue un justo vencedor.