Plenitud de Martha Graham

La Martha Graham Dance Company se present¨® con gran brillantez en Santander, coronando el ¨¦xito del programa de danza de su 382 Festiva Internacional. La compa?¨ªa, fundada en 1926 y a¨²n dirigida por su creadora, Martha Gra ham, de 95 a?os, reuni¨® en su primer programa varias piezas del per¨ªodo m¨¢s representativo de esta pionera de la moderri dance, que con singu lar empuje extrapol¨® las bases t¨¦cnicas e ideol¨®gicas de la danza cl¨¢sica.Los 20 bailarines aparecie ron uniformes y espl¨¦ndidos en conjunto, de fisico, t¨¦cnica y motivaci¨®n, realzando la pl¨¢stica de las composiciones que el p¨²blico aplaudi¨® con admiraci¨®n.Los hombres, atl¨¦ticos, de cuerpos perfectos, y las mujeres, menudas y ligeras, indicaban, con sus cinturas estrechas y espaldas cerradas, su mayor elevaci¨®n de salto y elasticidad de piernas, la progresiva inclusi¨®n de la t¨¦cnica cl¨¢sica, en otro tiempo vetada, dentro de la compa?¨ªa.

M¨¢s que en anteriores oca siones dieron la impresi¨®n de que su apego al suelo no es gravitatorio, sino esforzado, man teniendo las formas Graham (angulosas y tensas), perfectas y m¨¢s atractivas que nunca, l¨ª madas de sus asperezas.

Tanto en Diversi¨®n de ¨¢ngeles (1948), que tiene car¨¢cter l¨ªrico, de armon¨ªa po¨¦tica, dentro de su descripci¨®n de los valores magnificados de la juventud, como en Canci¨®n profunda (1937), llena de desgarro dra m¨¢tico, queda patente la capacidad de s¨ªntesis y la determinaci¨®n de estilo que Graham contiene. Sus movimientos y traslados din¨¢rnicos, de estructura geom¨¦trica, son descriptivos del tema y determinan su forma coreogr¨¢fica, pero la expresi¨®n del sentimiento se da con toda claridad en cada forma individual (final de un movimiento), fragmentada en la contracci¨®n o prolongada por la extensi¨®n, y rubricada siempre por el gesto.

El programa se com ' plet¨® con Elpenitente (1940), menos atractiva en su casi pantom¨ªmica presentaci¨®n de una costumbre popular, escenificada a modo de los teatrillos ambulantes, y El sacrificio de la primavera (1984), que mantiene, dentro de una estilizaci¨®n extrema, el car¨¢cter ritual en los movimientos en bloque, convergentes a un centro, y en su proyecci¨®n basculante entre la tierra y el cielo.

En ella Christine Dakin emiti¨® emocionantemente la turbulencia de estados an¨ªmicos por la que pasa El elegido para la inmolaci¨®n.

Un estilo para la historia

Ver las coreografias antiguas de Martha Graham es para los practicantes de la danza de este final de siglo reencontrar el motivo y el fin de esa t¨¦cnica Graham tan divulgada desde hace a?os como mero entrenamiento fisico -y que a menudo parece externa y encorsetada como la cl¨¢sica, y mucho m¨¢s limitada-, desvinculada de su grandeza original: ser veh¨ªculo expresivo de una individualidad cuyo instinto, car¨¢cter e intel¨ªgencia fue suficiente para levantar el nuevo edificio est¨¦tico y human¨ªstico que marc¨® la era moderna de la danza.

Despu¨¦s de 60 a?os, el estilo de Martha Graham no se puede ver pasado de moda sino con la intemporalidad de un modelo art¨ªstico dentro de la historia de la danza.