La sombra de Fosforito

La gran noche flamenca de la presente edici¨®n del Festival del Cante de las Minas dej¨® como saldo una notoria frustraci¨®n y varias agradables satisfacciones. La frustraci¨®n se llama Fosforito. El maestro de Puente Genil no se hallaba en condiciones para cantar, evidentemente agotado por unas cuantos fechas de actuaciones diarias, o casi, con sus correspondientes desplazamientos. Entendemos que para cualquier artista es muy atractivo cobrar en d¨ªas tan seguidos cach¨¦s que se aproximan o lleganal medio mill¨®n de pesetas, pero Fosforito no se encuentra para estos trotes.Con muchas fatiguitas, sin voz, sin facultades y -lo que es verdaderamente raro en ¨¦l- sin sentido para administrar las escasas que pudieran quedarle, fue soltando a borbotones unos cantes que se quedaban en sombra, en pura caricatura de su propio cante habitual.

Alegr¨ªas antol¨®gicas

Consciente de su incapacidad, cometi¨® error sobre error, alargando innecesariamente una actuaci¨®n que nunca debi¨® producirse. Y aqu¨ª ni siquiera puede echarse la culpa a la megafon¨ªa, pues la organizaci¨®n del festival propici¨® modificaciones en la misma que dieron un resultado aceptable.

Las satisfacciones tienen tambi¨¦n nombre propio. Carmen Linares y Javier Bar¨®n. Carmen fue una vez m¨¢s esa inmensa cantaora, transida de verdad y dejondura, que emociona y convence. Bar¨®n se afirma como uno de los m¨¢s grandes bailaores del presente, con autoridad, con conocimiento, con aut¨¦ntica clase; sus alegr¨ªas, por ejemplo, fueron antol¨®gicas.

Los dem¨¢s tuvieron actuaciones menos significativas, con un nivel medio interesante. Curro Malena fue el cantaor serio de siempre, brillando por siguiriyas y por fandangos. Vicente Soto gust¨® a muchos y decepcion¨® a otros; pele¨® el cante, entreg¨¢ndose a tope, excedi¨¦ndose quiz¨¢ en el gesto. La Macanita, en fin, es cantaora corta de repertorio, que por fandangos tuvo notable ¨¦xito.

Por lo dem¨¢s, la noche adoleci¨® de lo que adolecen muchos festivales: repetici¨®n de g¨¦neros, de estilos, cay¨¦ndose en la monoton¨ªa. De cinco cantaores actuantes, tres hicieron siguiriyas, cuatro canti?as, tres buler¨ªas, cuatro fandangos.