Miseria moral
Un d¨ªa de agosto, a las tres de la madrugada en una ciudad cualquiera: un joven de 37 a?os decide de poner fin a un a?o de sufrimiento y se arroja por la ventana de su casa. Ante los gritos de angustia y las llamadas de auxilio de su madre, ni uno solo de los vecinos del barrio fue capaz de acudir en su ayuda con unas palabras de aliento o un gesto de apoyo. Los que se hab¨ªan asomado a la ventana se limitaron a cerrarla y siguieron observando desde detr¨¢s del cristal. Miseria moral de unos ciudadanos que han perdido todo sentido de la solidaridad.El d¨ªa anterior, a las diez de la ma?ana, en un hospital cualquiera: un ingeniero de cuerpos humanos entra en la habitaci¨®n en que se encontraba el protagonista de esta historia. Si empleo la palabra ingeniero no es con sentido peyorativo, sino porque no considero a ese personaje capaz de tener con sus pacientes una relaci¨®n distinta a la que tieae un ingeniero industrial con el motor que dise?a. Despu¨¦s de pedirle a la familia que salga de la habitaci¨®n, con fr¨ªa profesionalidad, informa al paciente de que ha estado al borde de la muerte y le traza un cuadro desesperanzador de su evoluci¨®n futura, sumi¨¦ndole en una depresi¨®n de la que s¨®lo lo sac¨® (esto lo he comprendido cuando era demasiado tarde) la firme decisi¨®n de acabar con su vida. El citado personaje, que estaba al corriente de un antenor intento de suicidio del paciente, hab¨ªa mantenido en la angustia durante las tres semanas anteriores a la madre, habl¨¢ndole de la inminencia de la muerte de su hijo cada vez que la ve¨ªa. Miseria moral de unos profesionales que se erigen en se?ores de la vida y la muerte, y a los que el contacto rutinario con el sufrimiento parece haberles embotado la sensibilidad.
Un d¨ªa cualquiera, a una hora cualquiera, durante el a?o anterior: hora de esperar una llamada o una visita de amigos que nunca volvieron. Miseria moral de una generaci¨®n que se inhibe ante el sufrimiento y la enfermedad con la excusa de que le produce mal rollo. Una generaci¨®n que lleva 20 a?os despotricando contra la familia, pero que ha sido incapaz de crear una nueva cultura deapoyo mutuo en las dificultades. Una generaci¨®n que abriga la secreta convicci¨®n de que si algo malo ocurre la familia siempre responde.- Alfredo Segura.
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