La guerra interminable
Los medicamentos no consiguen arradicar definitivamente los hongos que producen el pie de atleta
Los estadounidenses gastan millones de d¨®lares cada a?o en productos comerciales para luchar contra la exasperante picaz¨®n y el dolor de la infecci¨®n conocida como pie de atleta, causada por hongos, que afecta tanto a las patatas almacenadas como a los estadounidenses m¨¢s activos. Pero si hablamos con los que la sufren, muchos de los cuales han probado todos los productos que hay en el mercado, as¨ª como todos los remedios caseros, nos daremos cuenta r¨¢pidamente de que el alivio es generalmente breve y su curaci¨®n pr¨¢cticamente desconocida.
No es que los productos no sirvan para nada. S¨ª que sirven. Pueden detener la actividad de los hongos infecciosos y acabar con los s¨ªntomas durante semanas, meses e incluso a?os. Pero no curan porque los hongos se esconden en muchos lugares de la superficie del cuerpo, donde pueden librarse del ataque de las m¨¢s potentes medicaciones. Adem¨¢s, las condiciones de calor y humedad que les permiten proliferar se repiten cada verano. A esto hay que a?adir que varios estudios han demostrado que muchas de las medidas que la gente toma para evitar o tratar el pie de atleta, como no pasear con los pies desnudos en los alrededores de las piscinas , hacen poco para controlar el problema.Se estima que de un 80% a un 90% de hombres y una proporci¨®n mucho m¨¢s peque?a, pero en aumento, de mujeres sufren de pie de atleta, ya sea como infecci¨®n activa o inactiva. Las mujeres se han librado relativamente de esta infecci¨®n porque suelen llevar zapatos abiertos que permiten a sus pies respirar
Como explic¨® el doctor Colin Ryall, un microbi¨®logo brit¨¢nico, en The New Scientist, el pie de atleta es realmente una continua guerra ecol¨®gica que se libra en la superficie del cuerpo humano. Los hongos de la ti?a de los pies (principalmente tres tipos diferentes denominados dermatofitos) son los causantes de esta dolencia.
Dura competencia
Estos hongos tienen que competir con las bacterias que habitan permanentemente en la piel. Unos dos millones de ellas, nutridas por los ingredientes del sudor, viven normalmente en cada cent¨ªmetro cuadrado de la planta del pie. Los hongos, por su parte, est¨¢n capacitados para competir porque pueden alimentarse de una sustancia que parece ser inaccesible para las bacterias. permanentes: las c¨¦lulas secas, planas, muertas, de la superficie de la piel, que contienen una prote¨ªna fibrosa y dura llamada queratina. Adem¨¢s, producen entre ellos mismos una sustancia que mata a las bacterias.
. Sin embargo, algunas de estas bacterias no se dan por vencidas. En realidad, cuando contraatacan pueden agravar el problema. Las que se resisten a los antibi¨®ticos producidos por los hongos pueden reaccionar causando una infecci¨®n compleja y odor¨ªfera, dif¨ªcil de tratar.
Para ocupar el primer lugar los hongos necesitan un microambiente favorable. La gente no nace con los hongos de la ti?a en algunas zonas de los pies; los cogen en uno u otro momento. Pero estos hongos no son muy contagiosos. Incluso cuando est¨¢n instalados en la piel no se desarrollan sin las condiciones adecuadas.
As¨ª, dos personas, una de lascuales tiene un mal caso de pie de atleta, pueden vivir ¨ªntimamente durante d¨¦cadas sin que laque no lo padece llegue a verse contagiada. 0, por ejemplo, 100 personas pueden pisar descalzos los suelos de duchas o vestuarios contaminados de hongos y s¨®lo una de ellas resultar¨¢ infectada.S¨ªntomas solapados
Se necesita una combinaci¨®n de factores inmunol¨®gicos y condiciones clim¨¢ticas favorabIes. Son m¨¢s propensas las personas que toman f¨¢rmacos inmunodepresivos y los pacientes con defectos en sus defensas inmunitarias.
Adem¨¢s, los que tienen manifestaciones agudas de pie de atleta en verano contin¨²an teni¨¦ndolo todo el invierno, pero los s¨ªntomas son a menudo tan benignos -una peque?a descamaci¨®n de la piel o una picaz¨®n ocasional- que pueden no darse cuenta. La infecci¨®n puede tomar tres formas distintas.
Lo m¨¢s frecuente es que afecte a los surcos interdigitales del pie, produciendo. picaz¨®n descamaci¨®n y a menudo grietas en la piel. Si las grietas llegan a infectarse con las bacterias, el f¨¦tido olor a pie sudado es una se?al de que el problema exige atenci¨®n m¨¦dica, y no un simple autotratamiento.
Una segunda forma, que tiende a ser cr¨®nica y se alarga durante a?os, hace que la piel de la planta y los lados de los pies pique, se descame y se engruese. El tercero y m¨¢s molesto de los tipos es el que produce ampollas con muchos picores, principalmente en el empeine y el tal¨®n. Este tipo de infecci¨®n siempre debe ser cuidado por un m¨¦dico, quien, adem¨¢s de la medicaci¨®n oral, probablemente prescriba reposo con los pies en alto y ba?os de agua caliente tres o cuatro veces al d¨ªa.
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