Stravinski y m¨²sica vasca
La Orquesta de Bilbao, el Coro de Easo de San Sebasti¨¢n, el pianista de Ir¨²n Ricardo Requejo y los compositores Francisco Escudero, donostiarra, y Luis de Pablo, bilba¨ªno, llenaron de representatividad vasca el concierto del viernes en el teatro Victoria Eugenia, dentro del programa de la 50? Quincena Musical que se celebra en San Sebasti¨¢n.Falt¨® a la cita, por enfermedad, el director madrile?o Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, al que sustituy¨® el londinense Lionel Friend, un maestro maduro que fue disc¨ªpulo de Adrian Boult y Colin Davies, antes de trabajar con Haitink y Pritchard. Hay que aplaudirle, antes que nada, el que mantuviera ¨ªntegro el programa anunciado, nada conformista, por otra parte.
Volvimos a escuchar, en bien orientada lectura, el intermedio de la ¨®pera Kiu, de Luis de Pablo, siempre atractivo, pero mucho m¨¢s funcional cuando se escucha en el curso de la representaci¨®n teatral que como pieza sinf¨®nica aut¨®noma. De Francisco Escudero retorno el ya lejano Concierto vasco, para piano y orquesta, escrito en 1947 y recientemente escuchado en Madrid, en donde se estren¨® al final de los a?os cuarenta, cuando su autor, con Buridi, Ar¨¢mbarri, Soroz¨¢bal y el Orfe¨®n donostiarra encarnaban, a nivel peninsular, el vasquismo musical.
Obra de juventud, concebida tras las experiencias parisienses y en homenaje del entonces reci¨¦n desaparecido Manuel de Falla, muestra, junto a un instinto musical seguro y generosamente l¨ªrico, las inevitables presiones o influencias, empezando por la del mismo falla, en su ¨²ltima ¨¦poca, y continuando con la de Rabel.
Carga emocional
Ricardo Requejo, uno de nuestros pianistas m¨¢s serios y menos autopromocionistas, hace una versi¨®n preciosa de la obra, cuyo movimiento central resume la m¨¢s intensa carga emocional.
Como contraste, los tiempos extremos transparentan la tipolog¨ªa de las tradiciones musicales del Pa¨ªs Vasco. Solista, orquesta, director y compositor recibieron muy prolongadas ovaciones. Se renovaron muy justamente despu¨¦s de una bien pensada y realizada exposici¨®n de la cantata Edipo rey, uno de los ejemplos m¨¢s certeros de un modo de entender lo dram¨¢tico al margen de lo oper¨ªstico, seg¨²n los gustos de la ¨¦poca.
El Coro de Easo, medio centenar de voces masculinas, creado en 1941 y que hoy dirige Ram¨®n Beraza, resolvi¨® todas las dificultades que entra?a la obra con extraordinaria brillantez y una potencia sonora que conviene al intenso dramatismo de la obra.
Un grupo de solistas de gran calidad -quiz¨¢ la americana Lia Frey Rabine, buena int¨¦rprete, no posee la belleza vocal de sus compa?eros- estuvo formado por Robert Dume, Nicol¨¢s Christou, Chris de Moor, Eustaquio Iraola y el magn¨ªfico recitador Pierre Constant.
La obra de Stravinski obtuvo un triunfo de p¨²blico s¨®lo comparable al que alcanzan los grandes oratorios de Bach y Haendel.
Babelia
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