Expresividad
Decir que las tonalidades de expresi¨®n en las distintas plazas de toros es diferente puede resultar de perogrullo. En ning¨²n espect¨¢culo la reacci¨®n popular tiene un alcance tan decisivo como en los toros. La plaza de Almer¨ªa es enormemente expresiva. Los ol¨¦s tienen una intensidad elevad¨ªsima. No s¨®lo es expresivo el p¨²blico en el elogio, sino lo es igualmente en la censura. El presidente se acordar¨¢ toda su vida de la bronca que le echaron por no devolver al inv¨¢lido quinto.Dur¨® toda la lidia, y en decibelios seguramente habr¨¢ que apuntarla en el Guiness. El presidente debi¨® querer compensar su primero, por cojo. Nadie sab¨ªa donde se escond¨ªa la cojera. Los de delante sosten¨ªan: ?Mira como arrastra la pata izquierda!, mientras que los de atr¨¢s se inclinaba por la mano derecha. El ¨²nico que estaba en el secreto deb¨ªa de ser el us¨ªa. Esto hoy se llama informaci¨®n privilegiada.La expresividad del p¨²clico favorece adem¨¢s a los estratos m¨¢s modestos de la fiesta. Merecida ovaci¨®n se llev¨® un arenero, al recoger en la expuertal, como esmero, el excremento de un cabestro. T¨¢mbi¨¦n es muy al proclive al azar, pues otra ovaci¨®n mereci¨® la circunstancia, verdaderamente singular, de que la montera de Ortega Cano cayera de canto al brindar a su primero.
Oliveira / Manzanares, Robles, Ortega
Cuatro toros de Oliveira Irmaos, de aceptable presentaci¨®n , desigual juego; uno del Conde de Cabral (primero) y otro de Alcurruc¨¦n (segundo), mansos Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares pinchazo, media delantera, dos descabellos (pitos); media (divisi¨®n) Julio Robles: pinchazo, pinchazo, media delantera, dos descabellos (silencio) pinchazo, esstocada muy ca¨ªda (ovaci¨®n), Ortega Cano: estocada trasera (dos orejas); estocada (oreja). Sali¨® a hombros por la puetrta grande.Plaza de Almer¨ªa, 23 de agosto
De menos a m¨¢s
Ortega Cano, en el de la montera del equilibrio, realiz¨® una faena de menos a m¨¢s. Las primeras series sobre ambas manos carecieron de vibraci¨®n, y ni el toreo ni el torero se entregaron. Cuando adelant¨® la muleta, s¨ª estaban acompasados los muletazos con la derecha a los decibellos de los ol¨¦s. Le dio dos naturales -s¨®lo dos- y el de pecho, soberanos. Los ayudados por alto con que remat¨® su labor tuvieron aut¨¦ntica torer¨ªa.En el sexto, hubo redondos y naturales muy estimables, pero nadie sab¨ªa porqu¨¦ la figura del torero no aparec¨ªa erguida, sino encorvada.El primero de Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, sobrero del Conde de Cabral, no embest¨ªa, sino to paba. El alicantino tuvo la virtud de la brevedad. En el cuarto, que empez¨® con tres buenos redon dos, continu¨® con tres molinetes Tres molinetes seguidos son muchos molinetes.
Julio Robles tuvo muy mala suerte. Su priniero no embest¨ªa y Julio no estuvo lo breve que era de esperrar. Al quinto se empe?¨® tambi¨¦n en torearlo, pero el p¨²blico andaba muy ocupado en abroncar al us¨ªa, y no le prest¨® atenci¨®n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.