PAUL NEWMAN Un actor ante el teatro de armas nucleares
Puede ser entretenido echar una ojeada al estilo de Stanislavski a la escena pol¨ªtica. Generalmente, los pol¨ªticos buscan votos o cualquier otro tipo de recompensa; los actores simplemente buscamos motivaciones. Como siempre he procurado tener a punto mis habilidades, he examinado las posturas de George Bush y Mijail Gorbachov sobre la reducci¨®n de armas nucleares.?Por qu¨¦ ofreci¨® Gorbachov el 5 de julio pasado, en Estrasburgo, la posibilidad de eliminar inmediatamente unas cuantas armas t¨¢cticas sovi¨¦ticas si la OTAN se aven¨ªa tan s¨®lo a negociar reducciones de car¨¢cter general en armas t¨¢cticas en suelo europeo?
Sus motivaciones obedec¨ªan claramente a enormes problemas econ¨®micos, a poblaciones inquietas que quieren mantequilla y no ca?ones, as¨ª como al entendimiento de que los europeos occidentales quieren deshacerse de aquellos instrumentos que garantizan la destrucci¨®n de Europa central en caso de conflicto b¨¦lico.
?Por qu¨¦ George Bush es contrario a entablar negociaciones sobre ingenios nucleares en Europa? Si hemos de atender a sus manifestaciones p¨²blicas debemos creer que las negociaciones sobre fuerzas nucleares de corto alcance han de esperar hasta que se produzcan reducciones reales en el campo de las armas convencionales, reducciones necesarias para reequilibrar las fuerzas militares de la OTAN y del Pacto de Varsovia estacionadas en Europa.
Con este objetivo, Bush ha propuesto la retirada de 50.000 hombres si los sovi¨¦ticos hacen lo mismo con 325.000 de sus soldados. En la jerga teatral, esta propuesta equivale al "no insista, seremos nosotros quienes le llamaremos". Pero, al parecer, ni siquiera esta posici¨®n de fuerza ha conseguido desanimar a Gorbachov, que ha mostrado su voluntad de negociar en detalle tal propuesta.
El segundo acto de este drama puede ser largo, con definiciones, acuerdos de contabilizaci¨®n y procedimientos de verificaci¨®n, antes de que el escenario est¨¦ preparado para un final feliz con un buen tratado en el momento de caer el tel¨®n. Sin embargo, el presidente Bush insiste en que para que se pueda representar la pieza completa, no es posible hablar siquiera de la reducci¨®n de armas nucleares t¨¢cticas.
Para ser justo, imagino que su posici¨®n tendr¨ªa sentido si la raz¨®n de que la OTAN deba contar con 4.000 armas nucleares norteamericanas en Europa no es otra que contrarrestar la superioridad sovi¨¦tica en armamento convencional.
He manoseado mi manual militar para actores en busca de una verificaci¨®n de esta teor¨ªa. y, voil¨¤, he encontrado una resoluci¨®n adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno en la reuni¨®n del Consejo Atl¨¢ntico de la OTAN celebrado en Bruselas, el 29 de mayo pasado.
Esta declaraci¨®n reciente y autorizada de los dirigentes de la OTAN, incluido Bush, ech¨® por tierra mi teor¨ªa: "Las fuerzas nucleares sube strat¨¦gicas de los aliados no han sido desplegadas para compensar desequilibrios existentes en el armamento convencional". Si el arsenal nuclear de la OTAN no es para reequilibrar estos desajustes de fuerzas, ?por qu¨¦ las negociaciones sobre armas nucleares han de esperar hasta que se produzcan reducciones en el armamento convencional? ?Es algo realmente notable!
Como cualquier actor que se precie de conocer las SALT II, es preciso leer la declaraci¨®n ¨ªntegramente para estar seguro de las motivaciones. Volvamos pues, al manual militar.
El informe de la OTAN se?ala m¨¢s adelante que el ¨²nico objetivo de las armas nucleares de la Alianza consiste en "asegurar que en ninguna circunstancia un agresor potencial pueda decartar la perspectiva de una represalia nuclear como respuesta a una acci¨®n militar determinada". En lenguaje de western: "At¨ªzales candela".
Pero lo cierto es que las armas t¨¢cticas norteamericanas estacionadas en suelo europeo son solamente los gatillos que pueden lanzar 13.000 armas estrat¨¦gicas americanas. contra objetivos en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
?Son necesarios estos 4.000 gatillos para disuadir a un Pacto de Varsovia agresor? John Wayne en sus pel¨ªculas habr¨ªa dicho "nanay". En consecuencia, estas cifras deben otorgar alg¨²n tipo de ventaja militar fundamental.
En el escenario del teatro armament¨ªstico europeo, Estados Unidos aporta a la OTAN 88 lanzaderas de misiles Lance con 695 cabezas nucleares. Los sovi¨¦ticos aportan al Pacto de VarSovia unos 1.600 Frog, Scad-B y ,SS-21, con, por lo menos, 2.900 cabezas nucleares. En otras palabras, el Pacto de Varsovia lleva, en t¨¦rminos generales, ventaja en armas nucleares en esb¨ª, escenario. Si la OTAN, por el contrario, no tiene ventaja alguna que proteger, ?por qu¨¦ no intenta negociar la ventaja con que cuentan los sovi¨¦ticos?
En este sentido, s¨®lo puede ser que -por razones internas- Bush haya elegido el papel de hombre duro, cediendo el. papel de h¨¦roe pacificador a Gorbachov. Cuando ambos lleguen al gran plat¨® para ensayos que es el cielo, un sabio Director celestial colocar¨¢ con toda probabilidad a Gorbachov en un caballo blanco ante el auditorio. Bush quedar¨¢ relegado al grupo situado en la parte posterior del escenario, donde nadie podr¨¢ ver sus labios, interpretando en solitario.
Copyright The New York Times.
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