Medio centenar de familas, en pie de guerra contra el Ayuntamiento por el derribo de casas en el centro
Antonio L¨®pez, 78 a?os y viudo; Josefa Trashorras, 80 a?os y vive sola; Dolores Ruiz, separada, en paro y con cinco peque?os... As¨ª hasta medio centenar de familias que han recibido en los ¨²ltimos d¨ªas ¨®rdenes de desahucio en pisos del viejo Madrid. Casi todos son inquilinos de renta antigua que acusan al Ayuntamiento de favorecer "oscuros intereses inmobiliarios". Ayer se reunieron con responsables municipales para comunicarles que no abandonar¨¢n las casas. Por otro lado, vecinos de Orcasitas lanzaron ayer piedras contra la polic¨ªa para impedir el desalojo de tres pisos del Ivima.
"El otro d¨ªa llegaron amenazando con que tiraban la puerta". A Antonio L¨®pez, inquilino de Tres Peces, 24, desde el a?o 1935, se le encienden los ojos. "Nos han jodido! Como si viene el se?or juez... De aqu¨ª no hay quien me saque". Antonio vive en un cuchitril por el que paga 500 pesetas al mes. Desde su casa se ve el patio, lleno de grietas, calas y apuntalamientos. "Todo eso lo hicieron hace dos a?os, cuando el Ayuntarrtiento empez¨® a rehabilitar la casa. Pero no siguieron."Su vecina Josefa Trashorras vive sola. No sabe leer ni escribir, pero ha recibido una orden de su cu?ado, Carlos Mayordomo: "No abras a nadie". "Esto es una golfer¨ªa del Ayuntamiento. La asistenta social dice que le pagar¨¢n una semana en una pensi¨®n, pero luego tendremos que pagar una residencia".
La escena se repite una o dos veces cada d¨ªa. La Polic¨ªa Municipal llega con las ¨®rdenes de desalojo y se marcha de vac¨ªo. Los vecinos afirman que formar¨¢n una pi?a para resistir cuando llegue la orden judicial.
"Que vengan y me demuestren que esto est¨¢ en ruinas", se queja Antonia Cuenca, de 57 a?os, que vive en un piso de 80 metros cuadrados en Tres Peces, 26. "Esta casa estaba impecable hasta que tiraron hace unos meses la que estaba al lado. Golpearon hasta la saciedad estas paredes".
"No me dejo acoquinar"
El problema no es muy distinto en la Ribera de Curtidores, 6, donde Amparo Rodr¨ªguez aguanta "las presiones constantes del casero". "Yo no me dejo acoquinar", dice. Y afirma que har¨¢ caso omiso a la declaraci¨®n de ruina parcial que le ha remitido el Ayuntamiento.Los vecinos de la Cava Baja, 30, tambi¨¦n est¨¢n enfrascados en su batalla particular. Entre ellos hay casos sangrantes, como el de Mar¨ªa Dolores Ruiz y sus cinco peque?os, que viven api?ados en dos cuartuchos en medio de un bosque de apuntalamientos de madera.
Los vecinos de los cuatro inmuebles afectados se entrevistaron ayer con responsables municipales. Los inquilinos protestaron por las ¨®rdenes de desalojo y se mostraron partidarios de soluciones, como la reforma de las casas por parte del Ayuntamiento. Los vecinos afirmaron que no abandonar¨¢n los edificios hasta que les garanticen el realejo inmediato.
Miguel Cantos, concejal suplente de Centro, afirm¨® ayer que el Ayuntamiento est¨¢ dispuesto a seguir adelante con estos expedientes y reconoci¨® que hay "much¨ªsimas casas del centro" en la misma situaci¨®n.
Por otro lado, un centenar de vecinos del barrio de Orcasitas lanz¨® ayer piedras contra la polic¨ªa para impedir el desalojo de tres familias de otros tantos pisos del Instituto de la Viv¨ªenda de Madrid (Ivima). Dos de las ordenes judiciales de desalojo se ejecutaron y la tercera se aplaz¨® hasta hoy. Una polic¨ªa municipal result¨® herida.
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