?Hasta d¨®nde llega Alemania?
?Hasta d¨®nde llega Alemania? ?Es la suma de los dos Estados alemanes o m¨¢s que eso? Un fantasmag¨®rico debate sobre la germanidad de territorios que hoy son parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Polonia levanta pasiones en la Rep¨²blica Federal de Alemania, deteriora gravemente las relaciones con Polonia y suministra argumentos a los enemigos de las reformas democratizadoras en el Este de Europa.Los conservadores de la Democracia Cristiana de la RFA (CDU y CSU) se apropian de las ideas revanchistas de la extrema derecha para luchar contra el fen¨®meno de Los Republicanos. Dado que tras la derrota alemana, en 1945, s¨®lo se firm¨® un armisticio con los vencedores y nunca hubo un acuerdo de paz, que s¨®lo hubiera podido firmar una Alemania ¨ªntegra, las fronteras vigentes "por derecho internacional" son las existentes en 1937. Sucede todo esto a pocas semanas de que, el 1 de septiembre, se cumpla el 50? aniversario de la invasi¨®n nazi de Polonia.
Era una oportunidad hist¨®rica para abrir un nuevo cap¨ªtulo en la historia de las relaciones entre estos dos pueblos, jalonada hasta ahora de tragedias. No podr¨¢ ser ya. Por mucho que Varsovia necesite el dinero de la RFA, no puede consentir que desde el Gobierno de Bonn se viertan amenazas a su integridad territorial. "Somos el ¨²nico Estado de Europa cuyas fronteras se cuestionan abiertamente", se?alaba recientemente el Consejo de Defensa Nacional polaco, justificando as¨ª que el jefe del Estado "tiene" que ser un militar.
Todo comenz¨® con Theo Waigel, sucesor del fallecido Franz Josef Strauss en la jefatura de la CSU b¨¢vara y ministro de Hacienda del Gobierno federal. En la reuni¨®n anual de los silesianos, los alemanes expulsados en 1945 de la regi¨®n de Silesia que, tras el corrimiento de las fronteras hacia Occidente, pas¨® a ser Polonia, Theo Waigel pronunci¨® la "desgraciada frase" que despu¨¦s ha repetido, ratificando su contenido.
"Los territorios dentro de las fronteras de 1937 forman parte de la cuesti¨®n alemana", se?al¨®. Socialdem¨®cratas, liberales y muchos democristianos reaccionaron con estupor. "?C¨®mo se podr¨¢ quitar el h¨¢bito a algunos pol¨ªticos alemanes de decir lo falso en el momento falso?", se preguntaba el diario S¨¹ddeutsche Zeitung. El ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, reaccion¨® con tal indignaci¨®n que amenaz¨® con romper la coalici¨®n si los democristianos no se distanciaban claramente de las manifestaciones de Waigel.
Acuerdos de Helsinki
Waigel olvid¨® el acuerdo entre Bonn y Varsovia que establece que "no hay ni. habr¨¢ reivindicaciones territoriales" entre ambos Estados y marca el car¨¢cter definitivo de la frontera Odra Neisse. Tambi¨¦n olvid¨® los acuerdos de Helsinki, con la ratificaci¨®n del car¨¢cter inamovible de las fronteras. Sin embargo, no es amn¨¦sico el l¨ªder b¨¢varo. Waigel tiene elecciones que disputar en el Estado de Baviera el pr¨®ximo a?o. En las europeas de hace un mes Los Republicanos, de extrema derecha, lograron el 157. de los votos. La inmensa mayor¨ªa de los alemanes expulsados de los territorios orientales, de Silesia o los Sudetes vive en Baviera. ?Qu¨¦ es la cuesti¨®n alemana? Seg¨²n unos, no existe, ya que qued¨® zanjada con la creaci¨®n de dos Estados independientes. Seg¨²n otros, es la pendiente reunificaci¨®n de los dos Estados, en libre autodeterminaci¨®n, hasta la frontera establecida por los r¨ªos Odra y Neisse. Seg¨²n algunos pocos -se sab¨ªa-, Alemania tiene que renacer en las fronteras de 1937, con Silesia, Prusia del este y Pomerania, como si la guerra no hubiera existido. Hasta el r¨ªo Memel, m¨¢s all¨¢ de K?nigsberg, hoy Kaliningrado. Lo que no se sab¨ªa es que compart¨ªa esta opini¨®n nada menos que un ministro del Gobierno y l¨ªder del tercer partido de la coalici¨®n.
Un debate sobre la existencia o no de Alemania en sus fronteras de 1937 es una pol¨¦mica tan gratuita que se tiene que dejar para uso exclusivo en emotivas reuniones de las asociaciones de ultraderechistas nost¨¢igicos, vino a decir el director de Der Spiegel, Rudolf Augstein.
En Polonia, las declaraciones de Waigel, reiteradas por ¨¦l y otros compa?eros de caza del voto ultraderechista, causaron un revuelo de indignaci¨®n en toda la sociedad, en la que hizo resurgir los miedos al revanchismo alem¨¢n y fortaleci¨® los argumentos de la ortodoxia que defiende la "hermandad de armas" con la URSS para defenderse contra los sue?os expansionistas de los alemanes.
La paz europea
No existe tal voluntad expansionista en la RFA, pero declaraciones como las de Waigel sirven para hacer creer que s¨ª. "Quien pone en duda las fronteras, pone en peligro la paz en Europa", dijo el l¨ªder de Solidaridad Bronislaw Geremek en Bonn.
Las autoridades de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) se frotar¨ªan las manos al o¨ªr a Waigel. D¨ªas m¨¢s tarde, los medios oficiales de Berl¨ªn Este hab¨ªan encontrado un buen uso para sus declamaciones pangermanistas y revanchistas. El muro de Berl¨ªn es necesario tambi¨¦n para defender la frontera polaca de las tentaciones revanchistas de pol¨ªticos de Bonn, se?alaban. En un momento pol¨ªtico de inmensas posibilidades para la democratizaci¨®n polaca y la apertura en el Este, la caverna derechista de la RFA, por medio del destacado portavoz Waigel, parece haber cre¨ªdo necesario echar una mano a la casi derrotada caverna ortodoxa polaca y a la reinante a¨²n en Berl¨ªn Este.
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