Chile en el coraz¨®n
Se cumplen 50 a?os del viaje en el que Neruda llev¨® a Valpara¨ªso a 2.200 refugiados espa?oles
"Viva Chile", grit¨® el pescador Juan M¨¢rquez, vestido con su ra¨ªdo. chaqueta de miliciano y una boina vasca. Fue el primero de los 2.200 refugiados espa?oles de la guerra civil que hace 50 a?os baj¨® desde el buque Winnipeg al puerto de Valpara¨ªso. La multitud que los recibi¨® cantaba con fuerza. "O la tumba ser¨¢s de los libres, o el asilo contra la opresi¨®n", una estrofa del himno nacional de Chile, como bienvenida a quienes hu¨ªan del franquismo, de los campos de concentracion franceses y de la II Guerra Mundial. Neruda organiz¨® el viaje. Hoy se confunde el homenaje con el recuerdo al poeta.
Entre quienes recibieron o. los espa?oles estaba el m¨¦dico Salvador Allende, entonces ministro de Salud del Gobierno del Frente Popular chileno. Pese a la oposic¨ª¨®n de la derecha, a un reciente terremoto, a la pobreza del pa¨ªs y a la distancia, ese 3 de agosto de 1939 Chile abri¨® sus puertas. Una ola solidaria sacudi¨® la estrecha geograf¨ªa. Culminaban meses de trabajo de Pablo Neruda, quien organiz¨® la traves¨ªa de Francia y Chile de este viejo nav¨ªo, que estaba acondicionado para pasajeros, el Winnipeg, una palabra alada cargada de esperanza, escribi¨® el poeta.Los 280 sobrevivientes de esta odisea contempor¨¢nea, sus hijos y nietos, celebran en Chile durante esta semana el 50? aniversario de la llegada al Chile del Winnipeg. Tres exposiciones, dos libros, un v¨ªdeo, conferencias y comidas jalonan una conmemoraci¨®n que ha contado con respaldo de la Embajada espa?ola y del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericanao.
"Me siento binacional", dijo Jos¨¦ Ricardo Morales, ex comisario de la Brigada 46 Mixta del Ej¨¦rcito del Sur del Tajo, un refugiado que contribuy¨® a fundar el teatro en Chile y autor de m¨¢s de 30 obras. "Llevo a Chile en el coraz¨®n", ratific¨® Agripina Arias, una obrera madrile?a, viuda del teniente Benito Pascual, del Quinto Ej¨¦rcito, quien muri¨® en Santiago "porque no soport¨® el golpe militar de Pinochet".
Dos tierras
"Tengo dos tierras", afirmo la pintora catalana Roser Bru. "A los derrotados nos recibieron como triunfadores en un pa¨ªs modesto: ha sido un gran exilio", sostuvo el pintor Jos¨¦ Balmes. "Me sigue gustando el Sp¨®rting de Gij¨®n, pero mis hijos, nietos y amigos est¨¢n en Chile", agreg¨® Ram¨®n Pendas, ex secretario del comit¨¦ de defensa del Frente Popular en Cangas de On¨ªs, prisionero durante 11 meses y condenado a muerte, canjeado por detenidos franquistas.Cerca de medio mill¨®n de espa?oles del bando republicano huy¨® a Francia al terminar la guerra civil. El ¨¦xodo de los derrotados, bajo castigo a¨¦reo, sin armas ni alimentos, no fue el ¨²ltimo cap¨ªtulo. Unos pocos, entre ellos las familias de Reiser Bru y Jos¨¦ Balmes, ten¨ªan amigos y pudieron quedarse bajo techo en Francia. Tambi¨¦n pasaron penurias: "No hab¨ªa comida y dormimos en un pajar".
Para la mayor¨ªa, la elecci¨®n fue partir a un campo de concentraci¨®n o volver a Espa?a. ?bamos en filas. A los senegaleses que nos vigilaban les dec¨ªamos: 'La madre que los pari¨®'. En la arena de la playa de Saint Cyprien, hoy un balneario de lujo, cavamos unos hoyos como tumbas. Cuando llov¨ªa nos tend¨ªamos all¨ª hasta que se flenaban de agua. Despu¨¦s sal¨ªamos y permanec¨ªamos de pie bajo la lluvia". Pendas desert¨® del Ej¨¦rcito republicano. "no caigo prisionero por segunda vez", advirti¨® al superior, un comunista. Pudo hacerlo, pero cay¨® al hambre de un campo de concentraci¨®n franc¨¦s.
La Guerra Mundial era inminente a principios de 1939. Meses antes, Pedro Aguirre Cerda, del Frente Popular chileno, hab¨ªa triunfado en la elecci¨®n presidencial con el lema "Gobernar es educar". Neruda, autor de Espa?a en el coraz¨®n, pidi¨® al presidente ir a buscar refugiados espa?oles a Chile. "Tr¨¢igame millares de espa?oles. Tenemos trabajo para todos. Tr¨¢igame vascos, castellanos, extreme?os", dijo Aguirre Cerda, y nombr¨® a Neruda c¨®nsul en Francia para la inmigraci¨®n espa?ola. En abril de 1939 Neruda se instal¨® en Par¨ªs con Delia del Carril, la hormiguita, su segunda esposa, quien muri¨® en julio pasado. Compartieron techo con Rafael Alberti y Mar¨ªa Teresa Le¨®n, y ambos colaboraron con la misi¨®n diplom¨¢tica de Neruda. El poeta contact¨® con Juan Negr¨ªn, del Gobierno republicano en el exilio. El Servicio de Evacuaci¨®n de Refugiados Espa?oles (SERE) ayud¨® a seleccionar los inmigrantes. El Gobierno chileno prefer¨ªa a trabajadores manuales antes que intelectuales.
Miles de cartas de refugiados pidiendo apoyo llegaron hasta Neruda. Pero en Chile, la derecha no deseaba a los exiliados republicanos. Un diputado dijo entonces: "Nos traen ladrones y asesinos". Los parlamentarios izquierdistas replicaban: el Gobierno anterior asil¨® a los franquistas que entraron a la Embajada de Chile en Madrid.
El ministro de Exteriores autoriz¨® el ingreso sin consultar a Aguirre Cerda. Molesto, el presidente chileno mand¨® una contraorden a Neruda por telegrama: "Ruegole desmentir noticia o cancelar viaje emigrados". Desconcertado, Neruda consult¨® a Negr¨ªn. Desde Par¨ªs, por tel¨¦fono, el poeta dijo a su Gobierno que no acatar¨ªa la nueva ¨ªnstrucci¨®n. Un d¨ªa despu¨¦s otro telegrama permiti¨® el viaje.
El Winnipeg zarp¨® el 4 de agosto de 1939 desde el muelle de Trompeloup, cerca de Burdeos, en medio de rostros desencajados por las l¨¢grimas, pu?osizquierdos en alto, risas de los ni?os y besos de las parejas de espa?oles que se reencuentran. "Que la cr¨ªtica borre toda mi poes¨ªa, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podr¨¢ borrarlo nadie", escribi¨® Neruda. Los refugiados recuerdan a Neruda, vestido de blanco, y a la homiguita, vigilando los ¨²ltimos preparativos en el muelle, contando c¨®mo era Chile, un pa¨ªs del que pocos hab¨ªan o¨ªdo antes. El poeta regal¨® folletos en los que escribi¨®: "Chile dista mucho de ser un para¨ªso. Nuestra tierra s¨®lo entrega su esfuerzo a quien la trabaja duramente".
En el Winnipeg viajaron militantes de 33 partidos. Los hombres en las bodegas, separados de mujeres y ni?os, que estaban en las cubiertas superiores. No hubo privilegios. Balmes dice que el olor "de vientre, sarc¨®fago, bacalao, rancio, vomitivo" es inolvidable. Morales hizo clases de literatura; Bru, de pintura. Todos repet¨ªan las comidas despu¨¦s del hambre en los campos de concentraci¨®n, relat¨® Pendas.
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