El restaurante Mao
La vuelta al conservadurismo amenaza a la econom¨ªa privada en China
Shaoshan, provincia de Hunan. Los ruidos de la calle resonaban con toda su fuerza en el polvoriento pueblo natal del presidente Mao. Por una puerta apareci¨® una mujer furiosa maldiciendo al cielo y a su vecina, que le hab¨ªa destrozado los ladrillos que utilizaba en la reforma del pr¨®spero restaurante de la familia Mao. "Tienen envidia porque soy rica", coment¨® la pariente lejana del Gran Timonel. La mujer vive enfrentada al pueblo desde que hace dos a?os, abri¨® un restaurante privado en el desvencijado piso con vistas sobre la casa de Mao.
En la ¨¦poca de la inauguraci¨®n, las reformas de Deng Xiaoping estaban en todo su auge. "Ser rico es magn¨ªfico", hab¨ªa dicho Deng, revocando d¨¦cadas de igualitarismo maoista. Madame Tang segu¨ªa el ritmo que le marcaba su ¨¦poca. Era una de los 14,5 millones de personas que abrieron negocios privados en la ¨²ltima d¨¦cada, aunque el suyo es ¨²nico por su iron¨ªa: esta mujer de negocios, astuta y trabajadora, fue el tipo de persona condenada por el igualitarismo obsesivo del fundador de la China comunista.El local est¨¢ repleto de recuerdos de Mao. Lleva su nombre y se especializa en la comida hunanesa, con mucho condimento, que a ¨¦l le gustaba mucho: queso de soja frito muy sazonado, callos fritos, sangre de: cerdo de Longzhi con guindilla y pastelitos ba?ados en t¨¦ de jazm¨ªn Monkey King. El orgullo del lugar es una f¨®to de Mao sentado junto a su familia tomada en 1959, cuando realiz¨® su nost¨¢lgico viaje a la casa de sus ancestros, en la provincia de Hunan, en el centro de China.
En la fotograf¨ªa, una Madame Tang m¨¢s joven y radiante con su hijo menor en brazos estaba vestida como tina trabajadora municipal del pueblo, lo que era en aquella ¨¦poca. Hoy
y viste un impecable traje negro de negocios pero es prudente al quitarle importanc:la al dinero que gana ("El volumen de m¨ª negocio es tres veces superior al de cualquier otro restaurante") y a sus v¨ªnculos con Mao. (En realidad el pariente es su marido, Mao Kaixin, quien seretir¨® del Ej¨¦rcito con el grado de coronel. No se le ve¨ªa por ninguna parte, aunque Madame Tang dice que le ayuda en el negocio.) Con el resurgimiento del impulso igualitarista de los nuevos l¨ªderes conservadores ella le da mayor ¨¦nfasis a la devoci¨®n del restaurante hacia el famoso hijo de ese pueblo: "Prefiero la gente de Pek¨ªn", dice. "Sienten una gran veneraci¨®n y comprensi¨®n por Mao".
El peligro de ser rico
Ya percibe que ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil luchar contra la "enfermedad del ojo enrojecido" (expresi¨®n china para los celos), a la que se enfrentan los empresarios privados de mayor ¨¦xito. En la fr¨ªa atm¨®sfera ideol¨®gica que ha seguido a la matanza de la plaza de Tiananmen nuevamente, ser rico resulta algo m¨¢s peligroso que magn¨ªfico. El nuevo l¨ªder del partido, Jiang Zemin, ha acusado a los empresarios privados de estafar al Estado y de no pagar los impuestos. Esto ha marcado el tono del nuevo clima de los negocios que ahora amenaza a m¨¢s empresarios privados.Fue una incitaci¨®n suficiente para que la envidiosa vecina de Madame Tang fuera durante la noche al restaurante de ¨¦sta con un gran mazo: el tipo de ataque que el presidente Mao ordenaba a sus j¨®venes guardias rojos durante la Revoluci¨®n Cultural. Despu¨¦s de todo, los ricos eran una de las "nuevas categor¨ªas hediondas" de Mao.
Evidentemente, esto pasaba por la mente de Madame Tang mientras observaba los da?os."El Gobierno me apoyar¨¢", dijo con determinaci¨®n mientras sacaba una bolsa negra repleta de cartas con sellos rojos oficiales relacionadas con el restaurante y sus derechos de propiedad. Sin embargo hab¨ªa un matiz de duda en su voz. Comprende que el futuro inmediato se presenta un poco oscuro para los empresarios privados.
Esta situaci¨®n est¨¢ directamente relacionada con la ca¨ªda en desgracia del l¨ªder reformista del partido, Zhao Ziyang, cuya pol¨ªtica innovadora y encaminada a una econom¨ªa de mercado pas¨® al olvido el ¨²ltimo invierno y fue sustituida por reformas para atacar la elevada inflaci¨®n y los precios. La nueva pol¨ªtica de restricciones del premier Li Peng ha desembocado en cr¨¦ditos m¨¢s limitados y en un control central m¨¢s estricto. Otras razones oficiales para realizar cierres de negocios privados en masa son la escasez de materias primas, el trato preferencial a las empresas estatales y las donaciones obligatorias que los empresarios privados deben hacer a diversos funcionarios y organismos oficiales: sobornos que "se han convertido en cargas insostenibles" para algunos empresarios, seg¨²n un peri¨®dico de Pek¨ªn.
Madame Tang tiene otra raz¨®n para estar preocupada. En cierto modo, el restaurante de la familia Mao se vio atrapado en las protestas que precedieron a los tr¨¢gicos acontecimientos de la plaza de Tiananmen. Se convirti¨® en un ruidoso lugar de reuni¨®n para los peregrinos prodemocr¨¢ticos, enfadados por la corrupci¨®n en la c¨²pula gobernante y que s¨®lo anhelaban valores mao¨ªstas m¨¢s simples. Durant¨¦ algunas semanas despu¨¦s de la matanza, los nost¨¢lgicos peregrinos segu¨ªan llegando y las discusiones se alargaban hasta muy entrada la noche. All¨ª se dec¨ªa que, aun durante la cruenta Revoluci¨®n Cultural, Mao nunca envi¨® soldados armados contra civiles desarmados. Pero ahora, como reflejo de las duras medidas tomadas y los continuos arrestos, la gente ya no viene.
La ba?era
Sin embargo, aunque los conservadores est¨¦n a la ofensiva, la elite pol¨ªtica china tiene dos mentalidades en lo referente al negocio privado. Algunos atacan la idea misma de propiedad privada y quisieran volver a las antiguas costumbres mao¨ªstas. Otros argumentan que los empresarios privados, constituyen un elemento esencial para mejorar las industrias de servicio. Tambi¨¦n emplean a m¨¢s de 20 millones de personas y const¨ªtuyen una fuente de moneda fuerte.En realidad no es s¨®lo Madame Tang quien hace dinero con la memoria de Mao en el pueblo donde ¨¦ste naci¨®. Por no mucho precio, un turista puede dormir en la cama del Gran Timonel, utilizar su amplia y elevada ba?era y escribir en su escritorio: todo esto se encuentra en una casa de hu¨¦spedes constru¨ªda para ¨¦l en 1951, dos a?os despu¨¦s de asumir el poder en Pek¨ªn.
Traducci¨®n: C. Scavino.
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