Una escuela en Tokio ense?a a los novios a conocer a las nuevas japonesas
Seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, tres de cada cuatro trabajadores japoneses est¨¢n bajo una gran tensi¨®n nerviosa en su puesto de trabajo; pero para los solteros, sobre todo los que tienen entre 30 y 35 a?os, existe otro motivo de preocupaci¨®n creciente: la necesidad de encontrar novia para casarse. Esta obligaci¨®n ha dado lugar al nacimiento de agencias matrimoniales u organizaciones juveniles que intentan paliar la falta de experiencia que tiene el joven japon¨¦s a la hora de buscar pareja. Una de estas organizaciones es la Nihon Seinenkan (Hall de la Juventud de Jap¨®n), parcialmente subvencionada por el Ministerio de Educaci¨®n.
"Las dificultades para llevar a cabo este tipo de proyectos empiezan con el reclutamiento de candidatos", explica su coordinadora, Eriko Miyake. "La Hanamuko Gakko (escuela para novios) est¨¢ dirigida a personas que gastan toda su energ¨ªa en su lugar de trabajo y no les queda inter¨¦s para tomar iniciativas en el terreno de encontrar pareja. Esta dificultad produce una tibia respuesta entre los hombres a los que est¨¢ destinado el curso, pero confiamos en poder llenar las 50 plazas previstas".Desde primeros de septiembre, los alumnos, previo pago de 40.000 yenes (unas 35.000 pesetas), pueden asistir a una charla semanal de dos horas y media de duraci¨®n durante tres meses, dirigidas por siete mujeres y cinco hombres, conocidos profesores de universidad, psic¨®logos Y periodistas, que intentar¨¢n acercar al mundo masculino las ansias y las expectativas de la mujer japonesa. El curso finalizar¨¢ con un fin de semana (el centro tiene un hotel en sus tres ¨²ltimas plantas) en el que los participantes se dedicar¨¢n a transmitirse experiencias y a evaluar las ense?anzas recibidas.
El terreno reivindicativo de la mujer japonesa no se est¨¢ circunscribiendo al ¨¢mbito pol¨ªtico, sino que incide en todas las estructuras de la sociedad. Uno de los conceptos que se est¨¢ transformando radicalmente es el de matrimonio y familia. Para Eriko Miyake, "el matrimonio ya no es la meta principal de la joven japonesa actual", aunque reconoce que m¨¢s de un 95% tiene la idea de contraer matrimonio. "Muchas chicas en edad casadera est¨¢n gozando de una libertad y de unos recursos econ¨®micos que saben que son incompatibles con el matrimonio, por lo que retrasan la fecha de ¨¦ste tanto como pueden". Adem¨¢s, las demandas que formulan a los posibles aspirantes no s¨®lo est¨¢n basadas en la seguridad, en cuanto a la solvencia econ¨®mica, sino que al candidato se le exige tambi¨¦n saber llenar la futura vida en com¨²n con una comunicaci¨®n estrecha y constante entre la pareja. Estas actuales demandas tienen consternados a buena parte de los j¨®venes japoneses, que no saben por d¨®nde empezar.
Una imposici¨®n
Hasta ahora, para el mundo masculino, la necesidad de casarse y fundar una familia era algo que impon¨ªa el modelo corporativo nip¨®n; era una necesidad de la sociedad, en la cual la esfera individual ten¨ªa poco que decir. Todav¨ªa hoy, la principal preocupaci¨®n que est¨¢ detr¨¢s del matrimonio para el hombre en Jap¨®n es el miedo a que una solter¨ªa prolongada pueda afecta las posibilidades de promoci¨®n dentro de la compa?¨ªa en que trabaja. "Los principales problemas que tendr¨¢n que resolver nuestros alumnos ser¨¢n la inconsciencia y la falta de madurez ,del hombre japon¨¦s", explica la coordinadora de la escuela.La mentalidad del var¨®n japon¨¦s est¨¢ basada en cierta incapacidad para reconocer que las actuales reglas sociales son profundamente sexistas y discriminatorias.
El segundo problema, la inmadurez del hombre japon¨¦s, seg¨²n Eriko Miyake, est¨¢ anclado en el modelo de relaci¨®n que madre e hijo mantienen dentro de la sociedad japonesa. "El de la mujer en nuestra sociedad", afirma Miyake," ha sido, hasta ahora, el de madrefuerte, esposa d¨¦bil. Debido a que el padre est¨¢ casi permanentemente fuera de casa, y sobre todo en los ¨²ltimos a?os, en los que el desarrollo industrial de Jap¨®n ha sido muy alto, existe una relaci¨®n muy fuerte entre los hijos y la madre. Ella es la principal fuente de experiencia y su maestra. La madre japonesa se ha adaptado a una sociedad machista y, en funci¨®n de este valor, educa a sus hijos de manera diferente seg¨²n el sexo. Un var¨®n, sobre todo si es primog¨¦nito, es empujado constantemente por su madre a sacar buenas notas que le conduzcan directamente a una prestigiosa universidad y a la posterior colocaci¨®n en una buena compa?¨ªa. Autom¨¢ticamente aparecer¨¢ una buena mujer y la correspondiente familia, sin tener que buscar".
La esposa-madre
Para Eriko Miyake, la madre japonesa nunca prepara al hijo para ser buen esposo o padre." Pero, al mismo tiempo, satisface todas las necesidades materiales del hijo, por lo que ¨¦ste se vuelve muy dependiente. Al crecer, de sea como esposa a una segunda madre; la busca en otras mujeres, pero no la encuentra debido a los grandes cambios sociales que se est¨¢n dando. Por esto, te nemos que ense?ar a los hombres a separarse de esa idea". El ¨²ltimo objetivo de la escuela es el de de romper la hipocres¨ªa social existente, que ampara un permanente abismo entre lo que dicen los hombres japoneses y lo que piensan y sienten.Un dicho frecuente en Jap¨®n, comenta Eriko Miyake, es que un trabajador japon¨¦s que est¨¢ de acuerdo con determinada ideas progresistas de car¨¢cter comunista al charlar con sus compa?eros de trabajo, se convertir en un ardiente defensor de la plataforma de acci¨®n socialista con el vecino que le ha tocado en el tren que le lleva a su casa, y llegar¨¢ a ¨¦sta siendo un convencido defensor de los valores conservadores del partido en el Gobierno (el Partido Liberal Democr¨¢tico). Lo mismo ocurre en la esferz social. Si se le pregunta en la calle al japon¨¦s medio, si est¨¢ a favor de la igualdad entre los sexos, responder¨¢ con rotundo si pero cuando llegue a su casa, la sopa tiene que estar preparada el ba?o, a la temperatura justa, la fragante esposa, dispuesta.
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