Garc¨ªa de Blas propone la creaci¨®n de un fondo comunitario para luchar contra la pobreza
Antonio Garc¨ªa de Blas, director general de Pol¨ªtica Econ¨®mica, es partidario de reformar los fondos estructurales de la CE, y propuso ayer en Santander la creaci¨®n de uno nuevo destinado a luchar contra la pobreza. El cree que los programas actuales, dotados con 55 millones de ECU, no son suficientes para atajar un problema que afecta a 40 millones de ciudadanos de los doce, la mayor¨ªa en paro de larga duraci¨®n, que se han descualificado profesionalmente.
En contraste, Garc¨ªa de Blas no defiende la implantaci¨®n de un salario social en Espa?a porque cree que la pobreza se ataja modificando las condiciones de vida y las causas, que a su juicio son el menor nivel de educaci¨®n, infraestructura y difusi¨®n tecnol¨®gica. Su estimaci¨®n es que los recursos destinados ahora en la CE se deber¨ªan, al menos, duplicar.En el plano nacional propone que las medidas comunitarias se complementen con la protecci¨®n de las personas de edad avanzada, mediante pensiones dignas, y la asistencia sanitaria. Precisamente el Consejo de Ministros va a aprobar ma?ana la universalizaci¨®n de la cobertura sanitaria p¨²blica y su extensi¨®n al 2% de la poblaci¨®n espa?ola que a¨²n no cuenta con ella.
Reforma de los fondos
En su intervenci¨®n en el curso de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP) sobre La Europa social, Garc¨ªa de Blas enumer¨® ayer otra reforma a medio plazo de los fondos estructurales de la CE. Se trata de ampliar los programas destinados a infraestructuras, sanidad, educaci¨®n y sectores ahora no protegidos.
En relaci¨®n al problema del paro, Paolo Cecchini, consejero de la comisi¨®n de la CE y autor del informe que lleva su nombre sobre las ventajas del mercado ¨²nico, afirm¨® que se puede superar la creaci¨®n de dos millones de puestos de trabajo si los Gobiernos toman medidas para el reparto equilibrado de los beneficios y con unas relaciones laborales arm¨®nicas. ?l cree que el consenso social no se puede lograr viendo, por ejemplo, c¨®mo los empresarios italianos piden unas rebajas en los costes del trabajo cuando desde hace cinco a?os tienen unos beneficios muy altos.
No comparte, sin embargo, los criterios de los sindicatos en torno a la Carta Social, que ¨¦l propugna deben ser "una orientaci¨®n pol¨ªtica, no jur¨ªdica".
Cecchini tampoco est¨¢ de acuerdo con el secretario general de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), Mathias Hinterscheid, que el d¨ªa antes afirm¨® en Santander que la presidencia francesa es "la ¨²ltima oportunidad para aprobar la Carta Social". ?l considera que el Gobierno de Irlanda, y sobre todo el italiano, "deber¨ªan empujar", y apunt¨® que tambi¨¦n depende del resultado de las elecciones en el Reino Unido. Para Cecichini es muy dif¨ªcil" que la Carta Social se apruebe mientras gobierne Margaret Thatcher.
El representante de UGT que ayer intervino en la UIMP, Enrique Calvet, l¨®gicamente mostr¨® su desacuerdo con Cecchini sobre el alcance no vinculante de la Carta Social, lo mismo que Javier Velasco, delegado de CC OO ante el Comit¨¦ Econ¨®mico y Social de la CE.
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