El 'chico de oro y la pareja americana
McKean gan¨® los 800 metros, y el matrimonio Patrick, las carreras de 400 vallas
El escoc¨¦s Tom McKean, un mediofondista con los rasgos de los chicos dorados de Chelsea, venci¨® en la carrera del d¨ªa, los 800 metros, y gan¨® una de las batallas de su guerra contra el fantasma de Sebastian Coe y Steve Ovett, los h¨¦roes del medio fondo brit¨¢nico. "Siempre siento la presi¨®n contra m¨ª", declaraba tras la carrera. "Toda mi vida he tenido que escuchar cr¨ªticas contra mi supuesta incapacidad para ganar en las grandes competiciones".
McKean tuvo una carrera a su medida. Sus victorias est¨¢n construidas sobre una franja muy estrecha, de apenas un segundo. El mediofondista escoc¨¦s es pr¨¢cticamente invulnerable cuando la carrera termina entre 1.44 y 1.45. Para estos registros, dispone de un final dur¨ªsimo y de una extraordinaria capacidad para colocarse en la posici¨®n correcta.En Montju?c s¨®lo tuvo un problema con Tom¨¢s de Teresa, que le encerr¨® contra la cuerda. McKean segu¨ªa la estela del keniata Nixon Kiprotich, un atleta de car¨¢cter generoso. El africano hab¨ªa conducido el grupo desde el inicio de la carrera. Situado en la segunda posici¨®n, el brit¨¢nico s¨®lo deb¨ªa resolver su dificultad con De Teresa para conseguir la victoria. Bast¨® un ataque duro despu¨¦s de los 600 metros para deshacerse del espa?ol. Kiprotich tampoco fue obst¨¢culo.
Tom McKean venci¨® y se dirigi¨® feliz a los periodistas brit¨¢nicos, que durante varios a?os han so?ado con un sucesor de Coe y Ovett. Los especialistas siempre han tenido al escoc¨¦s como el hombre capaz de prolongar una dinast¨ªa incomparable. Sin embargo, todas las esperanzas han sido destrozadas por la incapacidad de McKean para exprimir su resistencia a la velocidad. Sus dificultades para aguantar el suicidio de las finales ol¨ªmpicas o de los campeonatos del mundo son terribles. En estas carreras se reclaman registros inferiores a 1.44. Esta necesidad pesa sobre McKean como la piedra de S¨ªsifo. Sabe que es un gran atleta, pero est¨¢ a medio segundo de la grandeza.
Mientras McKean se libraba de sus ataduras psicol¨®gicas, David Patrick y Sandra Farmer, el matrimonio de vallistas norteamericanos, ofrec¨ªan la imagen m¨¢s acabada del pastel norteamericano.
La pareja norteamericana viv¨ªa un idilio con la Prensa estadounidense. David Patrick y Sandra Farmer acababan de vencer en las carreras de 400 vallas. Patrick es un antiguo especialista en 800 metros que ha visto su para¨ªso en las vallas bajas. El pasado a?o fue uno de los cinco hombres que bajaron de 48 segundos en la memorable carrera de clasificaci¨®n del equipo norteamericano para los Juegos Ol¨ªmpicos de Se¨²l. Por dos cent¨¦simas qued¨® fuera de la selecci¨®n ol¨ªmpica. La decepci¨®n de Sandra Farmer tuvo un origen burocr¨¢t¨ªco. De origen jamaicano, aunque haya residido casi toda su vida en Estados Unidos, Farmer fue apartada del equipo por su origen de nacimiento.
La Prensa, encantada
Un a?o despu¨¦s, la pareja ha encandilado a la Prensa de su pa¨ªs. A falta de Florence Griffith y otras buenas historias, David Patrick y Sandra Farmer ofrecen un material magn¨ªfico para las narraciones rosas. En Montju?c, los reporteros buscaban sensaciones rosas m¨¢s que respuestas de car¨¢cter t¨¦cnico. "Ha sido el mejor d¨ªa desde nuestra luna de miel", dec¨ªa encantado Patrick, c¨®modo ganador de su carrera.
Sandra Farmer a?ad¨ªa m¨¢s az¨²car: "Ha sido terrible. Nunca he estado tan cansada como hoy. Las piernas me dol¨ªan tanto como la cabeza. En la tercera valla he pensado que iba a perder la carrera. Al llegar a la octava me he dicho 'si me derrotan, David, me mata". Patrick dif¨ªcilmente pod¨ªa rega?ar a una atleta que acabar¨¢ el a?o sin perder.
Su adaptaci¨®n a esta prueba ha sido mod¨¦lica. Bajo el tremendo aguacero de Montju?c, Sandra Farmer se mostr¨® intratable, pese al esfuerzo inicial de la sovi¨¦tica Larisa Ledovskaia, una competidora dura y exigente. Farmer se sobrepuso al temporal y logr¨® una marca magn¨ªfica (53.89), que demuestra la excelente calidad de la pista de Barcelona y el talento de una atleta que est¨¢ llamada a rebajar el r¨¦cord del mundo.
La noche ofreci¨® tambi¨¦n una nueva demostraci¨®n del incombustible Larry Myricks. Todos sus saltos sobrepasaron los ocho metros, a pesar de las condiciones adversas. A Myricks s¨®lo le queda el desconsuelo de haber coincidido durante toda su carrera con Carl Lewis.
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