Las privatizaciones

SIMULT?NEAMENTE Y, seg¨²n todos los indicios, producto de una coincidencia temporal, varias empresas p¨²blicas -Enfersa, Imepiel, Ateinsa, Enasa- est¨¢n a punto o ya han sido transferidas al sector privado, en lo que se configura como una nueva fase privatizadora y que viene a unirse a la otra v¨ªa alternativa utilizada: la reciente salida a bolsa de Repsol y los planes previstos en este mismo sentido para Iberia y Aviaco, aunque en estos ¨²ltimos casos el sector p¨²blico mantendr¨¢ la mayor¨ªa del capital y, por ende, el control estrat¨¦gico de las compa?¨ªas.La ola privatizadora, que corre paralela a la de otros Estados comunitarios, se produce, sin embargo, sin que se haya suscitado -y sin que ninguna fuerza pol¨ªtica lo juzgue oportuno- un debate sobre el papel que debe jugar el sector p¨²blico en la econom¨ªa espa?ola en una coyuntura hist¨®rica muy especial: el mercado ¨²nico europeo se encuentra cerca y pondr¨¢ a prueba la estructura industrial de los pa¨ªses comunitarios, especialmente de los m¨¢s d¨¦biles en este terreno, entre los que Espa?a puede verse incluida.

Portavoces oficiales han se?alado que la empresa p¨²blica espa?ola est¨¢ preparada ante el reto de una Europa unida "en lo econ¨®mico y en lo social", pero esta afirmaci¨®n se queda en una mera frase sin contenido real si no existe al mismo tiempo una idea clara de la dimensi¨®n ni del objetivo futuro del Instituto Nacional de Industria (INI) y de las empresas del Patrimonio del Estado. Hasta este momento, m¨¢s que el abandono de sectores espec¨ªficos en funci¨®n de una estrategia elaborada, se vende o se va a vender todo aquello para lo que existe comprador, en varios casos despu¨¦s de efectuar sustanciosas inyecciones de fondos p¨²blicos para sanear las empresas y enajenarlas en las mejores condiciones posibles. En algunos ejemplos, como es el de Enasa, son ya varios a?os de negociaciones e intentos frustrados. El toque de salida de esta pol¨ªtica se dio con la venta de Seat a la alemana Volkswagen, tras la inversi¨®n de 90.000 millones de pesetas.

Ante este fen¨®meno, las ¨²nicas voces que se han levantado en contra de este proceso de ventas han sido, aparte de algunos economistas independientes, las sindicales, aunque bien es cierto que m¨¢s a menudo para pedir garant¨ªas de empleo que en busca de una clarificaci¨®n de la estrategia gubernamental en el sector p¨²blico.

Es imprescindible y urgente definir claramente cu¨¢l debe ser el papel del sector p¨²blico para evitar, por ejemplo, que un d¨ªa se califique como sector estrat¨¦gico a los fertilizantes y, al poco tiempo, y en funci¨®n de ofertas m¨¢s o menos sustanciosas, se diga todo lo contrario. En este sentido, resulta parad¨®jico que, sin embargo, todav¨ªa no se hayan comenzado las negociaciones para la compra al grupo Ercros, controlado por el grupo kuwait¨ª KIO, de la empresa de armamento Uni¨®n Espa?ola de Explosivos.

En todo caso, es necesario evitar el riesgo de que el sector p¨²blico espa?ol vuelva a sus or¨ªgenes: un ente cuya ¨²nica finalidad era la de la subsidiaridad de la iniciativa privada en los sectores poco o nada rentables, y a trav¨¦s del cual parte del dinero de los ciudadanos se transfer¨ªa al sector privado, es decir, la socializaci¨®n de las p¨¦rdidas.