Chispas en la Casa Rosada
Las elecciones generales se anticiparon al 14 de mayo. Ra¨²l Alfons¨ªn, abrumado por la derrota y la crisis, abandon¨® la Casa Rosada, sede del Gobierno, antes del 10 de diciembre. Carlos Menem jur¨®, apresuradamente, el 9 de julio. El pasado viernes, 8 de septiembre, se cumplieron los primeros dos meses de su Gobierno. La inflaci¨®n, que en julio lleg¨® al 196,6% mensual, fue en agosto del 37,9%. Las reservas del Banco Central aumentaron de 100 a 1.500 millones de d¨®lares. Los casi nueve millones de ciudadanos estacionados en las fronteras del hambre, que en junio parec¨ªan dispuestos a saquear el pa¨ªs, comen ahora al menos una vez por d¨ªa en las ollas populares o reciben la asistencia del Estado a trav¨¦s de bonos solidarios.
Adem¨¢s, Menem ha jugado partidos ben¨¦ficos de f¨²tbol y baloncesto, pilotado un avi¨®n y se prepara para un doble de tenis. Atiende diariamente a los periodistas y est¨¢ dispuesto a entrevistarse con la primera ministra britanica, Margaret Thatcher, para resolver la disputa sobre las islas Malvinas. El viernes 8, a las diez de la noche, pod¨ªa sentirse satisfecho.
Pero no. A esa hora, unas 200.000 personas en todo el pa¨ªs se manifestaban contra su intenci¨®n de indultar a los militares acusados de graves violaciones de los derechos humanos y criticaban su alianza con la derecha y con los grupos corporativos m¨¢s poderosos del pa¨ªs. Las encuestas de opini¨®n revelan que su popularidad creci¨®, pero, tambi¨¦n, que el 80%, de la opini¨®n p¨²blica se opone al indulto.
Las Fuerzas Armadas le reclaman diariamente que "se trague de una vez el vidrio molido y no lo mastique", tal como le aconsej¨® el jefe de Estado Mayor de la Fuerza A¨¦rea, al general Jos¨¦ Juli¨¢, ese mismo viernes. El Gabinete est¨¢ dividido, los peronistas se oponen. Los roces entre ministros y secretarios de Estado, designados por Menem, comienzan a producir chispas. El vicecanciller, Archibaldo Lan¨²s, fue obligado a renunciar por el canciller, Domingo Cavallo, contra la opini¨®n del propio Menem. En la Confederaci¨®n General del Trabajo, el l¨ªder combativo Sa¨²l Ubaldini se resiste a ser desplazado por otro dirigente sindical que acepte la emergencia econ¨®mica y no reclame nada.
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