Esperanza Roy
El miedo antes de comerse las butacas
Esperanza Roy muestra sin ning¨²n pudor su miedo ante el estreno de esta noche y confiesa sentirse como si su cuerpo no estuviera hecho de materia humana. "Eso s¨ª, luego, cuando salgo al escenario, todo se me reconvierte en energ¨ªa, y soy capaz de comerme las butacas". No obstante, no oculta que hasta el estreno de esta noche de Una farola en el sal¨®n, de Santiago Paredes, su est¨®mago est¨¢ "lleno de mariposas".Parece ser que este fen¨®meno se le agudiza con el tiempo: "Cuantos m¨¢s a?os pasan, m¨¢s miedo tienes; debe de ser la responsabilidad", comenta. "Al principio de mi carrera, los nervios eran fruto de una excitaci¨®n euf¨®rica, pero ahora hasta se llega a somatizar y te puede doler todo el cuerpo".
El espectador m¨¢s fiel no la reconocer¨ªa por la calle. No podr¨ªa suponer que esa actriz descarada, que no descarnada, llena de plumas y abalorios, con unas prominencias de las que ya no se encuentran, es esa mujer menuda cuyos ¨²nicos adornos son unos vaqueros, calcetines rosas y gafas oscuras redonditas, que atraviesa despistada la madrile?a calle del Barquillo para dirigirse al teatro Infanta Isabel. Se la podr¨ªa confundir con una universitaria, y por aquello de desvelar que su edad no es tan temprana se le pregunta si sus a?os se pueden saber. Contesta con su peculiar voz, a la que da un tono socarr¨®n: "Empieza a no saberse, y no s¨®lo eso, empiezo a no saberlo ni yo".
Su vuelta al teatro la enmarca dentro de un contexto en el que el protagonismo se lo da a su responsabilidad: "No te puedes ir de los sitios as¨ª como as¨ª, y a m¨ª me parece que es inmoral cambiar, abandonar lo que es tuyo porque te vayan bien las cosas". En este sentido, Esperanza Roy demuestra que lo que dice no es s¨®lo una frase hecha, ya que para subirse hoy al escenario ha tenido que decir no a varias pel¨ªculas y rechazar ofertas de directores tan atractivos como Vicente Aranda o Pedro Almod¨®var. Y es que, para ella, un actor de cine puede ser bueno, pero "est¨¢ por cocer, como si fuera un jam¨®n sin curar".
Esta actriz presenta una de las trayectorias profesionales m¨¢s curiosas de la escena espa?ola. Sus inicios se enmarcan en el ballet, y sus primeros pasos profesionales, en el mundo del flamenco. De ah¨ª pasa a la revista como vedette, donde recrea nuevas formas de abordar este trabajo. Seguramente por ello El¨ªas Querejeta la llama para que intervenga en una de sus primeras pel¨ªculas. Desde entonces alterna teatro, televisi¨®n y cine, y sus papeles van desde ama de casa hasta se?ora estupenda, reincidiendo a menudo en la revista. En la ¨²ltima d¨¦cada, su labor se ha visto enriquecida al trabajar con textos cl¨¢sicos espa?oles y grecolatinos, sin dejar de transitar por las m¨¢s diferentes vanguardias, siendo dirigida por prestigiados nombres de la escena espa?oles y extranjeros.
La actriz piensa que en la actualidad el mal del teatro es la moda de la novela: "Antes el teatro era parte del pueblo, y el p¨²blico viv¨ªa este g¨¦nero como algo suyo; de ah¨ª que los escritores supieran la importancia de escribir teatro", y a?ade: "Hoy todos intentan escribir su novela, y queda como tab¨² el saber hacer teatro".
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