Cojo a toda costa
Cinco toro de F. Galache y uno el 5? del conde de la Maza, bien presentados. El 6? inv¨¢lido fuetemente protestado por ser mantenido en el ruedo. Francisco Espl¨¢ silencio, petici¨®n y vuelta. Mendes silencios Soro: pitos; en el sexto, la bronca dirigida a la presidencia obvi¨® cualquier referencia al espada Plaza de la Glorieta, 16 de SeptiembreQuinta corrida de feria.
C. M. PEREL?TEGUI
El final fue catastr¨®fico, manteniendo en el ruedo a un toro absolutamente inservible para la lidia. Las protestas se convirtieron en bronca y lluvia de almohadillas. En esas condiciones, Soro, con la montera puesta, dio un par de muletazos y mat¨® al toro de un bajonazo. Se pueden figurar las cosas que oy¨® el presidente. Hasta ese momento, la corrida, hab¨ªa sido manejable. Se devolvi¨® al quinto animal por cojo y los espadas hab¨ªan tenido los consabidos momentos brillantes en banderillas, pero al final se jorob¨® el paso doble por mantener en la arena a un toro inservible.
Espl¨¢, que ciertamente constituye espl¨¢ctaculos con los palos, estuvo muy atento como director en lidia y en su segundo mulete¨® con. m¨¢s brillantez que de ordinario.
Mendes, que cay¨® en la cara de su segundo en banderillas, haci¨¦ndole un quite providencial a cuerpo limpio Soro, se lastim¨® la mu?eca izquierda en el trance. Se mostr¨® valiente en su primero, un toro que sab¨ªa lo que dejaba detr¨¢s, y se dej¨® enganchar mucho la muleta en el quinto.
Soro tore¨® muy despegado a su primero, desconfiado cuando el toro le miraba, y en el sexto, al que banderille¨® la cuadrilla (poni¨¦ndolas de una en una, como las hacen), se limit¨® a matarle.
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