El Salvador, la negociaci¨®n necesaria
El autor, ex embajador espa?ol en El Salvador, mantiene que la negociaci¨®n entre el Frente Farabundo Mart¨ª de Liberaci¨®n Nacional y las nuevas autoridades salvadore?as no solamente es necesaria. Es tambi¨¦n posible, debido a la nueva pol¨ªtica de apertura internacional, que se refleja en la crisis centroamericana.
La celebraci¨®n de conversaciones en M¨¦xico entre una delegaci¨®n de alto nivel del FMLN -de la que forma parte el m¨ªtico y duro comandante Villalobos- y representantes m¨¢s o menos calificados del Gobierno del presidente Cristiani, replantea y actualiza la v¨ªa del di¨¢logo como necesaria, adem¨¢s de posible, en la soluci¨®n del conflicto salvadore?o, que se prolonga m¨¢s de 10 a?os, con un alto ¨ªndice de mortandad y tr¨¢gicas secuelas -para generaciones de ni?os y j¨®venes rotos por la violencia indiscriminada. Hay quien piensa -y entre ellos el general Woerner, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, en sus declaraciones al Subcomit¨¦ de Defensa de la C¨¢mara de Representantes- que los guerrilleros salvadore?os est¨¢n atravesando una fase de dif¨ªcil supervivencia y que ya no pueden operar con la impunidad y capacidad del. comienzo del conflicto, atribuy¨¦ndolo a la mayor agresh¨¢dad y eficacia de las fuerzas armadas y a la p¨¦rdida de ap¨®yos de los insurgentes en las bases populares de la poblaci¨®n, sobre todo del campesinado. No est¨¢ nada claro que estas afirmaciones respondan a la realidad de los hechos, sobre todo si se consideran con cierta perspectiva las operaciones militares que se reanudaron a partir de la ¨²ltima semana de junio y la ejecuci¨®n de importantes maniobras en el oriente y el norte del pa¨ªs a partir de julio, en la que las fuerzas guerrilleras lograrop mantener ¨¦l ritmo de sus acciones armadas.M¨¢s bien podr¨ªa atribuirse este cambio de estrategia a los nuevos rumbos de apertura y entendimiento en la pol¨ªtica de distensi¨®n mundial y al creciente clamor de paz que vive una sociedad agotada por el terrible ba?o de sangre que les ahoga, y desesperanzada de un triunfo r¨¢pido de cualquiera de los bandos.
Lo cierto es que a finales del pa.lad¨® enero,con la propuesta del aplazamiento electoral, por primera vez el FMLN admit¨ªa -en condiciones y con garant¨ªas dif¨ªciles de aceptar- la v¨ªa de las urnas como adecuada para una paz dentro de los par¨¢metros democr¨¢ticos y pluralistas que hasta entonces hab¨ªa rechazado.
Se equivoc¨® la guerrilla
No Ne posible articular aquel intento, que ten¨ªa urgencias oportun¨ªstas y pon¨ªa en grave aprieto al sistema constitucional. S¨¦ equivoc¨® la guerrilla al pensar que su oferta le iba a granjear el apoyo de las llamadas mayor¨ªas populares, y al rectificar constantemente sus posiciones y aumentar la violencia terrorista lo ¨²nico que consigui¨® es dejar en la estacada a la candidatura m¨¢s progresista de la Convergencia Democr¨¢tica, perjudicando al mismo tiempo al Partido Dem¨®crata Cristiano y contribuyendo al triunfo de ARENA, con lo que se aument¨® el nivel de conflict¨ªvidad y contradicci¨®n, lo que quiz¨¢ fuera el verdadero objetivo.
Desde entonces se especula sobre el di¨¢logo-negociaci¨®n en un escenario de violencia y terror constante. Algunos de los ¨²ltimos asesinatos m¨¢s notorios (entre ellos el del ministro de la Presidencia) han sido rechazados por la comandancia del FMLN, que ha pretendido sembrar ciertas dudas sobre sus autores como si se tratara de un ajuste de cuentas de la extrema derecha, aunque m¨¢s probablemente podr¨ªa atribuirse a comandos guerrilleros aut¨®nomos. La reciente propuesta del FMLN en M¨¦xico contiene una importante novedad al aceptar la legalidad vigente, que hasta ahora hab¨ªa sido rechazada por el. frente guerrillero. En contrapartida se plantean una serie de condiciones que van a poner a prueba al Gobierno del presidente Cristiani y a la Administraci¨®n norteamericana.
El mayor D'Aubuisson, l¨ªder carism¨¢tico de ARENA, que despu¨¦s de haber creado y potenciado el partido hubo de dejar paso al moderado Cristiani, est¨¢ marcado con la terrible acusaci¨®n de haber sido el inductor del asesinato de monse?or Romero, que se convirti¨® en el s¨ªmbolo de la Iglesia de los pobres, con una fuerza y arraigo persistentes. La petici¨®n de reapertura del juicio, que fue archivado por presiones de militares y oligarcas, significar¨ªa dejar definitivamente fuera de combate al mayor D'Aubuisson, y a eso n¨® se ha atrevido hasta ahora el presidente Cristiani, porque es consciente de la fuerza que todav¨ªa conservan D'Aubuisson y sus leales, entre los que se cuenta el propio vicepresidente de la Rep¨²blica, Jos¨¦ Francisco Merino, que, al frente el Ministerio del Interior, viene controlando cada d¨ªa mayores parcelas de poder, haci¨¦ndose cargo, entre otros, del problema de repatriados y refugiados con la canalizaci¨®n de las ayudas que les pueden llegar del exterior.
El presidente Cristiani desear¨ªa sin duda mantener, como hasta ahora, posturas de moderaci¨®n, mejorando su imagen y la de su Gobierno. Para ello cuenta con un talante ponderado y con sus apoyos en la clase empresarial y el Departamento de Estado, que ha encontrado un gobernante de corte nacionalista d¨®cil a los mensajes de Washington y m¨¢s entonado con el modelo de libre mercado que nunca acept¨® el presidente Duarte.
El actual embajador norteamericano en El Salvador, a manera de aut¨¦ntico proc¨®nsul, ejerce una total influencia en la Administraci¨®n salvadore?a, hasta el punto de permitirse imponer el traslado del jefe militar del departamento de Sonsonate, que hace unos meses tuvo la osad¨ªa de ignorar la prioridad circulatoria en todo el pa¨ªs, atrevi¨¦ndose a efectuar un adelantamiento a la caravana del embajador.
M¨¢s que nunca -si fuera posible-, todo depende de Washington, y ah¨ª estar¨¢ una de las claves -del proceso de di¨¢logo ?niciado en M¨¦xico.
Las reiteradas recomendaciones de la CE para la v¨ªa negociadora servir¨¢n sin duda de est¨ªmulo a las fuentes interesadas en el consenso, y por las noticias que llegan, podr¨ªa incluso pensarse que existe verdadera voluntad de conseguir acuerdos razonables.
El problema siempre quedar¨¢ supeditado a que los sectores que detentan el poder real del pa¨ªs (fuerzas armadas, guerrilla, Departamento de Estado, empresarios, cafetaleros y pocos m¨¢s) lleguen a la convicci¨®n de que el acuerdo para la paz no s¨®l¨® es posible, sino necesario.
fue embajador de Espa?a en El Salvador.
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