Malgorzata Niezabitowska

El pasado lunes, a las 8.40, Malgorzata Niezabitowska, vestida con un traje sastre color beis y con un pa?uelo al cuello a juego, entr¨® por primera vez en la sede del Gobierno polaco. ?ste fue el estreno de la se?ora Niezabitowska en su nueva calidad de portavoz del Gobierno, cargo para el que acaba de ser nombrada por Tadeusz Mazowiecki el pasado jueves 14.Malgorzata Niezabitowska, de 40 a?os, madre de una hija y mujer de un conocido fot¨®grafo, es periodista y hasta la semana pasada trabajaba como reportera y entrevistadora en el semanario Solidarnosc, dirigido por Mazowiecki. Niezabitowska es, seg¨²n sus colegas, una periodista brillante. Se dedica principalmente a hacer reportajes que escribe siempre sobre la base de sus conversaciones con la gente. En sus preguntas es tajante y decidida, por no decir agresiva.

Con su marido forma un t¨¢ndem perfecto. Los dos se hicieron famosos en Polonia con una exposici¨®n fotogr¨¢fica dedicada a los ¨²ltimos jud¨ªos polacos. Sobre este tema trat¨® tambi¨¦n un libro de Niezabitowska traducido a varios idiomas. El y ella son colaboradores de la revista National Geographic. Su ascenso pol¨ªtico significar¨¢ para los dos un importante sacrificio econ¨®mico, ya que tendr¨¢n que romper una serie de contratos.

Niezabitowska trabaj¨® en diferentes medios. Su carrera empez¨® por los a?os setenta en un semanario oficial, pero cuando en 1980 surgi¨® el movimiento de Solidaridad pas¨® a trabajar, en la primavera de 1981, a la redacci¨®n dirigida por Mazowiecki. En el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Solidarnosc, aparecido antes de la ley marcial, Niezabitowska publicaba un reportaje recuerdo sobre los obreros ca¨ªdos en la ciudad de Gdartsk en 1970. En el per¨ªodo de la ley marcial, la ahora portavoz trabaj¨® para una revista cat¨®lica de la que se tuvo que marchar cuando la curia decidi¨® introducir en la redacci¨®n a personas m¨¢s sumisas que Niezabitowska. La noticia sobre su nombramiento la sorprendi¨® totalmente, a pesar de que reconoce que cuando recibi¨® la llamada de la sede del Gobierno, el pasado jueves, ya sospechaba de qu¨¦ pod¨ªa tratarse.