Los factores de nuestra competitividad
JOS? MARIA CUEVASTras calificar positivamente la evoluci¨®n econ¨®mica de Espa?a en los ¨²ltimos a?os, el autor considera que, sin embargo, persisten sombras que se ciernen sobre la capacidad de competir de la empresa espa?ola y enumera seis factores causantes de p¨¦rdida de competitividad que pueden hipotecar nuestro futuro.
Espa?a est¨¢ viviendo en estos ¨²ltimos a?os ochenta uno de los per¨ªodos m¨¢s impresionantes y esperanzadores de su historia. Una historia que por vez primera se est¨¢ escribiendo al mismo tiempo que se escribe la del resto de Europa, y especialmente la de los dem¨¢s pa¨ªses de la Europa comunitaria.Esos calificativos son apropiados para enjuiciar la explosi¨®n inversora empresarial de los ¨²ltimos cuatro a?os y la consiguiente creaci¨®n de mill¨®n y medio de nuevos empleos; la confianza consumidora de los ciudadanos espa?oles, quiz¨¢ justificada por esa evoluci¨®n favorable del empleo; la positiva valoraci¨®n que la sociedad hace de la figura reciente del empresario, como lo demuestra que un elevado n¨²mero de nuestros j¨®venes piense tomar iniciativas empresariales; la creciente aceptaci¨®n, tanto por parte de empresarios como de trabajadores, de valores como el riesgo, la competitividad o la flexibilidad, frente a otros dominantes en tiempos no lejanos, como el rentismo, el subsidio y la protecci¨®n; no puede dejar de ser impresionante, en definitiva, que durante los tres primeros a?os de nuestra entrada en la CE el producto interior bruto haya aumentado un 14% en t¨¦rminos reales, un 60% m¨¢s que el de nuestros socios comunitarios, cuando los augurios apuntaban justo en sentido opuesto.
Todo lo anterior no es triunfalismo, sino simplemente hacer honor a la verdad. Una verdad que todos estamos contribuyendo a construir, y en este sentido debo conceder un lugar preferente a la pol¨ªtica de concertaci¨®n social con sindicatos y Gobiernos, que de forma tenaz hemos propugnado y mantenido en la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) desde finales de la pasada ¨¦poca.
Pero esa verdad, con ser sin duda importante, no es toda la verdad. Persisten sombras que se ciernen sobre la capacidad de competir de la empresa espa?ola.
Seis factores
Yo enumerar¨ªa concretamente seis factores causantes de p¨¦rdida de competitividad que pueden hipotecar nuestro futuro.
En primer lugar un continuo y desmedido crecimiento del gasto p¨²blico, sobre todo en gastos corrientes y consuntivos. Ya advertimos en CEOE, cuando se presentaron los Presupuestos para 1989, que eran incoherentes con un objetivo preferencial de controlar la inflaci¨®n, y que dejaban sola a la pol¨ªtica monetaria en este empe?o. Ahora estamos padeciendo las consecuencias, tanto en materia de precios como de sector exterior. Los primeros anticipos hechos por nuestras autoridades en relaci¨®n con los Presupuestos para 1990, y en especial el aumento previsto para el gasto p¨²blico, reflejar¨ªan, de confirmarse, una clara y positiva intenci¨®n de corregir errores anteriores y reiterados en materia de pol¨ªtica presupuestaria.
En segundo lugar, y derivado de lo anterior, padecemos unos elevad¨ªsimos tipos de inter¨¦s, como consecuencia de una pr¨¢ctica persistente de intentar arreglar la econom¨ªa s¨®lo a base de pol¨ªtica monetaria, que consiste, en resumen, en encarecer los cr¨¦ditos de una u otra manera. A la larga este sistema estropea m¨¢s que arregla, porque la entrada de dinero especulativo, atra¨ªdo por los altos tipos de inter¨¦s, presiona al alza sobre la peseta.
El tercer factor es la pol¨ªtica fiscal, desincentivadora del ahorro y la inversi¨®n. Esta inquietud la hemos plasmado recientemente en una propuesta concreta de reforma del sistema fiscal en el que se propone un sistema al servicio de la inversi¨®n, buscando mayor claridad y sencillez.
En cuarto lugar debo referirme forzosamente a la persistencia de rigideces en el mercado laboral, algunas de las cuales son reminiscencias del r¨¦gimen anterior, y otras las compartimos con la generalidad de los pa¨ªses de la Comunidad Europea. La ¨²ltima muestra de esta rigidez ha sido la triste suerte que ha corrido el nonato Plan de Empleo Juvenil, que hubiera podido ser una alternativa v¨¢lida y realista para integrar a los j¨®venes en el mercado de trabajo.
Hoy d¨ªa, adem¨¢s de entender la flexibilidad como una regulaci¨®n din¨¢mica y diversa de las relaciones de trabajo, se a?ade el concepto de flexibilidad como adecuaci¨®n de la mano de obra a los nuevos requerimientos de la producci¨®n.
El quinto factor de p¨¦rdida de competitividad es una Seguridad Social financiada con excesivo recurso a las cotizaciones empresariales, que se convierte en un aut¨¦ntico impuesto sobre el empleo, lo que a su vez es un contrasentido si lo evaluamos a la luz de un 18% de paro.
Por ¨²ltimo es forzoso se?alar el cambio de actitud sindical en los dos a?os transcurridos, que fue proclive al di¨¢logo y a la negociaci¨®n en los a?os de la crisis y que ahora rechazan frontalmente cualquier f¨®rmula de concertaci¨®n, siendo m¨¢s necesaria que nunca ante el Mercado ?nico europeo.
Sindicatos encastillados
Lamentablemente, los sindicatos se han encastillado en posiciones irreductibles y politizadas, actuando m¨¢s como guardianes de ortodoxias de izquierda o de purezas ideol¨®gicas, y corriendo el riesgo de que se conviertan. en partidos pol¨ªticos residuales, a la izquierda de las grandes opciones electorales actuales. Este cambio de actitud es m¨¢s rese?able en el caso de UGT, que fue el gran socio sindical, moderado y razonable, que hizo posible la concertaci¨®n.
Si es posible remover estos seis grandes obst¨¢culos, el futuro de Espa?a en Europa est¨¢ asegurado. Los empresarios est¨¢n dando ejemplo de c¨®mo se habla el lenguaje del futuro, de la modernidad, a trav¨¦s de las decisiones de hoy, asumiendo riesgos para el ma?ana. Si se puede contar con la solidaridad del sector p¨²blico en este esfuerzo (por la v¨ªa de los Presupuestos y la de las infraestructuras), y con la colaboraci¨®n de los trabajadores, por la v¨ªa de la negociaci¨®n y el di¨¢logo, la empresa llegar¨¢ a buen t¨¦rmino.
es presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales.
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