Moneda de cambio

LOS PRESOS etarras han sido utilizados hasta ahora como moneda de cambio por la organizaci¨®n terrorista y por sus ac¨®litos ideol¨®gicos de Herri Batasuna para intentar obtener del Estado una negociaci¨®n pol¨ªtica sobre el futuro de Euskadi. Por eso, con muy buen criterio, el Ministerio de Justicia ha iniciado una pol¨ªtica de dispersi¨®n de estos presos por las c¨¢rceles del pa¨ªs que impida su control por ETA y su condici¨®n de rehenes ¨²tiles para los fines siniestros de su organizaci¨®n.Pero ahora resulta que alguien m¨¢s acaba de descubrir las virtualidades de los presos etarras como mercanc¨ªa pol¨ªtica. El Gobierno aut¨®nomo catal¨¢n pretende admitir el traslado de 17 etarras a sus c¨¢rceles (se trata de la ¨²nica comunidad aut¨®noma con competencias en el asunto) a cambio de contrapartidas fundamentalmerite econ¨®micas. El Gobierno de Jordi Pujol alega para just¨ªficar ese mercadeo que sus prisiones est¨¢n sobresaturadas (como otras en Espa?a) y esgrime que los 17 presos no tienen ni familia, ni trabajo, ni causas peridientes en Catalu?a, argumentos que twnb¨ª¨¦n son v¨¢lidos en muchas comunidades aut¨®nomas donde hay presos de ETA, y donde hay tambi¨¦n presos catalanes, por supuesto.

Pujol pide que la Administraci¨®n central pague a los mozos de escuadra que deben vigilar la nueva c¨¢rcel, todav¨ªa vac¨ªa, de La Roca del Vall¨¦s, matizando as¨ª un acuerdo anterior de la Junta de Seguridad de Catalu?a por el que se convocaba una nueva promoci¨®n de mozos de escuadra, cuyos salarios se sobreentend¨ªa que deb¨ªan correr a cargo de quien los manda, organiza y mantiene. Mientras tanto, no recibe a los etarras y retrasa la apertura de la c¨¢rcel, contribuyendo as¨ª a la sobresaturaci¨®n de las prisiones en funcionamiento. Esperemos que el plazo de dos semanas para la apertura de la c¨¢rcel, anunciado ayer por El conseller de Justicia, Agust¨ª Bassols, sea definitivo.

Al nacionalismo pujofista le cuesta reconocerse en la imagen de doblez de lenguaje que se le percibe fuera.y dentro de Catalu?a, a derecha y a izquierda, pero no ceja en su empe?o de seguir atizando el fuego con una mano mientras con la otra hace signos de moderaci¨®n, de concordia, silbando con una cara y sonriendo con otra, ofreciendo una incondicional colaboraci¨®n antiterrorista ahora y recurriendo al chalaneo presupuestario despu¨¦s. Todo esto es extraordinariamente perjudicial para todos: para la lucha antiterrorista, para la imagen de los catalanes y, al cabo, para la propia Converg¨¨ncia, un partido democr¨¢tico que siempre ha proclamado y con frecuencia demostrado su sensatez en asuntos de Estado.