Gregory Peck: "Quedan pocos papeles para m¨ª"
El actor norteamericano recrea al periodista Ambrose Bierce en 'Gringo viejo'
Gregory Peck cree que quedan pocos papeles para un actor de su edad (73 a?os). Por eso acept¨® con entusiasmo recrear en Gringo viejo, de Luis Puenzo, al periodista y escritor Ambrose Bierce, "un personaje de enorme complejidad". El actor aprovech¨® su estancia en Madrid para una doble promoci¨®n, la de Gringo viejo y la de la pel¨ªcula espa?ola estrenada ayer El r¨ªo que nos lleva, en la que act¨²a su hijo Anthony, Gregory Peck habl¨® de la ¨¦poca m¨¢s brillante de su carrera como actor y del momento m¨¢s doloroso de su vida: el suicidio en 1975 de su hijo Jonathan.
Peck mide un metro noventa, viste ropa cl¨¢sica, con americana azul marino, y su comportamiento es el de un caballero apacible, educado y un poco melanc¨®lico. En los a?os 40 y 50 fue uno de los s¨ªmbolos masculinos de Hollywood, y sus caracterizaciones como cura, doctor, abogado o sheriff le crearon una imagen decente y convencional que ¨¦l considera distorsionada. "Creo que mi carrera ha estado marcada por la variedad, no s¨®lo he interpretado a buenos, sino tambi¨¦n a ladrones de bancos, alcoh¨®licos o neur¨®ticos, por ejemplo". Asegura ilusionarse ante cada nuevo trabajo, "no s¨¦ por qu¨¦, pero me pasa. Durante los rodajes, siempre mantienes viva la esperanza de que la pel¨ªcula se convierta en inolvidable".Pel¨ªculas inolvidables de Peck son, entre otras, El pistolero, Duelo al sol o Matar a un ruise?or. "Hubo una ¨¦poca en que hice comedias, y habr¨ªa seguido en esa l¨ªnea si Cary Grant no hubiese andado por all¨ª", ironiza. "Cuando llegu¨¦ a Hollywood", a?ade, "en el apogeo del glamour, Carole Lombard, bella comediante, me dio un consejo: 'Mira, ni?o, te har¨¢n falta diez pel¨ªculas para acercarte al estrellato. El p¨²blico aprender¨¢ entonces a tolerarte".
Peck tambi¨¦n escuch¨® con atenci¨®n a Gary Cooper. "Me pregunt¨®: '?Cu¨¢ntas pel¨ªculas has hecho y c¨®mo son?' Le dije que dos, una buena y otra mala, y ¨¦l repuso: 'Por el momento vas ganando". La tercera advertencia vino de Walter Huston, padre de John: "Dales fuerte con un buen espect¨¢culo y viaja siempre en primera".
Gregory Peck no se detiene a precisar si esos comentarios anecd¨®ticos le sirvieron de algo. Por el contrari, dice que a los j¨®venes int¨¦rpretes, entre ellos dos de sus hijos, les aconsejr¨ªa de forma tradicional. "Les dir¨ªa que en primer lugar se eduquen en las artes y en las letras y que lean todo lo que est¨¦ a su alcance, novela, poes¨ªa, teatro... Luego, deben salir a escena para ser conscientes de sus recursos, controlar las emociones y aprender a comunicarse y a medirse con el p¨²blico. Una vez superado esta prueba fundamental, les resultar¨¢ sencillo el cine y la televisi¨®n".
De toda su carrera, elige dos t¨ªtulos, Matar a un ruise?or (1962), de Robert Mulligan, por el que recibi¨® un Oscar, y Vacaciones en Roma (1953), de W¨ªlliam Wyler.
"La primera tuvo una gran resonancia en Estados Unidos. Cal¨® porque pon¨ªa al descubierto todos los problemas de discriminaci¨®n racial anteriores a la ley sobre los derechos civiles, aquella ¨¦poca terrible en la que un hombre negro pod¨ªa ser ajusticiado por las buenas tras ser blanco de una calumnia o falsa acusaci¨®n".
De Vacaciones en Roma cuenta una an¨¦cdota de un viaje a China, hace dos a?os. En el, aeropuerto le esperaban mil adolescentes vestidas y peinadas como Audrey Hepburn. "Acababan de ver la pel¨ªcula, pero hab¨ªan pasado 35 a?os, y le¨ª la decepci¨®n en sus caras al verme tan viejo y canoso".
Un informador le pregunt¨® sobre sus sentimientos tras la muerte de su hijo en 1975, que la prensa relacion¨® con el tr¨¢fico de drogas y por la que ¨¦l fue censurado por tener supuestamente abandonada a su familia. Peck prometi¨® responder "con la mayor honestidad y franqueza" y asegur¨® que se trat¨® de un suicidio -y no de un crimen-, consecuencia de una depresi¨®n (la novia del joven se hab¨ªa suicidado poco antes), de problemas de salud y de otra decepci¨®n amorosa. Cont¨® c¨®mo su hijo, aficionado al tiro al blanco, se mat¨® de madrugada con una de las escopetas que coleccionaba. Gregory Peck se encontraba en Francia y recuerda el momento en que le telefonearon como lo peor que le puede ocurrir a nadie en la vida".
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