El diario 'Washington Post' impone un c¨®digo espartano a sus periodistas
El equipo directivo y la Redacci¨®n de The Washington Post tienen la obligaci¨®n de encararse con cada misi¨®n period¨ªstica "con la imparcialidad de una mente abierta y sin juicios preconcebidos de ninguna clase", por lo que "la b¨²squeda de puntos de vista opuestos debe convertir se en un procedimiento rutinario, y la reacci¨®n de las personas acusadas o aludidas [en una noticia] debe ser incluida en toda informaci¨®n".
Estas instrucciones forman parte del prefacio de un conjunto de normas de conducta ¨¦tica que acaban de ponerse en vigor en el veterano diario liberal de Washington por su director, Benjamin Bradlee, y que incluyen la obligaci¨®n de comunicar a la direcci¨®n del peri¨®dico no s¨®lo los intereses financieros de los redactores de la secci¨®n de econom¨ªa sino la de todos los miembros de la Redacci¨®n.El objetivo que persigue Bradlee es asegurar la independencia total de las informaciones publicadas por The Washington Post, que seg¨²n su director tiene la responsabilidad especial de "escuchar a los que no tienen voz, evitar cualquier acto de arrogancia y enfrentarse al p¨²blico de forma educada y sincera". Para conseguir esta independencia, el peri¨®dico se pagar¨¢ todos sus gastos, ning¨²n redactor aceptar¨¢ regalos de ninguna fuente ni viajes gratuitos. Se proh¨ªbe a los redactores la aceptaci¨®n de entradas gratis a cualquier acto en el que el p¨²blico tenga que pagar. The Washington Post s¨®lo acepta que sus redactores trabajen en exclusiva para ¨¦l. "Las conexiones con el Gobierno se encuentran entre las m¨¢s objetables".
Todos los miembros de las secciones financiera y de negocios est¨¢n obligados a revelar sus inversiones y activos financieros a sus redactores jefes. Igualmente, el resto de la Redacci¨®n est¨¢ obligado a revelar a sus jefes de redacci¨®n cualquier inter¨¦s financiero que pueda poner en peligro la objetividad de una informaci¨®n. Los redactores jefes comunicar¨¢n sus intereses financieros al director- adjunto.
Negocios familiares
Cualquier participaci¨®n activa en causas partidistas, sean pol¨ªticas, comunitarias, de acci¨®n social o manifestaciones, debe ser evitada ya que compromete o puede parecer que compromete "nuestra habilidad para informar honestamente".Aunque Bradlee admite que no se puede someter a los familiares de los redactores del Post a las reglas del peri¨®dico, "debe reconocerse que, en principio, su participaci¨®n en ciertas causas, as¨ª como su relaci¨®n laboral, pueden comprometer nuestra integridad". Por tanto, los lazos profesionales y de negocios de los familiares deben ser igualmente revelados a los redactores jefes. El director del Washington Post recuerda igualmente a sus redactores que los periodistas deben informar de las noticias y no convertirse ellos en noticia.
El peri¨®dico presta gran importancia al inter¨¦s nacional y de la comunidad y cree que la mejor forma de servir esos intereses es dar la mayor cantidad de informaci¨®n. "Que un funcionario cite el inter¨¦s nacional no significa autom¨¢ticamente que ese inter¨¦s nacional est¨¦ en juego".
Por ¨²ltimo, Bradlee reafirma los principios fundacionales del Post en relaci¨®n al "buen gusto y la decencia" reconociendo que estos conceptos est¨¢n cambiando continuamente. "Debemos evitar el uso de excesos y obscenidades a menos que su utilizaci¨®n sea tan esencial en una noticia que sin ellas pierde su sentido".
Bradlee recuerda las normas dictadas por Eugene Meyer cuando compr¨® el peri¨®dico en 1933 y que aparecen grabadas en el hall de entrada del Washington Post, entre las que destacan dos: "Lo que se publique debe ser id¨®neo para la lectura de j¨®venes y viejos por igual" y "En la b¨²squeda de la verdad el peri¨®dico debe estar preparado a hacer sacrificios que afecten a su fortuna material si ello es necesario para el bien p¨²blico".
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