Toreo grande de Curro V¨¢zquez
Una cosa es torear y otra pegar pases, dec¨ªan los ap¨®stoles de la tauromaquia y cre¨ªan que ya lo hab¨ªan dicho todo sobre el toreo. Pero les falt¨® matizar que, adem¨¢s, una cosa es el toreo de ir por casa y otra el toreo grande, que lleva firma. El toreo de firma no lo hace quien quiere sino quien puede, y uno de los que pueden es Curro V¨¢zquez. Nadie le va a descubrir a la afici¨®n madrile?a, a estas alturas, qui¨¦n es Curro V¨¢zquez: le conoce de antiguo, le valora y le admira. De manera que, cuando protestaba la afici¨®n esa segunda oreja que regal¨® el presidente y algunos espectadores recriminaban la protesta, les mandaban a paseo. "?Que se vaya usted a robar gallinas!", le dec¨ªa un aficionado protest¨®n a un espectador recriminante.La afici¨®n sabore¨® el toreo grande de Curro V¨¢zquez al cuarto toro, y le hubiera dado todo, hasta lo que m¨¢s quiere en el mundo; por ejemplo, la radio del coche. Sin embargo -dicen la tauromaquia y sus ap¨®stoles- a los toros hay que matarlos bien. La grandes faenas requieren grandes estocadas y Curro V¨¢zquez concluy¨® la suya metiendo espadazo bajero. Es cierto que, en cualquier plaza de por ah¨ª, con bajonazos dan dos orejas -?y rabo!: lo que yo le diga-, pero Las Ventas no es cualquier plaza de por ah¨ª.
Victorino / V¨¢zquez, Morenito, Campuzano
Toros de Victorino Mart¨ªn, de gran trap¨ªo, muy desiguales de presencia, en general broncos y de feo estilo. Curro V¨¢zquez: pinchazo, estocada y cuatro descabellos (bronca y bajonazo (dos orejas, la segunda protestada); sali¨® a hombros por la puerta grande. Morenito de Maracay: estocada corta tendida trasera ladeada y descabello (ovaci¨®n y tambi¨¦n algunos pitos cuando saluda); bajonazo escandaloso (ovaci¨®n y tambi¨¦n pitos cuando saluda); en la enfermer¨ªa fue atendido de contusi¨®n cervical y conmoci¨®n cerebral, de pron¨®stico reservado. Tom¨¢s Campuzano: estocada (silencio); pinchazo y estocada (silencio). Plaza de Las Ventas, 30 de septiembre. Segunda corrida de la Feria de Oto?o.
Hasta lo de la espada, Curro V¨¢zquez tore¨® al cuarto Victorino como s¨®lo puede hacerlo un diestro que tiene convertido en ministerio su oficio. Instrument¨® un surtido de trincherillas de calidad excelsa y desarroll¨® su obra con asombrosa armon¨ªa, manteniendo en perfecto equilibrio arte y hondura, desde los hermos¨ªsimos ayudados iniciales, hasta el cascabeleo del kikirik¨ª final.
Tore¨® Curro V¨¢zquez en redondo y al natural m¨¢s bellamente de lo que merec¨ªa aquel Victorino destartalado, que ser¨ªa facil¨®n porque se tragaba los pases sin decir esta boca m¨ªa o con este cuerno te vas aenterar, pero embest¨ªa sin casta, por lo que era dif¨ªcil alcanzar ese punto de emoci¨®n que completa la grandeza de una faena cumbre. Y, sin embargo, pues Curro V¨¢zquez citaba dando distancia, embarcaba cargando la suerte, interpretaba los muletazos con inspirada cadencia y, en suma, se sent¨ªa torero en el alma, ese punto de emoci¨®n lo alcanz¨® muchas veces y puso a vibrar la plaza de Las Ventas entera, afici¨®n estricta, p¨²blico en general y presidente orej¨®filo todos a una.
El primer toro era un pregonao y tambi¨¦n en ese puso torer¨ªa Curro V¨¢zquez, ahorm¨¢ndole a dos manos. Luego salieron toros arnoruchados, que es peor g¨¦nero porque no saben embestir, ni bien ni mal. Los moruchos unas veces pasan a lo tonto, otras pegan bocaos y es imposible predecir con qu¨¦ talante acudir¨¢n al enga?o cada vez. Por eso los lidiadores tuvieron gran m¨¦rito. Entre ellos, ?ngel Luis Prados, que breg¨® eficac¨ªsimo y prendi¨® un sensacional par de banderillas.
Morenito de Maracay estuvo muy torero en el segundo y si trazaba cortos los pases fue culpa del propio toro-amoruchado, que ten¨ªa poco recorrido. Se confi¨® ci?endo naturales al otro, corniveleto impresionante, y sufri¨® una tremenda voltereta. L¨¢stima de percance, porque Morenito llevaba una actuaci¨®n estupenda, en la que destacaron un quiebro con banderillas, unas chicuelinas fin¨ªsimas, muletazos de impecable factura.
Tom¨¢s Campuzano porfi¨® naturales pundonorosos al moruch¨®n tercero y dado que el sexto se parti¨® un cuerno, a ese no pudo porfiarle nada. El toro parec¨ªa bravo. Caso raro, pues la victorinada tambi¨¦n ser¨ªa de firma pero result¨® un saldo que no val¨ªa ni para las rebajas.
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