?C¨®mo?
Hace unos d¨ªas muri¨® asesinado un joven de 15 a?os en un intento c¨ªvico de defender a otra persona. Nuestra juventud tambi¨¦n es ¨¦sta, y no s¨®lo la de la droga, el tir¨®n, etc¨¦tera. Me sorprende la preocupaci¨®n de los jueces de Madrid ante supuestas declaraciones de los padres de la v¨ªctima, y, pensando en el l¨®gico sentir de ¨¦stos, me, pregunto y pregunto a quien corresponda:?C¨®mo puede estar en libertad un ser que d¨ªas antes hab¨ªa apu?alado a otro ciudadano?
?C¨®mo se intenta justificar el que dicho individuo no est¨¦ procesado, cuando un a?o antes agredi¨® gravemente en Gij¨®n a otra persona?
?C¨®mo se ponen en tela de juicio las palabras de los familiares de Ra¨²l, cuando la propia madre del agresor declara que present¨® pruebas ante las autor?dades de que su hijo era un enfermo mental peligroso?
?C¨®mo se puede "concienzudamente estudiar el caso por la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 37" y asegurar que existi¨® un reconocimiento m¨¦dico del agresor?
Estando ante un caso de seguridad delictiva y posible esquizofrenia, un psiquiatra lo hubiese detectado. Si quien hizo el examen fuese un traumat¨®logo o ginec¨®logo, por ejemplo, y sin poner en duda la profesionalidad de ¨¦stos, podr¨ªa entender algo.
?C¨®mo pueden hablar de lesiones leves cuando el anterior agredido, una semana despu¨¦s, sigue hospitalizado?
?C¨®mo se puede explicar que, por miedo, ni?os de edades aproximadas a la de Ra¨²l salgan a la calle con armas que creen les pueden proteger?
?C¨®mo se entiende que mientras todo esto suced¨ªa se estaba pretendiendo meter en la c¨¢rcel a dos ciudadanos, plenamente reintegrados en la sociedad, por haber sustra¨ªdo hace nueve a?os una multicopista?
A ustedes, se?ores jueces de Madrid, les digo que pueden rechazar la supuesta responsabilidad del caso, pero sepan que la opini¨®n p¨²blica es otra, y que las posibles acusaciones de la familia Yunta s¨®lo transmiten el sentir popular ante la incomprensi¨®n e indefensi¨®n en que nos encontramos.
Lo ocurrido no deber¨ªa ser cuestionado por nadie y servir ¨²nicamente de triste ejemplo para impartir justicia, ya que el pueblo la exige, entre otras cosas porque la paga. Yo sigo esperando.
El joven Ra¨²l ya no lo podr¨¢ hacer, y por eso s¨®lo me queda sentir por ¨¦l y los suyos el m¨¢ximo respeto y admiraci¨®n.-
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