Thatcher acepta de mala gana el mantenimiento de sanciones contra Sur¨¢frica
Las sanciones adoptadas por la cumbre de la Comnonwealth contra Sur¨¢frica parecen ser la causa de un enfrentamiento entre la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, y el secretario del Foreign Office, John Major. Fuentes oficiales brit¨¢nicas desmintieron ayer, sin embargo, en la capital de Malasia, Kuala Lumpur, que hubiera discrepancias entre la jefa de Gobierno y el ministro, pese a que nadie habia dicho oficialmente que ¨¦stas existieran.
El s¨¢bado pasado los ministros de Exteriores de 43 pa¨ªses de la Corrimonwealth hab¨ªan llegado a un acuerdo de principio sobre el comunicado conjunto, tras 17 horas de discusiones. John Major consideraba el texto como un triunfo personal puesto que, seg¨²n su punto de vista, hab¨ªa convencido a los otros firmantes de que aceptaran la posici¨®n brit¨¢nica. De acuerdo con ¨¦sta, las sanciones no deb¨ªan ser perjudiciales para Sur¨¢frica y deb¨ªan de levantarse en el momento en que hubiera pruebas de que se realizaban avances para el desmantelamiento del r¨¦gimen de segregaci¨®n racial en el pa¨ªs, y que en todo momento se contemplaba tan s¨®lo una soluci¨®n pac¨ªfica del problema surafricano.Pero, cuando el comunicado se envi¨® a la localidad tur¨ªstica de Langkawi para que los jefes de Gobierno y de Estado le dieran su aprobaci¨®n el domingo pasado, la primera ministra nose mostr¨® nada satisfecha con el mismo. Decidi¨® aceptarlo para no crear m¨¢s problemas en la cumbre y resolvi¨® tambi¨¦n hacer p¨²blico un comunicado por separado en nombre propio y en el de John Major, en el que se adoptaba una actitud m¨¢s suave respecto a Pretoria, que la de la declaraci¨®n conjunta.Fuentes oficiales en Londres admitieron ayer que "no se pod¨ªan sentir plenamente satisfechos' del comunicado", y que por ello "se hab¨ªa redactado una declaraci¨®n por separado en la que se dejaba constancia de nuestras reservas".
[El presidente de Sur¨¢frica, Frederik de Klerk, conden¨® anoche la decisi¨®n de la Commonwealth de mantener las sanciones contra su pa¨ªs. Por el contrario, De Klerk aplaudi¨® el "firme apoyo", recibido de Thatcher. Seg¨²n el presidente surafricano, las sanciones "est¨¢n lejos de haber logrado un impacto positivo en el cambio pol¨ªtico", informa Reuter].
Otra cuesti¨®n que, al parecer, tambi¨¦n ha sorprendido desgradablemente a la delegaci¨®n brit¨¢nica ha sido la decisi¨®n de celebrar la pr¨®xima cumbre de la Commonwealth en Zimbabue. Malta se hab¨ªa ofrecido para acoger la reuni¨®n bianual prevista para 1991, pero los ministros reunidos en Malaisia prefirieron que se celebre en Harare, capital de Zimbabwe, como una forma de expresar la continuada preocupaci¨®n de los miembros de la Commonwealth por el problema de la discriminaci¨®n en Sur¨¢frica.
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