Ernst J¨¹nger: "Soy un emboscado que cree en la potencia de los mitos"
El escritor alem¨¢n, autor de 'Tempestades de acero', pretende en 'La tijera' ver m¨¢s all¨¢ del siglo XXI
La visita de Ernst J¨¹nger a Espa?a para recibir el doctorado honoris causa por la universidad del Pa¨ªs Vasco ha descubierto a una mayor¨ªa un autor de 95 a?os considerado como una cumbre de la literatura europea de este siglo. Autor de ensayos y novelas, su trayectoria intelectual es descrita como la de un resistente. Autor de Los acantilados de m¨¢rmol y Tempestades de acero, se define como "un emboscado, un observador que cree en la potencia de los mitos. En mi ¨²ltima obra, La tijera, intento ver m¨¢s all¨¢ del siglo XXI. Toda profec¨ªa tiene un valor, aunque est¨¦ errada". J¨¹nger, que ma?ana concluye su estancia en Espa?a, habl¨® ayer en la Embajada de la Rep¨²blica Federal de Alemania en Madrid para EL PA?S.
Al instaurarse la Rep¨²blica de Weimar, Ernst J¨¹nger, que ayer tuvo como int¨¦rprete al espa?ol al propio embajador Guido Brunner, ten¨ªa 24 a?os y un pasado de guerra y aventuras como la fuga de casa a los 18 a?os para enrolarse en la Legi¨®n Extranjera con el ¨²nico objetivo de conocer ?frica. Todo ello era preludio de lo que en distintos ¨¢mbitos de la curiosidad humana habr¨ªa de ser su futuro y la experiencia de lo que un a?o despu¨¦s (1920) ser¨ªa su primer libro, Tempestades de acero. "De aquella ¨¦poca s¨®lo puedo hablar de recuerdos personales. Aquello signific¨® el final del imperio alem¨¢n, el Tratado de Versalles, que traer¨ªa la destrucci¨®n de mi mundo. Fui a la Primera Guerra Mundial siendo estudiante de instituto, sin haber hecho la rev¨¢lida, que finalmente me concedieron como rev¨¢lida de guerra. No ten¨ªa a¨²n una escala de valores formada".
Validez de los mitos
Su longevidad le da el privilegio de asistir a dos ocasos. Aquel que signific¨® el fin de la vieja Europa y el del siglo XX, que parece abocar al mundo a un destino global. "Estamos en un momento de transici¨®n nebuloso. Los nuevos valores no han penetrado del todo en la existencia, mientras las situaciones del pasado ya est¨¢n caducas. Efectivamente, hay una transici¨®n, la historia cl¨¢sica ya no tiene validez. Ya no tienen validez reinos y fronteras. Esta nueva realidad puede rellenarse de nuevos valores".Valores que, desaparecido el efecto fascinador del marxismo y puestas en cuesti¨®n las ideas tecnocr¨¢ticas, hacen girar el pensamiento hacia posiciones cl¨¢sicas en las que el mito aparece de nuevo como gu¨ªa del destino. "Ciertamente, s¨ª. En mi propio pensamiento, el trabajador no se concibe como un fen¨®meno econ¨®mico, sino que es algo distinto, m¨ªtico, superpuesto a la econom¨ªa. Y contrariamente a la concepci¨®n marxista del poder como poder econ¨®mico, yo creo en la validez de los mitos proyectados hacia el futuro".
Amigo personal de Heidegger, la pol¨¦mica desatada alrededor del posible nazismo personal y te¨®rico de este fil¨®sofo le parece de tono menor. "El gran ¨¦xito de Heidegger fue el giro que le dio a la teor¨ªa del conocimiento hacia el concepto del ser. Eso es una filosof¨ªa muy amplia, que naturalmente se puede desglosar en algunos aspectos y atribuirle una conexi¨®n con ideolog¨ªas de la ¨¦poca, pero eso no resume ni con mucho la totalidad de la filosof¨ªa de Heidegger, sino s¨®lo alg¨²n aspecto parcial".
Tempestades de acero es un canto al guerrero, un canto a los valores que surgen del peligro de vivir, una visi¨®n rom¨¢ntica de la guerra. J¨¹nger, en su madurez, se distancia de aquellos primeros fervores, pero se reconoce en quien los vivi¨®. "En cierto modo, no he realizado autocr¨ªtica. En la distancia, a¨²n soy proclive de darle unos golpecitos en el hombro a aquel jovencito que escribi¨® Tempestades de acero. Naturalmente, aquel jovencito era agresivo, no hab¨ªa llegado a la consciencia de la importancia que tiene el evitar y prevenir las guerras. Ahora que he llegado a este estado senatorial de madurez, pues tengo otra visi¨®n de las cosas, pero esto no significa que me distancie de aquel joven".
Llegado a la madurez, ?ha logrado en literatura sus prop¨®sitos? "Naturalmente, hay personas que no llegan tampoco con la edad a la madurez. A m¨ª no me gustar¨ªa pertenecer a ese grupo de personas a las que ser¨ªa aplicable la frase de Voltaire que dice que quien no tiene el esp¨ªritu de su edad tiene todas las desgracias de su edad".
Instalado en la mejor tradici¨®n de la cultura alemana, J¨¹nger parece fijarse en las individualidades que trascienden su tiempo. "A H?lderlin le ponen siempre en el grupo de los rom¨¢nticos, y eso no es cierto. H?lderlin sobrepasa a su tiempo, y en cierto modo prev¨¦ nuestra ¨¦poca y, por tanto, no es un rom¨¢ntico en la acepci¨®n cl¨¢sica".
Sus diarios, escritos en circunstancias terribles, guardan distancia para con los horrores que describen. "Un diario puede sustituir a la oraci¨®n. En una ocasi¨®n fui herido, y al transportarme me quitaron los diarios; al darme cuenta, me incorpor¨¦, fui a buscarlos y me volvieron a herir".
Aunque ir¨®nicamente ha afirmado no haber llegado a la madurez literaria, en La tijera, cree haber logrado una s¨ªntesis de su obra. "Alguna vez hay que terminar; por eso se tiene el deseo de llegar a una summa. La tijera es un intento de mirar allende el siglo XXI, no se si con acierto".
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