Est¨¢n en ello

No puedo resistir la tentaci¨®n de explicarle lo ocurrido en un intento de renovar mi carn¨¦ patr¨®n motor de segunda clase (embarcaci¨®n de recreo).Espa?a, Madrid, Direcci¨®n General Marina Mercante. Finales del siglo XX. Octubre.

Ciudadano: Mire, se?orita, vengo a renovar este carn¨¦ (se lo muestro).

Funcionaria: Precisa traer dos fotograf¨ªas, fotocopia del DNI compulsada, fotocopia de la tarjeta a renovar y 160 pesetas en papel de pagos del Estado.

C: Lo tengo todo aqu¨ª, ?pero tienen ustedes fotocopiadora?

F: No. Tiene que salir a la calle.

(Lo hago y vuelvo al rato.)

F: Le falta el papel de pagos del Estado.

C: ?No lo tienen ustedes aqu¨ª?

F: No, tiene que ir a un estanco a comprarlo.

(Hago lo propio.)

F: Ya lo tiene usted todo.

(Satisfacci¨®n reprimida por mi parte.)

F: ?Ah, no! A¨²n le faltan unos meses para que caduque.

C: Ya lo s¨¦, se?orita, pero, al igual que el DNI, cre¨ªa que se pod¨ªa renovar antes, aprovechando mi estancia en Madrid. De lo contrario, la obtenci¨®n del nuevo se demora mucho.

F: ?Qu¨¦ va.? Si haci¨¦ndolo aqu¨ª igualmente tarda un a?o.

C: ?Un a?o! Pero si s¨®lo hay que plastificar uno nuevo. Adem¨¢s, en la anterior renovaci¨®n mand¨¦ una carta de queja al segundo a?o de demora y me contestaron por atenta carta de esta Direcci¨®n General (coincid¨ªa con el per¨ªodo electoral de 1986) y me ped¨ªan disculpas por la demora y que se trataba del proceso de informatizaci¨®n.

F: S¨ª, claro, estamos en ello.

C: Pero si han pasado tres a?os.

F: Estas cosas, ya se sabe...

P¨®ngale usted el t¨ªtulo, se?or director, yo no me veo con ¨¢nimos.-