Directiva de la Comisi¨®n Europea sobre aguas residuales urbanas

La Comisi¨®n Europea aprob¨® ayer un proyecto de directiva que obligar¨¢ a los Estados de la CE a mejorar la depuraci¨®n de las aguas residuales para salvaguardar la calidad ecol¨®gica de r¨ªos y mares. La propuesta, que tendr¨¢ que ser aprobada por el Consejo de Ministros de la CE, "pondr¨¢ fin a una situaci¨®n intolerable, digna de la Edad Media", seg¨²n declar¨® el comisario responsable de la pol¨ªtica de medioambiente, Carlo Ripa di Meana.Las aguas residuales urbanas son responsables de la contaminaci¨®n de los r¨ªos y las aguas marinas, cuyos ¨ªndices han desatado la alerta roja en el mar del Norte y el Mediterr¨¢neo. Tambi¨¦n el Cant¨¢brico, sobre todo a partir del foco contaminante que constituye Bilbao, es un polo de diseminaci¨®n de vertidos que se extiende a la costa del suroeste franc¨¦s.

Seg¨²n estimaciones de la Comisi¨®n Europea, en la Comunidad, s¨®lo la mitad de los vertidos residuales son tratados en plantas depuradoras. La situaci¨®n de insalubridad es evidente en r¨ªos, lagos y estuarios costeros. Los residuos de nitrato, amoniaco y la sobrecarga de "materias en suspensi¨®n" provoca la disiminuci¨®n de ox¨ªgeno y puede "engendrar importantes degradaciones ecol¨®gicas y afectar a m¨²ltiples especies de flora y fauna", en particular peces y mariscos. Esta contaminaci¨®n repercute en la calidad del agua destinada al consumo humano.

La propuesta de directiva define las exigencias m¨ªnimas para el tratamiento de todas las aguas residuales dentro de tres categor¨ªas, seg¨²n la incidencia que en el medio ambiente tengan las aguas receptoras de esas sustancias contaminantes. Adem¨¢s, exigir¨¢ a los Estados de la CE un tratamiento secundario (biol¨®gico) con car¨¢cter general, mientras que en las zonas sensibles, ser¨¢ obligatorio proceder a una depuraci¨®n suplementaria de los vertidos.

La nueva norma comunitaria regular¨¢ las descargas de aguas industriales y prohibir¨¢ el vertido de fangos contaminantes en el mar. Impondr¨¢ un control ole las depuraciones y exigir¨¢ la puesta en pr¨¢ctica de programas racionales para adecuarse a los nuevos baremos que se establezcan. El elevado coste econ¨®mico de estas medidas ser¨¢ el caballo de batalla de la negociaci¨®n en el Consejo de Ministros de la CE. En este caso, Espa?a volver¨¢ a reclamar la urgencia del programa mediterr¨¢neo contra la contaminaci¨®n y la desertizaci¨®n, as¨ª como la desigualdad entre el Norte y el Sur a la hora de fijar las prioridades ecol¨®gicas de la Comunidad.