Garc¨ªa M¨¢rquez, barroco
El coronel no tiene quien le escriba es una peque?a obra maestra de la narraci¨®n escrita por el colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez Dos compa?¨ªas latinoamericanas prestigiosas la han mostrado por azar, el mismo d¨ªa en Madrid: el teatro Circular de Montevideo, en la sala Galileo, y el Rajatabla, de Caracas, en el teatro Espa?ol.La obra de Garc¨ªa M¨¢rquez tiene para ellos el atractivo de lo comercial universal, la llamada del nombre del autor, y la sugerencia del gran'teatro; sin duda algo m¨¢s, que es una reivindicaci¨®n de lo americano, de pobres y ricos, de poder desde?oso y servidores abandonados; y tambi¨¦n el clima, y el denso ambiente de la temporada de las lluvias, y el mito de la esperanza en un gallo de pelea, y el recuerdo presente de los asesinados...
Truenos
En la opci¨®n vi a los veteranos de Rajatabla, que hicieron temporadas en Madrid. Qued¨¦ en la convicci¨®n de que es un texto para leer.El director del montaje, Carlos Girri¨¦nez, ensalzado y discutido en su pa¨ªs, respetado aqu¨ª, lo hace demasiado graso, le echa encima pellas de su propio barroquismo. Demasiados truenos de altavoz., demasiada agua de manguera, y personajes lentos que desfilan lentamente, muchos paraguas, una muerte simb¨®lica hombre-mujer, tambi¨¦n con sus paraguas, y sangre en las carnisas; demasiados golpes de m¨²sica.
Carlos Gim¨¦nez es de esos directores que desconflan de la suficiencia de los textos, aunque sean de Garc¨ªa M¨¢rquez, y rebosan los escenarios de todo g¨¦nero de suplementos, humanos, visuales y sonoros, y pueden desperdiciar la obra.
En los momentos en que queda solamente la palabra, en di¨¢logos o mon¨®logos, sube la emoci¨®n de un espectador. La comparaci¨®n con la narraci¨®n simplemente escrita es inevitable, y la sensaci¨®n es la de que se ha estropeado.
Hay un buen actor, que es Jos¨¦ Tejera, en el papel del coronel perdido para siempre; pero ¨¦l y todos pecan de ¨¦nfasis y de grandilocuencia, por esa suposici¨®n frecuente y err¨®nea de que los textos importantes y m¨ªticos hay que decirlos como si el personaje supiese que es trascendente: lenta y significativamente, y hacia el p¨²blico.
La obra fue acogida con respetuoso silencio, y con grandes salvas de aplausos, que crecieron con la presencia en los saludos de Jos¨¦ Tejera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.