D¨ªa hist¨®rico para los negros en EE UU
Un nieto de esclavos puede convertirse en el primer gobernador de color de un Estado sure?o
Hoy, 7 de noviembre de 1989, puede pasar a la posteridad como un d¨ªa hist¨®rico en Estados Unidos. Porque si todos las predicciones se cumplen y las encuestas no fallan, dos abogados, David Dinkins y L. Douglas Wilder, pueden convertirse, respectivamente, en el primer alcalde y en el primer gobernador negros de la ciudad de Nueva York y del Estado de Virginia, cuya capital, Richmond, fue la capital de la Confederaci¨®n sure?a durante la guerra civil norteamericana.
Que Dinkins, el tranquilo y moderado presidente del distrito municipal de Manhattan, de 62 a?os de edad, que derrot¨® al legendario alcalde saliente Ed Koch en las primarias dem¨®cratas del pasado septiembre, llegue a ocupar la alcald¨ªa de la Gran Manzana, ya constituye en s¨ª una noticia de primera magnitud.Que Douglas Doug Wilder tenga todas las posibilidades de convertirse en el primer gobernador negro de un Estado sure?o, precisamente en la capital del viejo dominio de Virginia, sede del gobierno del presidente de la Confederaci¨®n Jefferson Davies, durante los cuatro a?os de guerra civil norteamericana 125 a?os despu¨¦s de la cruenta tragedia, representa todo un hito hist¨®rico.
Porque Wilder, actualmente vicegobernador de un Estado con el 85% de poblaci¨®n blanca, no s¨®lo es negro sino que es nieto de esclavos liberados al amparo de la famosa Emancipation Procclamation del presidente Abraham Linco1n de enero de 1863. Las dos elecciones ser¨ªan un ejemplo m¨¢s de que no existe ning¨²n tab¨² en Estados Unidos que no pueda llegar a romperse desde que John Fitzgerald Kennedy consiguiera destrozar el mito wasp (iniciales de las palabras white, anglo-saxon, protestant) para convertirse en el primer presidente cat¨®lico de Estados Unidos.
Campa?as distintas
Las campa?as de Dinkins y Wilder han sido distintas en sus planteamientos porque distintos son los problemas de Nueva York y de Virginia. Sin embargo, las dos han tenido un denominador com¨²n: la ausencia de discusi¨®n de los grandes temas que afectan a la ciudad de los rascacielos y al Estado de Virginia. Los dos dem¨®cratas han tenido que hacer frente a campa?as agresivas lanzadas por sus oponentes republicanos, el fiscal de Manhattan Rudolph Rudy Giuliani, que alcanz¨® fama nacional por sus procesos contra las familias de la mafia neoyorquina, y el ex gobernador de Virginia, Marshall Coleman.
Los temas raciales, aunque subyacentes en las dos elecciones, han sido cuidadosamente evitados por los cuatro participantes. El aborto y los derechos de la mujer, que en estos momentos se han convertido en el primer tema pol¨ªtico de Estados Unidos, han sido h¨¢bilmente utilizados por Wilder para lanzar un mensaje subliminal a la poblaci¨®n blanca de Virginia. Aprovechando la posici¨®n antiabortista de su oponente, Wilder ha repetido una y otra vez en sus anuncios televisivos: "Coleman quiere que el Gobierno decida (sobre la interrupci¨®n del embarazo). Yo prefiero que decidan las mujeres". Para rematar la presentaci¨®n con la sibilina frase: "No permitan que Coleman haga retroceder a Virginia". O lo que es igual, "demuestren ustedes que el esp¨ªritu de la guerra civil ha sido superado y voten a un negro para gobernador del Estado". El mensaje ha sido efectivo. A fines de semana, una encuesta del Washington Post daba a Wilder una ventaja de 11 puntos sobre su oponente.
En Nueva York, ni Dinkins ni Giuliani se han referido una sola vez a los temas raciales para no atizar el fuego en una cuesti¨®n
que a la menor oportunidad se dispara, como lo han demostrado tr¨¢gicamente varios incidentes en los ¨²ltimos meses, el m¨¢s notable el asesinato de un joven negro en el barrio italiano de Bentonhurst, en Brooklyn, por un grupo de blancos que cre¨ªan equivocadamente que el joven se hab¨ªa citado con una de sus amigas.
Factor racial
Tan explosivo es el tema de la confrontaci¨®n racial en Nueva York que el director de propaganda, de Giul¨ªani y en asesor de medios del presidente George Bush, Roger Ailes, creador durante las pasadas elecciones presidenciales de uno de los anuncios m¨¢s controvertidos y demoledores contra el candidato dem¨®crata Michael Dukakis, no se ha atrevido ni una sola vez a mencionar la raza de Dinkins por temor a que le saliera el tiro por la culata y el electorado de Nueva York reaccionaria en contra.
Ailes fue el autor del anuncio en el que se recordaba, al electorado que un negro, Willie Horton, que cumpl¨ªa una condena en una prisi¨®n de Massachusetts, viol¨® y asesin¨® a una mujer blanca durante un permiso de fin de semana aprobado por Dukakis como gobernador de Massachusetts dentro de un programa de rehabilitaci¨®n de presos.
Dinkins se presenta como el candidato de la concordia racial y repite una y otra vez que "Nueva York es un hermoso mosaico, en el que todos los neoyorquinos deben trabajar unidos para conseguir su grandeza".
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