El golpista providencial y, el civil ambicioso
Evren cede hoy la presidencia de Turqu¨ªa a Ozal, a quien el pueblo rechaza pero la aritm¨¦tica favorece
La pol¨ªtica, turca es un campo abonado por la paradoja. Kenan Evren, de 71 a?os, un general que lleg¨® al poder por la fuerza de las armas en septiembre de 1980, con el benepl¨¢cito de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, cede hoy la presidencia, en aplicaci¨®n estricta de las normas democr¨¢ticas, a un civil, el ex primer ministro conservador Turgut Ozal, de 63 a?os, rechazado en las urnas hace apenas unos meses por cuatro de cada cinco de sus compatriotas.
Turqu¨ªa lleva 30 a?os oscilando entre la espada (el tanque, m¨¢s bien) y la Lirna: tres golpes desde 1960, producidos cuando las instituc¨ªones democr¨¢ticas se encontraban bloqueadas, y bien recibidos por el pueblo. Porque el turco es otro golpismo, muy alejado del de los espadones latinoamericanos. Un golpismo defensor del ideal laico y modernizador de Kernal Atat¨¹rk, apoyado en urn Ej¨¦rcito que desprecia a los pol¨ªticos y que s¨®lo permite a ¨¦stos disfrutar de la ilusi¨®n de llevar las riendas mientras no sacan los pies del tiesto.La democracia turca tambi¨¦n es muy especial. Con Parlamento, elecciones, debate p¨²blico y pluralismo, pero con un stop para los partidos comunistas y religiosos y peculiaridades que cuestionan la legitimidad moral de muchas actuaciones. Una democracia joven, porque Atat¨¹rk no permiti¨® oposici¨®n alguiria y su sucesor, ".Ismet Inonu, no abri¨® la mano hasta los a?os cincuenta. Una democracia, en fin, viciada porque nunca ha sido aut¨®noma y la sombra militar no le ha permitido temperatura,; de aut¨¦ntica libertad.
Kenan Evren es, hasta ahora, el ¨²ltimo representante de este golpismo de vocaci¨®n providencial, que se refugia en los cuarteles y deja que los civiles se equivoquen hasta que, de la calle, y a veces hasta de los partidos pol¨ªticos, surge la fat¨ªdica pregunta: ?A qu¨¦ espera el Ej¨¦rcito?
Evren era el jefe del Estado Mayor cuando sac¨® a los tanques a la calle, el 12 de septiembre de 1980, en respuesta a. un r¨¦gimen, democr¨¢tico en la teor¨ªa y en los procedimientos, pero incapaz de gobernar,con un Parlamento no pod¨ªa. elegir presidente en 100 votaciones y un terrorismo que causaba 30 muertos al d¨ªa.
El d¨ªa 12 no se verti¨® una gota de sangre. Pero despu¨¦s corri¨® en abundancia. En las comisar¨ªas, los cuarteles, las c¨¢rceles y los pat¨ªbulos. Decenas de miles de presos pol¨ªticos, prohibici¨®n de los partidos, proscripci¨®n o encarcelamiento de los antiguos dirigentes, ley marcial... La paz social cost¨® a Turqu¨ªa situarse en lugar privilegiado de la lista negra de Amnist¨ªa Internacional y el Consejo de Europa.
Como en las dos ocasiones anteriores, Evren y sus generales decidieron devolver el poder a los civil.es. Con cuentagotas. Ozal fue el principal beneficiado, al frente de un partido-rompecabezas, suma de ideolog¨ªas predominantemente conservadoras fundidas con el cemento del poder.
Cuando la derecha y la socialdemocracia cl¨¢sicas volvieron a la vida legal, el espacio de Ozal se redujo. En noviembre de 1987, s¨®lo obtuvo el 36% de los votos, pese a lo cual, gracias a una ley electoral hecha a la medida, conquist¨® 292 esca?os de un total de 450. Y el pasado marzo, en las municipales, sufri¨® una estrepitosa derrota y, con el 21 % de los sufragios, fue superado por sus dos m¨¢ximos rivales.
Ozal resisti¨® el clamor popular para que dimitiera o convocara nuevas legislativas. A¨²n m¨¢s, apoy¨¢ndose en su fuerza en el Parlamento, que la l¨®gica y la moral pol¨ªtica cuestionan, aunque no la letra del sistema democr¨¢tico, ha forzado su elecci¨®n como presidente. Una actitud que hace temer a la oposici¨®n que se est¨¦ gestando una dictadura,democr¨¢tica, una de esas crisis que fuerzan a los militares a intervenir.
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