Un magistrado del Supremo defiende el derecho a n¨¦garse a sufrir transfusiones

Enrique Bacigalupo, magistrado del Tribunal Supremo, asegur¨® ayer en Granada que los m¨¦dicos deben respetar la voluntad de aquellos pacientes que se nieguen a recibir una transfusi¨®n sangu¨ªnea, pese a que en ello les vaya la vida. "El m¨¦dico no tiene derecho ni deber de tratar a alguien que no quiera recibir atenci¨®n sanitaria", explic¨® a los juristas asistentes a unas jornadas sobre las ¨²ltimas reformas introducidas en el C¨®digo Penal. Uno de los jueces presentes plante¨® si entonces un magistrado puede condenar a su vez al m¨¦dico por homicidio por omisi¨®n.

Seg¨²n el magistrado, la negativa, a recibir transfusiones de sangre mantenida por razones religiosas por los Testigos de Jehov¨¢, es posible que se extienda ahora ante el riesgo de contagio del virus del SID?. Para Bacigalupo, si el paciente no da su consentimiento la transfusi¨®n, seg¨²n la ley, no puede llevarse a efecto. El magistrado explic¨® que no puede aplicarse en este caso el estadode: necesidad, ya que se trata de una colisi¨®n de intereses del paciente, que s¨®lo ¨¦l puede decidir. Por un lado, el temor a una enfermedad contagiosa y, por otro, a que se agrave su estado por no recibir la transfusi¨®n.El ponente a?adi¨® que es necesario respetar el consentimiento del enfermo, y puso como ejemplo un parto dificil en que se plantea salvar la vida de la madre o del nacido: "El m¨¦dico no podr¨¢ sacrificar la vida de la madre si ¨¦sta no da su consentimiento". Uno de los asistentes plante¨® al magistrado el caso extremo de que esa transfusi¨®n sea necesaria para que el paciente sobreviva. "Si no hay consentimiento, el m¨¦dico debe dejar morir al que as¨ª lo quiere. Lo que predomina en este caso es la dignidad de la persona que dice 'no quiero', y contra ello nada se puede hacer".

Consentimiento

Sin embargo, Bacigalupo admiti¨® que el problema consiste en si esta soluci¨®n, en la pr¨¢ctica, no resulta demasiado r¨ªgida. "Opino que cuando est¨¢n en peligro bienes de la misma persona -su salud necesitada de transfusi¨®n y el riesgo de contagio que la terapia puede traer consigo- es ella quien tiene derecho a elegir su destino". El magistrado a?adi¨® que si el m¨¦dico, pese a todo, ordena la trasfusi¨®n, comete un delito de lesiones pero no de coacci¨®n. "En estos casos, en los que el paciente capaz niega el consentimiento para una intervenci¨®n que s¨®lo a ¨¦l mismo, concierne, carece de toda relevancia el motivo por el que niega el consentimiento", se?al¨®.De otro lado, el magistrado explic¨® que el juez debe conceder permiso para la esterilizaci¨®n de un incapaz atendiendo no s¨®lo a intereses m¨¦dicos sino tambi¨¦n sociales, y resalt¨® el papel del m¨¦dico como experto, sin invadir la esfera de la decisi¨®n.