La ca¨ªda del muro
LA DECISI?N del nuevo equipo dirigente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) al abrir las fronteras con Alemania Occidental equivale a liquidar el muro de Berl¨ªn. El valor simb¨®lico que esta edificaci¨®n ha tenido desde hace 28 a?os, como separaci¨®n entre el mundo de la democracia occidental y el del socialismo de cuartel, subraya la trascendencia del viraje que acaba dar el Partido Socialista Unificado de Alemania Oriental. A las tres semanas de la eliminaci¨®n de Honecker se derrumba tambi¨¦n lo que ¨¦l representaba. El pa¨ªs socialista que m¨¢s claramente se hab¨ªa opuesto a la perestroika de Gorbachov toma el camino de Hungr¨ªa, Polonia y de la misma Uni¨®n Soviet¨ªca. Y lo hace a paso acelerado, presionado por un ¨¦xodo masivo de sus ciudadanos a trav¨¦s de Checoslovaquia que en los ¨²ltimos d¨ªas alcanzaba un ritmo de 200 personas por hora.?Qu¨¦ efecto tendr¨¢ ahora sobre los que se preparaban a emigrar el anuncio hecho por la nueva direcci¨®n de la RDA? ?sta piensa sin duda que las consecuencias ser¨¢n estabilizadoras. Al saber que la frontera est¨¢ abierta, la tentaci¨®n de irse debe disminuir o, al menos, aplazarse. El Gobierno de la RFA est¨¢ asimismo interesado en que cese la riada humana para evitar desestabilizaciones sociales en su propio territorio. Existe, pues, una coincidencia entre los dos Gobiernos alemanes, anuncio quiz¨¢ de futuras coincidencias en la nueva etapa de transici¨®n que se ha abierto.
La t¨ªmida reforma inicial de Krenz, el sustituto de Honecker, fue insuficiente, y ha sido la presi¨®n popular, animada por las organizaciones de la oposici¨®n, la que impuso los cambios anunciados ayer. El m¨¢s importante de todos ellos, adem¨¢s de la significaci¨®n de la apertura de fronteras, es el anuncio de elecciones libres, con transparencia en la Prensa y reconocimiento de los movimientos opositores como el Nuevo Foro, Partido Socialdem¨®crata o Despertar Democr¨¢tico. Tal era la principal demanda en las ¨²ltimas y multitudinarias manifestaciones. Al mismo tiempo, el partido comunista, con la eliminaci¨®n de los dirigentes m¨¢s veteranos y duros ideol¨®gicamente y la colocaci¨®n de reformistas como Shabowski y Mardow en puestos decisivos, aspira a recuperar un espacio pol¨ªtico e influir en la nueva coyuntura que se avecina. Para profundizar en la renovaci¨®n ha convocado una conferencia especial el 15 de diciembre. A despecho de su pasado, Krenz se ha subido al tren de la reforma y quiere dirigirlo. Los hechos dir¨¢n si con ello ayuda o dificulta la nueva imagen que el partido quiere dar de s¨ª mismo.La noticia de la ca¨ªda del muro (aunque f¨ªsicamente tarde en derruirse) y la perspectiva de democratizaci¨®n en la RDA obligan a reflexionar sobre algunas consecuencias fundamentales para Europa: entramos en una etapa de pol¨ªtica "sin enemigo". La simplificaci¨®n -y en cierto modo la garant¨ªa de estabilidad- que ofrec¨ªa el sistema de los dos bloques se est¨¢ esfumando y, consiguientemente, aumentan las posibilidades de que muchas de las preocupaciones e inversiones concentradas hasta ahora en lo militar se trasladen hacia esferas constructivas en otros ¨¢mbitos.
El otro gran asunto es la unificaci¨®n alemana: concebida hasta ahora en forma te¨®rica, su concreci¨®n parece acercarse. Francia se prepara a ello, como dijo Mitterrand en su ¨²ltimo viaje a Bonn. Ser¨¢n necesarias f¨®rmulas de transici¨®n, quiz¨¢ de tipo federativo, para evitar incompatibilidades mientras permanezcan los dos bloques militares. Pero la apertura de las fronteras crea, en todo caso, una realidad f¨ªsica de intercomunicaci¨®n entre todos los alemanes, sus instituciones y sus partidos, cuyo efecto es dif¨ªcil medir.
Entramos en una etapa en la que el papel pol¨ªtico de la Comunidad Europea se fortalecer¨¢ y ser¨¢ decisivo para eliminar, o paliar, los recelos que suscita la idea de la unidad alemana. En todo caso, la Europa de las fronteras interalemanas abiertas es ya una Europa distinta de la de ayer. El mito de toda una generaci¨®n, el muro de Berl¨ªn, ha ca¨ªdo.
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