La otra cara del islam
El fantasma del integrismo no parece preocupar a los musulmanes residentes en Espa?a
La situaci¨®n del colectivo musulm¨¢n en Madrid, al igual que ocurre en otras poblaciones espa?olas, dista mucho de la de otras grandes capitales europeas, donde es f¨¢cil encontrarse a varias mujeres tapadas con velo dentro del mismo autob¨²s. Mientras en Francia la clase pol¨ªtica y la opini¨®n p¨²blica est¨¢n divididas sobre la oportunidad de tolerar o no el velo isl¨¢mico en la escuela laica republicana, en Espa?a los musulmanes aseguran vivir dentro del marco de la Constituci¨®n y, seg¨²n un portavoz del Instituto Isl¨¢mico de Madrid, s¨®lo piden "respeto a sus costumbres".
El n¨²mero oficial de musulmanes residentes en Madrid ha descendido en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n los datos del Instituto Isl¨¢mico de Madrid, informa Juan A. Carbajo. Actualmente viven en Madrid alrededor de 10.000 musulmanes, mientras que hace 10 a?os se facilitaban cifras cercanas a los 30.000 residentes. Seg¨²n un portavoz del Instituto, una mayor dificultad para acceder a los estudios superiores y la situaci¨®n irregular de muchos trabajadores, especialmente marroqu¨ªes, inmigrantes clandestinos, ha propiciado este descenso."Los estudiantes de los pa¨ªses ¨¢rabes ya no pueden venir a Espa?a", explica el portavoz. "Las pruebas de acceso son m¨¢s fuertes, la vida es m¨¢s cara y los tr¨¢mites para conseguir un visado especial se han complicado mucho. Hace a?os se obten¨ªa simplemente con matricularse".
El colectivo musulm¨¢n mejor situado profesional y socialmente en Madrid es el procedente de pa¨ªses del Oriente Pr¨®ximo. Muchos de ellos se han instalado como comerciantes y gran parte son titulados superiores. Menor fortuna han encontrado los musulmanes procedentes de Marruecos, cuyo destino laboral com¨²n es servir de mano de obra barata.
La escasa importancia num¨¦rica de los musulmanes madrile?os impide que existan "corrientes de opini¨®n" importantes dentro del colectivo. El portavoz del Instituto Isl¨¢mico no ve viable la existencia de movimientos integristas. "En Espa?a, nosotros vivimos dentro del marco de la Constituci¨®y s¨®lo pedimos respeto a nuestras costumbres".
Colegios
Los musulmanes disponen en Madrid de cuatro mezquitas, un cementerio en el pueblo de Gri?¨®n, cercano a Madrid -dependiente del Gobierno de Marruecos-, dos colegios ¨¢rabe-espa?oles -dependientes de Iraq y L¨ªbano- y alg¨²n establecimiento especializado en comida t¨ªpica. "Los problemas de falta de colegios y cementerios son los m¨¢s importantes. Hemos pedido suelo a los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona", explica el citado portavoz.La infraestructura religiosa y cultural se ver¨¢ ampliada en breve con la apertura del mayor centro isl¨¢mico de Europa. Junto a la autov¨ªa de circunvalaci¨®n de Madrid se levanta una mezquita y un centro cultural que los musulmanes desean que sirva de elemento difusor de la forma de vida isl¨¢rnica. La obra, cuyo presupuesto ha rondado los 1.500 millones de pesetas, ha sido sufragada por el rey Fadh de Arabia Saud¨ª.
C¨®rdoba es para los musulmanes el alma del islam-en Occidente. Por esta raz¨®n, esta ciudad, que fue capital del mundo en el siglo XI, atrae m¨¢s el inter¨¦s cultural y m¨ªstico que el de grandes inversiones en petrod¨®lares, como es el caso de la Costa del Sol, informa Jos¨¦ L. Rodr¨ªguez. La mezquita de C¨®rdoba es la mayor expresi¨®n art¨ªstica y religiosa de una era en la historia ¨¢rabe llena de esplendor. Los turistas musulmanes que a diario pasean por su interior, sin quererlo, han convertido esta joya arquitect¨®nica en una segunda meca espiritual. C¨®rdoba es adem¨¢s centro nacional de la Yama'a isl¨¢mica de Al-Andalus, que tiene repartidas asociaciones por Sevilla, Jerez, Algeciras, M¨¢laga, Almer¨ªa y Murcia, con unos 2.000 shahadas (andaluces que aceptan el islam). Sus fines, adem¨¢s de religiosos, son culturales, y su mayor inversi¨®n es una edici¨®n de la revista Lmalis El Al Andalus, que sirve de correo cient¨ªfico y de intercambio de pensamiento.
En C¨®rdoba, con la financiaci¨®n de la Embajada de Arabia, est¨¢ abierto diariamente al culto el Morabito de los jardines de Col¨®n, una sencilla y austera edificaci¨®n que se construy¨® para que los soldados marroqu¨ªes leales al general Francisco Franco en la guerra civil pudieran satisfacer sus necesidades espirituales. En un intento de recuperar el protagonismo que tuvo C¨®rdoba en la dominaci¨®n ¨¢rabe de Occidente, el Ayuntamiento de C¨®rdoba mantiene correctas y abiertas relaciones con los colectivos musulmanes.
La principal figura del renacimiento cultural isl¨¢mico de C¨®rdoba es el fil¨®sofo franc¨¦s Roger Garaudy, a quien el Ayuntamiento ha cedido, a trav¨¦s de la fundaci¨®n que lleva su nombre, la torre de la Calahorra.
En Granada, los varios cientos de musulmanes all¨ª residentes pasan desapercibidos para los granadinos. El pa?uelo que cubre las cabezas de las mujeres es el ¨²nico dato externo de la religi¨®n que profesan, pero incluso as¨ª no concitan la atenci¨®n de nadie. Los musulmanes viven mayoritariamente en el barrio del Albaic¨ªn y tienen a su cargo negocios de tipo artesanal, informa Alejandro V. Garc¨ªa.
Los musulmanes de Granada han decidido romper cualquier contacto con la Prensa ya que, a su juicio, siempre han salido tergiversadas sus opiniones debido al car¨¢cter ex¨®tico que se les atribuye. "El que quiera ver monos que se vaya al zool¨®gico", indic¨® un n¨²embro de la comunidad. Incluso recelan de decir el n¨²mero de pros¨¦litos que hay en Granada. "Lo que quieren es tenernos fichados", responden con vehemencia.
Al atardecer, las calles del Albaic¨ªn se llenan de mujeres, ataviadas con el caracter¨ªstico pa?uelo, que regresan, acompa?adas de sus hijos, a sus viviendas. En su mayor¨ªa son j¨®venes universitarios procedentes de diversas ciudades espa?olas.
Los musulmanes de Granada mantienen un comportamiento de gran discreci¨®n, al contrario de cuando masivamente se instalaron en la ciudad hacia 1979. Entonces todos eran suf¨ªes y organizaban oraciones p¨²blicas en las plazas e incluso sal¨ªan a la calle a invitar a los ciudadanos a participar en la cena que conmemoraba el fin del Ramad¨¢n. Este comportamiento notorio de los musulmanes decay¨® hace tiempo, despu¨¦s de algunos conflictos internos.
La primera mezquita
Marbella cuenta con una comunidad musulmana, en cierto modo at¨ªpica, reunida en torno a la primera mezquita construida en Espa?a, informa Miguel Nieto. El templo, situado en pleno centro de la zona m¨¢s selecta y cara del t¨¦rmino municipal, la denominada milla de oro, donde se ubican hoteles de lujo y los palacios y residencias babil¨®nicas de potentados ¨¢rabes, fue construida en 1981, gracias al patronazgo del pr¨ªncipe Salman, de Arabia Saud¨ª. Cost¨® 300 millones de pesetas.La mezquita congrega en verano a unos 350 musulmanes de la m¨¢s variada condici¨®n. All¨ª oran, sobre las mismas esterillas y oyendo los mismos enf¨¢ticos sermones del imam, tanto miembros de familias reales ¨¢rabes como sus sirvientes, o musulmanes africanos dedicados a la venta de quincaller¨ªa por las playas, o la bara¨²nda de marroqu¨ªes que protagonizan cada verano su ¨¦xodo asf¨¢ltico e insomne por las carreteras espa?olas camino del barco en Algeciras y de las vacaciones en su tierra.
Dada la heterog¨¦nea composici¨®n de la parroquia y el hecho de que la mezquita fuese creada para facilitar el culto a una comunidad relajada, el fantasma del integrismo no preocupa. La tolerancia preside el funcionamiento de la mezquita, que puede ser visitada por cualquier persona no musulmana, a quien tambi¨¦n se permite, si respeta las reglas cor¨¢nicas -descalzarse y hacer las abluciones-, asistir al oficio religioso. Gran parte de los musulmanes que acuden a la oraci¨®n de los viernes, la m¨¢s importante de la semana, visten con ropa europea, y s¨®lo los mayores utilizan la t¨ªpica chilaba blanca. Las mueres s¨®lo portan velo, o m¨¢s bien un peque?o fular que se facilita a la entrada, para cumplir con la tradici¨®n.
En la provincia de M¨¢laga residen oficialmente unos 2.500 ¨¢rabes, de los que cerca de la mitad son marroqu¨ªes, informa Elena B. Castilla
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