Brillantez en la composicion espa?ola
El ¨¦xito de la Orquesta Sinf¨®nica de RTVE, con su titular Arpad Joo, en la sala del Arsenal, la noche del pasado s¨¢bado, ha sido m¨¢s meritorio por cuanto se produjo tras las magistrales intervenciones de Boulez y la BBC y de la orquesta de c¨¢mara de la radio holandesa con Zender.Fundamento de ese triunfo ha sido el m¨¦rito de las obras interpretadas, originales de Crist¨®bal Halffter, Tom¨¢s Marco y Gilbert Amy.
Rotundidad expresiva
Escrib¨ª hace un par de a?os sobre el estreno mundial de las Variaciones Dormunt, de Crist¨®bal Halffter, en dicha ciudad. Si el autor, que dirigi¨® su obra a la filarm¨®nica dormuntdesa, logr¨® muy ricas matizaciones y contrastes en una m¨²sica densa y, en muchas ocasiones, m¨¢s violenta por el lenguaje que por la intenci¨®n, hay que reconocer en la versi¨®n de Arpad Joo gran seguridad, rotundidad expresiva y una concepci¨®n superbrillante, incluso hasta el exceso. Los profesores de la RTVE, conscientes de la importante ocasi¨®n, dieron cuanto tienen de bueno, que es mucho, incluso m¨¢s de lo que a veces puede pensarse a trav¨¦s de la faena cotidiana en Madrid, y los resultados podr¨ªan encuadrarse en una nueva imagen, aplicada a la m¨²sica actual, de la tradicional furia espa?ola No soy partidario de ninguna furia, pero -?qu¨¦ lo vamos a hacer!- en cuanto cruzamos las fronteras, sea para exponer cuadros, para interpretar m¨²sica o para jugar al f¨²tbol- se espera de nosotros esa furia.El vario p¨²blico del Festival de Metz reaccion¨® con entusiasmo ante una partitura que tras su incisivo y gran decorativismo encierra una energ¨ªa admirable y una magistral precisi¨®n de concepto y escritura.
El panorama es muy distinto en la Cuarta sinfon¨ªa (Espacio quebrado) de Tom¨¢s Marco, es trenada en Madrid por Jes¨²s L¨®pez Cobos y la ONE en abril del a?o pasado.
Estamos ante un mundo original, inteligente e inteligible, en el que el autor ensaya diversas soluciones a partir de los fen¨®menos sonoros considerados en s¨ª mismos y desde distintos puntos de vista, bien sea la elecci¨®n de una regi¨®n dominante (la aguda en un tiempo, la grave en otro), bien por el estilo l¨²dico basado en f¨®rmulas de rock, en el tercer movimiento, bien por clima y explosiones sonoras de tipo solar (Marco alude cierto en su autocr¨ªtica a Ricardo Strauss), bien por un martilleo, casi bruzkneriano sobre materiales tonales b¨¢sicos, como en la prolongada coda. El triunfo principal de Marco fue, una vez m¨¢s, el de su diferenciaci¨®n con cuanto estos d¨ªas venimos escuchando.
Gilbert Amy, director y compositor como su maestro Pierre Boulez, sigue en algo su camino a la hora de redactar sus obras a trav¨¦s de sucesivas reformas y ampliaciones.
As¨ª, Orchestrahl, iniciada en 1986, llega a la versi¨®n estrenada en Metz, en plenitud de creaci¨®n. Siempre podemos encontrar en Amy referencias a obras anteriores, as¨ª como una artesan¨ªa de primer orden a trav¨¦s de procesos acumulativos que contrastan con otros puntillistas, cuyas ra¨ªces est¨¢n en Boulez, en Webern y el Debussy de Juegos, tanto por la tendencia atem¨¢tica cuanto por el valor estructural de la t¨ªmbrica.
Versi¨®n vigorosa
En todos los sentidos, Orchestrahl constituye una culminaci¨®n del estilo de su autor y, lo mismo que el resto de las obras, tuvo por parte de la orquesta espa?ola y su maestro una versi¨®n vigorosa y de gran impacto sobre la audiencia.En resumen, ha sido una gran jornada para una de las primeras orquestas de nuestro pa¨ªs en su confrontaci¨®n con otras grandes formaciones europeas y con un repertorio dif¨ªcil.
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